París responsable. Elena del Amo

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу París responsable - Elena del Amo страница 3

París responsable - Elena del Amo Alhenamedia responsable

Скачать книгу

más grandiosa tras Notre Dame. Algunas de las calles que son historia viva de París son Rue Rivoli, avenida Foch, Rue de la Paix, Rue de Grenelle o el Boulevard des Capucines.

      La autopista de circunvalación Périphérique, de 35 kilómetros de longitud, marca los límites de los veinte arrondissements. El vanguardista barrio de la Defensa, además, conforma el distrito 21 de la capital, presidido por el Arco de la Defensa, en torno al cual se reúne una colección de grandes rascacielos que se han situado como el emblema del París del siglo XXI.

      París en la literatura

      La historia de París está vinculada, ineludiblemente, a la de los creadores y artistas de la palabra que han desarrollado su obra entre sus calles y plazas. En el Boulevard Saint Germain —considerado hoy como una de las zonas más selectas de todo París— se encuentran los cafés y rincones mágicos en los que Beauvoir, Verlaine, Camus o Rimbaud pasaron largos ratos escribiendo. Cortázar es otro ejemplo del escritor que sucumbió al encanto parisino, recorriendo sus calles en busca del legado de Hemingway, Proust o Victor Hugo. En París nace y muere Grenouille, protagonista de El perfume de Patrick Suskind. Scott Fitzgerald escribió las últimas páginas de El gran Gatsby sentado en el parisino Café Voltaire, mientras que Zoe Valdés escribe en su última novela, El todo cotidiano, sobre el exilio cubano visto desde las calles de París, ciudad en la que vive actualmente.

      Parece como si esa herencia literaria esté todavía presente hoy a orillas del Sena, conservada por los más de doscientos bouquinistes o libreros de viejo que a lo largo de tres kilómetros conforman una permanente feria literaria formada por 300.000 volúmenes situada frente al barrio Latino, espacio en el que escritores como Baudelaire garabatearon las mejores líneas de la literatura universal.

Libreria_Shakespeare_3.JPG

      Libreria Shakespeare.

      Balzac y Victor Hugo

      Dicen que toda ciudad encierra un alma literaria que la ha desbordado y que en el caso de París, esa figura la encarna Honoré de Balzac, el novelista francés más importante de la primera mitad del XIX, y el principal representante, junto con Flaubert, de la novela realista. Su opus magnum, titulada la Comedia humana, está formada por varias decenas de novelas en las que describe de modo exhaustivo a la sociedad francesa y parisina de su tiempo. Uno de los grandes amigos de Balzac fue Victor Hugo, gran exponente del romanticismo francés, escritor prolífico, pensador, filósofo y reformista, autor de Nuestra Señora de París, que relata la desdichada historia de Esmeralda, una gitana, y del famoso Quasimodo, un jorobado sordo responsable de las campanas de Notre Dame en el París del siglo XV.

      París en el cine

      Una de cada dos películas francesas se rueda en París, lo que supone que, por ejemplo, sólo en 2006, la ciudad acogiera 730 rodajes. A lo largo de la historia, la Ciudad de la Luz ha sido protagonista de clásicos como Charada, con Cary Grant y Audrey Hepburn; el musical Un americano en París o la tórrida El último tango en París; y de títulos recientes como María Antonieta, de Sofía Coppola, El código da Vinci, en la que el Museo del Louvre es pieza fundamental de la trama, u Origen, de Christopher Nolan, donde las calles de París se convierten en el lugar ideal para la creación de laberintos.

      En París je t’aime se muestra la ciudad vista por los ojos de algunos de los directores más aclamados del mundo, que cuentan diferentes historias utilizando la urbe como telón de fondo. Amélie, esa fábula interpretada por Audrey Tautou, fue rodada en el barrio de Montmartre. Algunos de sus escenarios, como el Café des deux Moulains, en la Rue Lepic, en el que trabaja la protagonista, o la frutería del número 56 de la Rue des Trois Frères, se han convertido en parte de los lugares que hay que conocer. Junto a Tautou, otras estrellas parisinas que lucen en el universo cinematográfico son Luc Besson, Juliette Binoche, Sophie Marceau, Marion Cotillard, Brigitte Bardot o Catherine Deneuve.

