El Necronomicón. H.P. Lovecraft

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El Necronomicón - H.P. Lovecraft Clásicos

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de las esferas, deberán dejar a su observador detrás, de modo que pueda vigilar su cuerpo y propiedades para que no los maten y se vean obligados a vagar durante toda la eternidad por los espacios negros entre las estrellas o que sean devorados por los coléricos igigi, que moran más allá.

      Sepan que deben recorrer los escalones de la escalera de luces, cada uno en su lugar y uno por vez, y que deberán entrar por los pórticos de acuerdo con la forma permitida, tal como se establece en la alianza; de lo contrario, seguro que estarán perdidos.

      Sepan que deberán mantenerse purificados durante el espacio de una luna para la entrada al primer escalón, una luna entre el primero y el segundo, y de nuevo otra entre el segundo y el tercero, y continuar de esta manera. Deben abstenerse de derramar su simiente por este periodo de tiempo, aunque pueden adorar en el templo de Ishtar, siempre que no pierdan su esencia. Y esto es un gran secreto.

      Cada día durante la luna de purificación necesitarán invocar a su dios cuando amanezca y a su diosa cuando oscurezca. Deberán invocar a su observador e instruirle a la perfección acerca de sus deberes, proporcionándole un tiempo y lugar desde el cual les pueda servir y rodearse en todas las direcciones con una espada llameante. Para el recorrido sus ropas han de ser hermosas, limpias y sencillas, pero apropiadas para cada escalón. Y deberán llevar con ustedes el sello de ese escalón en particular sobre el que andarán, que es el sello de la estrella que corresponde.

      Deberán preparar un altar que esté situado hacia el norte, y en él colocarán las estatuas de sus deidades, o las imágenes que sean adecuadas, un cuenco de ofrenda y un brasero. Sobre la tierra tendrá que estar grabado el pórtico adecuado para el andar. Si sobre sus cabezas se encuentra el cielo, mejor. Si tuvieran un techo, deberá estar vacío de cualquier adorno. Ni siquiera una lámpara debe pender sobre ustedes, salvo durante las operaciones de invocación, que se discutirán más adelante (¡si los dioses me conceden el tiempo!). La única luz ha de proceder de las cuatro lámparas situadas en el suelo ante cada uno de los pórticos de la Tierra: al norte, una; al este, otra; al sur, otra; al oeste, otra. El aceite ha de ser puro, sin olores o, en su defecto, de aromas dulces, especialmente adecuado para la estrella a la cual deseen entrada, de acuerdo con las costumbres de su país.

      A continuación, se detallan los siete pórticos:

      Éste es el primer pórtico. El pórtico de Nanna, llamado Sin

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      Éste es el segundo pórtico, de Nebo

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      Éste es el tercer pórtico, de Inanna, llamado Ishtar

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      Éste es el cuarto pórtico, de Shammash, llamado Uddu

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      Éste es el quinto pórtico, de Nergal

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      Éste es el sexto pórtico, del señor Marduk

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      Éste es el séptimo pórtico, de Ninib, llamado Adar

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      Y el ritual del andar ha de seguir las fórmulas aquí descritas:

      Primero, deben observar la luna de purificación. Durante ese tiempo no podrán comer carne en los siete días anteriores al último día de la luna, y en el espacio de los tres días anteriores al último día de la luna no podrán ingerir nada, salvo para beber agua dulce. En los tres últimos días deberán invocar, además de a su dios y diosa, a los tres dioses mayores, Anu, Enlil, Enki, con sus invocaciones propias. El número de Anu es el sesenta, el número perfecto, porque él es el padre de los cielos. El número de Enlil es el cincuenta, y es el padre del viento. Y el número de Enki es el cuarenta, un número excelso, y él es nuestro padre, el de todos los que recorran estos senderos olvidados y vaguen por tierras desconocidas, entre los yermos, entre los pavorosos monstruos de los azonei.

      Segundo, la noche del recorrido, que debe ser la decimotercera noche de la luna, habiendo comenzado en la decimotercera noche anterior, deberán acercarse al pórtico con miedo y respeto. Su templo está exorcizado. Deberán encender el fuego y conjurarlo con la invocación del dios del fuego y arrojar incienso. Deberán realizar ofrendas a las deidades del altar.

      Tercero, deberán encender las cuatro lámparas con el brasero ardiente y recitar la invocación propia de cada una de estas atalayas en su propio lugar, llamando a la estrella respectiva.

      Cuarto, deberán recitar la invocación del observador, clavando la espada en la tierra en su puesto, sin tocarlo hasta que llegue el momento establecido para su partida.

      Quinto, deberán colocarse el sello de la estrella en la mano derecha y susurrar despacio su nombre.

      Sexto, deberán recitar el encantamiento del andar con voz sonora y clara a medida que recorran el pórtico en círculos, comenzando por el norte y yendo hacia el este; luego, hacia el sur y el oeste, siendo el número de veces que deberán hacerlo igual al número especial de la estrella.

      Séptimo, deberán retornar al centro del pórtico, ante su altar, momento en que deberán postrarse en el suelo sin mirar a derecha o izquierda hacia lo que allí pueda estar moviéndose, ya que estas operaciones atraen al pórtico a muchas clases de demonios y fantasmas errantes, sino al aire, encima del altar, donde en poco tiempo observarán cómo el pórtico se abre ante ustedes y escucharán al espíritu-mensajero de la esfera saludarlos con voz clara; les proporcionará un nombre que no olvidarán, ya que será el nombre de su paso a través del pórtico, que deberán usar cada vez que deseen cruzarlo. El propio espíritu-mensajero saldrá a su encuentro, y si desconocen su nombre, les prohibirá la entrada y en el acto caerán a la Tierra.

      Cuando se haya atravesado el primer pórtico y se haya recibido el nombre, caerán de regreso a la Tierra, en el centro de su templo. Aquello que estaba moviéndose alrededor del pórtico habrá desaparecido. Reciten sobre el altar su agradecimiento a los dioses, golpeen la espada del observador, de modo que pueda partir, y digan el encantamiento de Inanna, que narra cómo ella conquistó el reino del mundo subterráneo y derrotó a Cthulhu. Entonces, todos los idummu se desvanecerán y serán libres de abandonar el pórtico y apagar el fuego.

      No podrán invocar a Nanna hasta que no hayan atravesado su pórtico. No podrán llamar a Nebo hasta que su pórtico no haya sido cruzado. Lo mismo sucede con el resto de los pórticos. Cuando hayan ascendido hasta el límite de la escalera de las luces, poseerán conocimiento y poder sobre las esferas, y a partir de entonces, serán capaces de invocarlas en tiempos de necesidad. Sin embargo, esto no les dará poder sobre los absu, ya que éste se obtiene de manera diferente, por medio del ritual del descenso. Deberán llevar a cabo este ritual el decimoquinto día después del trece del mes en el que hayan pedido que el pórtico de Marduk se abriera. Porque Marduk mató a los espíritus malignos de Inanna, la diosa del quince, conquistó los infiernos, donde algunos de ellos aún moran.

      Se trata de un rito muy peligroso y puede realizarse por cualquier hombre que posea la fórmula, sin importar que haya atravesado los pórticos anteriores, aunque se recomienda haber pasado por el pórtico de Marduk antes de aventurarse al abismo. Por esta razón pocos han abierto alguna vez el pórtico de Adar y hablado con el de los cuernos que reside allí y brinda todo tipo de sabiduría respecto de las operaciones de

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