Limpieza del mobiliario interior. SSCM0108. José Manuel Perdigones Hita
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Cesta con diferentes productos de limpieza.
Limpiadores y productos de mantenimiento
son productos cuya finalidad principal es la limpieza y el mantenimiento de objetos y superficies del hogar, como suelos, maderas, plásticos, sanitarios, cristales, azulejos, metales, cueros, etcétera. Existe una gran cantidad de productos de mantenimiento y limpieza, de acuerdo con la finalidad de su uso (fregasuelos, abrillantadores, desatascadores, limpiacristales, ambientadores, limpiametales, quitagrasas, etcétera).
Desengrasantes
Como su propio nombre indica, se usan en superficies manchadas de grasa y aceite. El desengrasante es un producto de gran potencia y efectividad que, dada su especificidad, deberá usarse en contadas ocasiones.
Diversos tipos de desengrasantes.
Lejía
Es un producto muy eficaz que actúa rápidamente y con gran duración en el tiempo. Se suele aplicar para higienizar servicios, aunque también en suelos de mármol, losa, cerámica, etcétera. La lejía es muy utilizada en el sector de la limpieza por su gran poder desinfectante.
Importante
Nunca se debe emplear lejía en suelos de madera o parquet.
4.2 Abrillantadores
Los abrillantadores cumplen una función importante: embellecen los muebles dándoles una apariencia limpia y lustrosa. Los principales abrillantadores en la esfera profesional se dan a base de ceras, que pueden ser de origen animal, sintético o vegetal, ofreciendo máximo brillo y protección a cualquier superficie:
Cera al agua: se utiliza en los suelos de terrazo, loseta y mármol, y, por tanto, no es válida para el embellecimiento de mobiliario, pero es importante conocer su existencia.
Cera a la grasa: se utiliza para mantener limpios los suelos de parquet.
Cera para muebles: ofrece brillo y protección a los muebles, por lo que es el material que habrá que tener más a mano para el trabajo de limpiador de mobiliario.
4.3 Productos específicos: limpiacristales, limpiametales, limpiamuebles, ambientadores
Los productos específicos son aquéllos destinados a la limpieza de un material u objeto concreto y formulación es, por tanto, exclusiva para determinados tipos de mobiliario.
Se describen a continuación los más destacables:
Limpiacristales: Se aplican en ventanas, apliques, espejos, etcétera, siendo un producto de uso generalizado y con buena capacidad de limpieza. Los limpiacristales son un elemento esencial para la labor del limpiador de mobiliario, ya que, por norma, todos los inmuebles tienen una o varias ventanas al exterior.
Nota
La buena limpieza de ventanas y apliques dirá mucho del trabajo que se haya realizado.
Diversos productos específicos.
Limpiavidrios (agua con jabón): con ésta sencilla mezcla se logran vidrieras limpias.
Limpiametales: los metales necesitan una buena conservación que los proteja de la corrosión provocada por líquidos, del paso del tiempo etcétera. Para ello existen en el mercado limpiametales en crema que consiguen un buen resultado. Se pueden aplicar sobre todo tipo de estructuras de metal: puertas, barandillas, rejas, etcétera.
Limpiamuebles: son productos que suelen venir en forma de spray o de crema y que eliminan la suciedad acumulada en muebles (polvo principalmente). Son fundamentales para procurar una buena conservación y embellecimiento de los muebles.
Quitamanchas: usados principalmente para limpiar moquetas y tapices de manchas comunes de café, tinta, etcétera. Aquí se incluyen champús y pulverizadores, que son materiales muy útiles a la hora de limpiar este tipo de superficies.
Productos que eliminan la cal que se forma por el agua en urinarios, duchas, inodoros, etcétera. Son capaces de destruir la cal y el sarro de una manera eficaz y, por tanto, deben formar parte del equipo de todo limpiador.
Ambientadores: normalmente en forma de spray, con los ambientadores se consigue un agradable olor a limpio que provoca que la sensación de limpieza perdure por más tiempo.
5. Utilización de productos de limpieza y desinfección de mobiliario
5.1 Dosificación y tipo de dosificadores
Se entiende por dosificación la cantidad de producto necesaria para la limpieza óptima de un determinado objeto o para el aseo personal del usuario. Para facilitar el cálculo de dicha cantidad existen los dosificadores, dispositivos incorporados al envase del producto de limpieza que aportan la cantidad exacta de éste necesaria para la limpieza.
Muchos de los diferentes productos de limpieza vienen regulados por dosificadores que ajustan la cantidad que hay que mezclar con agua o que hay que aplicar directamente sobre la superficie.
La dosis ideal a la hora de afrontar un trabajo va a depender de la superficie sobre la que se trabaje. Por norma general, a mayor potencia de un producto, menor cantidad habrá que emplear. El sentido común y la experiencia darán las claves para saber qué dosis emplear en cada situación.
Los dosificadores más comunes en la profesión son los de jabón y los secamanos. Ambos productos están presentes en los baños y se ha de tener especial cuidado para que nunca falte ni gel ni papel en los compartimentos.
Además, ambos artículos, por la frecuencia de su uso, deben estar siempre limpios y en perfecto estado.
5.2 Riesgos derivados de una mala utilización
El manejo de cualquier sustancia conlleva un riesgo que será mayor o menor en función de nuestro conocimiento sobre el propio producto y de las precauciones específicas para su uso. Por ello, las medidas preventivas deben ser la norma en toda actuación o manejo de productos tóxicos. Pero, precisamente