Manual de metodología del entrenamiento deportivo. Klaus H. Carl
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Por otra parte, sería posible designar como elemento metodológico las distintas formas de interacción entre los participantes, en el sentido del entrenamiento como actividad “social” entre deportistas y entrenadores. Pero, dado que las intenciones de estos “socios colaboradores” no se suelen limitar al entrenamiento en sentido estricto y están, en consecuencia, sometidas a múltiples condicionamientos, una decisión en este terreno no sería analizable desde una perspectiva exclusivamente metodológica más que en contadas ocasiones, y, por tanto, como decisión exclusivamente metodológica sería muy fácil de malinterpretar.
1.2.3 Principios generales del entrenamiento deportivo
Como principios del entrenamiento vamos a definir una serie de instrucciones jerárquicamente superiores para la actividad del entrenamiento deportivo. Se trata, pues, más bien de una base general de orientación y menos de una línea concreta de actividad. Estos principios dirigen la acción de entrenadores y deportistas a la hora de elaborar los esquemas de la actividad. Así, se refieren menos a operaciones concretas que a rasgos básicos de tipos de actividad (SCHNABEL / MÜLLER, 1988, 97).
De acuerdo con el esquema de dirección y regulación que aquí nos sirve de base, los principios del entrenamiento pueden referirse a las distintas categorías de la actividad, esto es, la planificación, la realización, los controles y la evaluación del entrenamiento, y englobar también la exhibición de rendimientos. Pueden regir la actividad en su conjunto, campos de actividad concretos, como por ejemplo el entrenamiento juvenil, o distintos tipos de entrenamiento, como por ejemplo el de la técnica; pueden también ser válidos para los distintos grupos de personas que toman parte en el entrenamiento.
Los principios, en tanto que indicaciones para la actividad, pueden ser imposición de normas, que se hacen eco de convenciones y compromisos sociales, como por ejemplo el “principio de mantenimiento y conservación de la salud”. También pueden derivarse de hipótesis de la actividad a partir de leyes científicas o de experiencias prácticas del entrenamiento. Como normas que son, los principios que se aplican se mantienen en la medida en que son deseados por la colectividad. Los que se deducen a partir de leyes o de experiencias no pueden ser “verdaderos” ni “falsos”, sino sólo “más o menos eficaces”. La conveniencia de su aplicación resulta de su grado de eficacia en la praxis del entrenamiento.
El concepto de principio debería distinguirse del de regla de entrenamiento. Ambos aluden a instrucciones para la actividad, si bien SCHNABEL / MÜLLER (1988/2, 99), entre otros, indican que en metodología se utilizan a veces sin la unicidad necesaria. Al igual que estos autores, daremos por sentado, en lo sucesivo, que los principios tienen un grado de generalidad mayor que las reglas; las reglas sirven para interpretar y concretar los principios. En un esquema de actividad amplio tienen básicamente la función de un hilo conductor para decisiones más concretas, que atañen a la realización del entrenamiento. En los siguientes capítulos, que tratan del entrenamiento técnico, táctico y de la condición física, seguiremos intentando formular reglas de entrenamiento acreditadas como indicadores de actuación, sobre la base de conocimientos científicos y experiencias prácticas.
Existen ya unas cuantas recopilaciones de principios del entrenamiento, publicadas como líneas directrices para deducir y fundamentar esquemas de entrenamiento. Se podrían mencionar, por ejemplo, los trabajos de DESCHKA (1961), HARRE (1971), BAUERSFELD / SCHRÖTER (1979) y MATWEJEV (1981); en época más reciente destacan los de SCHNABEL / MÜLLER (1988) y MÜLLER (1988a y 1988b), que exponen detalladamente los problemas de la definición de los principios del entrenamiento. Hasta ahora no se ha conseguido elaborar un esquema de los principios generales del entrenamiento aceptado por la mayoría de los especialistas. Esto parece deberse tanto a diferentes concepciones sobre la importancia del entrenamiento deportivo en la vida social como a un estado de los conocimientos aún incompleto acerca del propio sistema del entrenamiento.
En lo sucesivo se ha intentado enumerar esquemáticamente los principios generales importantes. Nos hemos mantenido muy fieles a los autores arriba citados; no obstante, hemos completado los principios que ellos mencionan con unas cuantas instrucciones prácticas, tanto específicas como generales, y no solamente dirigidas al ámbito del entrenamiento deportivo.
Dentro de los principios generales parece oportuno establecer una diferenciación en tres clases:
— Principios pedagógicos generales, que, aparte del entrenamiento, tienen validez en diferentes procesos de la actividad pedagógica.
— Principios de la estructuración y de la organización del entrenamiento.
— Principios de la configuración metodológica y de los contenidos del entrenamiento.
1.2.3.1 Principios pedagógicos del entrenamiento