E-Pack HQN Susan Mallery 1. Susan Mallery
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу E-Pack HQN Susan Mallery 1 - Susan Mallery страница 35
–Vamos dentro de la agenda programada, aunque, claro, eso podría cambiar esta misma tarde. Tenemos todos los permisos en regla y empezaremos a excavar para meter el alcantarillado y las tuberías en una semana o dos.
Se apoyó contra la encimera y se cruzó de brazos. Ahora era la mujer la que tenía que hablar.
La alcaldesa se levantó y se acercó. Su traje azul claro y la recargada blusa quedaban fuera de contexto dentro del tráiler de construcción, pero lo raro era que ella no resultaba fuera de lugar. Había conocido a gente como ella, gente que encajaba en cualquier lugar y ese era un importante don, sobre todo tratándose de un político.
–El pueblo está muy feliz con su trabajo. Prestan atención a las normativas locales y trabajan de manera óptima sin hacer recortes de calidad. Además, sus obreros son respetuosos –sonrió–. Y también dejan propinas muy generosas.
Él enarcó una ceja.
–Un dato interesante a tener en cuenta.
–Este es mi pueblo y me importa lo que pase aquí y pasa muy poco de lo que yo no me entere.
Se preguntó si iba a intentar recriminarlo por haber intentado acostarse con Nevada, aunque si fuera un hombre en lugar de una mujer que ya era abuela, estaría felicitándolo por su buen gusto y deseándole suerte.
–Agradecemos lo que el hotel traerá a Fool’s Gold. Trabajo, turistas, negocios... Habrá complicaciones, claro, ya que algo de semejante tamaño necesitará de tiempo para asentarse, pero lo superaremos como siempre hacemos.
Él sentía que había algo más y esperó.
–Su empresa no dirigirá el hotel.
No estaba preguntando, pero él respondió de todos modos.
–No.
–Pero ustedes tienen algo que decir en cuanto a quién se contratará. Construcciones Janack es propietario de una parte.
–Aportaremos algo. ¿Por qué? ¿Es que tiene algún sobrino a quien quiera recomendar?
Ella sonrió.
–No, pero me gustaría que se me consultara cuando se tomaran las decisiones de dirección. La gente que vaya a trabajar aquí tiene que encajar y respetar al pueblo. No me interesa una mentalidad opuesta a la nuestra.
Por fuera parecía una de esas señoras mayores que iba a la peluquería una vez por semana, que hacía galletas y chasqueaba la lengua al ver a «los jóvenes de hoy en día», pero sabía que esa imagen no se correspondía con la realidad.
–Es usted muy dura, ¿verdad?
–Lo soy, cuando la situación lo requiere. ¿Hará lo que le pido?
–Claro, pero a cambio quiero saber por qué Jo Trellis no deja de darle calabazas a Will. Solo intenta conocerla.
–Está dando por hecho que tengo esa información.
–Y no me equivoco.
La alcaldesa sacudió la cabeza.
–No, no se equivoca. Hay una razón.
–¿Y va a decirme cuál es?
Ella recogió su bolso y fue hacia la puerta.
–No, no es mi secreto y no soy quien para compartirlo.
–Entonces, hay un secreto.
–Todo el mundo tiene secretos, señor Janack. Incluso usted.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.