Enfoques para el análisis de políticas públicas. Группа авторов
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En 1934, Lasswell publica World politics and personal insecurity, donde las proposiciones teóricas de la psicología y la política son explicadas a la luz de conceptos como el proceso político, los valores y las élites. En esta obra aparece, por primera vez, su fórmula más famosa: “la política es el estudio de quién obtiene qué, cuándo y cómo” (politics is the study of who gets what, when, and how) y se refiere, principalmente, a que el proceso político está constituido por un conflicto entre las élites por la distribución de los principales valores: la riqueza, el respeto y la seguridad. Esta obra representa el comienzo del análisis de los valores en el marco de la política pública, investigación que se consolidará en sus trabajos en conjunto con Myres McDougal, en la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale en años posteriores (Almond, 1987, pp. 257-258).
En 1936, aparece el libro La política como reparto de influencia (Politics: who gets what, when and how), donde Lasswell presenta en una forma mucho más esquemática y sintética las proposiciones principales de World politics and personal insecurity.
A partir de 1938 y durante los años de la Guerra, la carrera académica de Lasswell transcurre en Washington D. C. donde se desempeña como consultor de la Office of War Information; la Office of Strategic Services; el Foreign Broadcast Monitoring Service of the Federal Communications Commision y la Army’s Psychological Warfare Branch.
En 1951, aparecen sus reflexiones sobre estos años de guerra en torno de la ciencia política en The Policy Sciences, que escribió en colaboración con D. Lerner. Este texto ha llegado a constituirse en uno de los textos de referencia obligatorios para el estudio de los fundamentos epistemológicos de la Ciencia Política.
Finalmente, en 1946 comienza a enseñar en la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale. Allí se consolida su asociación con Myres McDougal, que converge en importantes innovaciones teóricas como el esquema funcional para el análisis de la decisión política en el interior de un marco de valores definido. En 1948, publica Power and Personality, donde subraya las relaciones de la personalidad en el marco de los procesos de decisión política. En Yale, Lasswell permanece hasta el momento de su retiro y hasta el día de su muerte; su productividad académica es formidable —escribe, edita más de cincuenta libros— y su contribución a journals de ciencia política, de sociología, de psicología, de psiquiatría y de derecho es enorme.
H. D. Lasswell recibió un gran número de reconocimientos durante su carrera (Almond, 1987, p. 267) y se desempeñó como presidente de importantes asociaciones como The American Political Science Association (1956) y The American Society of International Law (1966-1968) y participó activamente en The Committee for economic development, The Commission on the Freedom of the Press, The Rand Corporation, The American Association for the Advancement of Science y muchas otras. Lasswell muere el 18 de diciembre de 1978 en Nueva York, después de una brillante y productiva carrera académica.
La ciencia política como Instrumento para el desarrollo de un sistema de valores democráticos
Es el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial el que determina las pretensiones de Lasswell de aumentar la racionalidad de las decisiones políticas: “la evidente crisis de la seguridad nacional y la urgencia de la defensa nacional […] obliga a usar de manera más eficiente la fuerza de trabajo, las instalaciones y otros recursos del pueblo norteamericano” (Lasswell y Lerner, 1992, p. 79). Es de vital importancia pensar en “cómo crear una integración completa de los objetivos y métodos de la acción pública y privada” (Lasswell y Lerner, 1992, p. 79). Este contexto implica igualmente, “que el proceso de la política (policy process), su elaboración y realización, es objeto de estudio por derecho propio, fundamentalmente con la esperanza de aumentar la racionalidad de las decisiones” (Lasswell y Lerner, 1992, p. 80). Es evidente, para Lasswell, el avance de las disciplinas que cuentan con métodos cuantitativos, como la economía y la psicología, que no solo están consolidando sus métodos de investigación, sino que son las que prestan el mejor servicio al desarrollo y a la defensa de la nación; la psicología, a través del diseño de pruebas de inteligencia que alcanzan gran notoriedad después de la Primera Guerra Mundial, y la economía, a través de aplicaciones que buscaban aumentar la eficiencia del ejército norteamericano (Lasswell y Lerner, 1992, p. 84). Por ello, es innegable que el avance de las ciencias sociales se debe al método empírico y esto evidencia, para Lasswell, la imperiosa necesidad de elevar la competencia metodológica de las ciencias de la política para ampliar su contribución a la defensa de los valores nacionales y permitir que todos sus recursos se encaucen hacia los conflictos básicos de la civilización (Lasswell y Lerner, 1992, p. 89). Por este motivo, señala Lasswell que “la orientación hacia las políticas” no apunta meramente hacia las políticas, sino más específicamente hacia las ciencias de políticas de la democracia (Lasswell y Lerner, 1992, p. 83).
La democracia, para Lasswell, es un producto de la cultura de los Estados Unidos:
La tradición norteamericana dominante defiende la dignidad del hombre, no la superioridad de una clase de hombre. Es por ello que puede vislumbrarse que todo mi énfasis se pondrá en el desarrollo del conocimiento que permita la realización más completa de la dignidad humana. Llamémosle a esto, por conveniencia, el desarrollo de las ciencias de políticas de la democracia. (Lasswell y Lerner, 1992, p. 93)
Es así como la democracia y la dignidad del hombre son definidas como valores absolutos (Crick, 2001, p. 192), lo cual fundamenta el objeto y el método de la ciencia política al ser asumido el principio, para ambos, de que la elección de las metas últimas de la acción política no es objetiva.
Para Lasswell, el científico se ocupa, en primera instancia, de lo que debe ser. Por eso elabora y prescribe estándares éticos y valores para, posteriormente, y con la máxima objetividad posible, pasar a evaluar las decisiones y los sistemas políticos. Una vez que el científico ha tomado partido por una posición ética, puede proceder con la máxima objetividad y utilizar todos los métodos disponibles (Lasswell y Lerner, 1992, p. 95), para el desarrollo de la disciplina. Es evidente que la posición de Lasswell no deja de ser problemática en este aspecto, ya que, como lo menciona B. Crick, la ética y el método científico se confunden en Lasswell, lo que deja sin ningún método a la ciencia política, fuera de un puñado de postulados éticos (Crick, 2001, p. 192). Sin embargo, el contexto norteamericano de principios del siglo pasado es determinante para Lasswell, al igual que la influencia de Charles E. Merriam, en la construcción de los fundamentos de la Ciencia Política, donde esta era considerada como una disciplina estéril si no estaba en consonancia con la principal necesidad del Gobierno norteamericano: la defensa de la nación de ideologías totalitarias. Por ello, para R. Dahl la crítica de B. Crick, entre otras, al enfoque de Charles E. Merriam y Lasswell es irrelevante, ya que es preciso comprender, en primera instancia, los propósitos de la ciencia política. En 1951, señala R. Dahl, David D. Truman ya había establecido claramente los objetivos de las ciencias de la política al señalar que
en la investigación de las ciencias de la política, como en las ciencias naturales, los valores del investigador son importantes para la selección de los objetos y líneas de investigación. Una de las principales razones de cualquier investigación sobre el comportamiento político es […] la de indicar las consecuencias […] de una determinada política pública, existente o propuesta, para el mantenimiento o el desarrollo de un sistema preferido