      Historia

      Como toda gran capital que se precie, el origen de París se debate entre la leyenda y la historia. No obstante, parece seguro que el núcleo primitivo de la ciudad se sitúa en la Île de la Citté, en la que hacia el año 100 a.C. se asienta la tribu de los parisii. Algo menos de 50 años después los romanos vencen a los parisii, convierten al poblado en Lutecia e inician una etapa de expansión, interrumpida por las invasiones germánicas y bárbaras. En el siglo V, Atila se dispone a arrasar la ciudad, por lo que los parisinos deciden abandonar sus casas. Cuenta la tradición que las oraciones de una joven de diecinueve años dotada de la gracia del Espíritu Santo y de nombre Genoveva, provocaron que finalmente los hunos bordearan la ciudad, dirigiéndose a Orleans. Desde entonces, Santa Genoveva es considerada patrona de París. Tras la conversión de Clodoveo al cristianismo, la conocida antaño como Civitas Parisiorum o simplemente Parii, se convierte en la capital del reino merovingio, condición que pierde durante la época carolingia.

Arena_Lutecia5.JPG

      Las arenas de Lutecia, reflejo del pasado romano de París.

      La Sorbona

      La construcción de un segundo recinto amurallado durante el reinado de Felipe Augusto (1180-1223) permite a París incorporar el cinturón de burgos construido en torno a la iglesia de Saint-Germain-des-Prés y del área comercial nacida en la orilla derecha del Sena. Con ello, la burguesía consolida su posición y la universidad comienza a ganar importancia, gracias, en buena parte, a los privilegios concedidos por el propio Felipe Augusto en 1208. En 1257 Robert Sorbon funda el colegio sobre el que se levantará la Universidad de la Sorbona. En 1357, Carlos V ordena construir un tercer recinto amurallado, lo que permite a París seguir creciendo, a pesar de que corren tiempos convulsos: la revolución de Étienne Marcel (1356), de los Maillotins (1382), la guerra entre las casas de Borgoña y Armagnac (1407) o la revuelta de Simon Caboche (1413) son prueba de una etapa, que se extiende durante los dos últimos siglos del medievo, de continuas luchas y revueltas. Durante el reinado de Luis XII (1498-1515) se levanta en las Tullerías un nuevo recinto fortificado, que se revela tan inútil como los anteriores. En 1622 se constituye el Arzobispado de París, ya que la importancia ganada por la ciudad no le había impedido seguir dependiendo de la diócesis de Sens.

      El rey Sol

      En 1643, con tan sólo cinco años, es coronado Luis XIV, el rey Sol, que ordena la destrucción de las murallas y la transformación de la ciudad según un plan ideado por Colbert: surgen así barrios nuevos, plazas, monumentos civiles y militares y jardines públicos al amparo de un modelo de urbanismo de inspiración eminentemente clásica. Luis XIV aúpa a Francia a una posición de privilegio en Europa al incrementar el territorio, el poder y la influencia francesas. Europa comienza a admirar a Francia y su cultura, gastronomía y estilo de vida; el francés se convierte en la lingua franca para toda la élite europea, incluso en la lejana Rusia de los Romanov. El rey Sol, además, convierte Versalles en un espectacular palacio real erigido sobre un antiguo refugio de caza construido por su padre.

      Napoleón y la revolución

      La hegemonía francesa lograda por Luis XIV no es sino multiplicada por Napoleón Bonaparte, general de origen corso, gran estratega militar y político, que desarrolla una espectacular carrera por el poder hasta su coronación como Emperador en 1804. Napoleón divide París en doce distritos y emprende nuevas reformas urbanísticas en una ciudad que previamente ha sido escenario de la Revolución Francesa, iniciada con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizada con el golpe de estado del propio Napoleón en 1799. En 1830 y 1848 París vuelve a ser escenario de diversos levantamientos revolucionarios.

      Napoleón III, presidente de la República Francesa hasta 1852, año en que es proclamado emperador,

Скачать книгу