Cómo entender la economía del Ecuador 1965-2017. Franklin Maiguashca
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•El consumo de los hogares es el componente más importante de la demanda interna y su participación porcentual en el PIB en el período en consideración se ha mantenido estable, en un promedio del 63 %. Este comportamiento concuerda con un criterio ampliamente compartido por los estudiosos de este tema, en el sentido de que, sin importar los vaivenes de una economía, las amas de casa son celosas cuidadoras del nivel de vida de sus familias.
•Con cifras por encima del 30 %, los mejores años de la FBKF fueron de 1965 a 1981, que coinciden con los mejores años de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI). De ahí en adelante, los porcentajes no dejan de bajar hasta un mínimo de un 14 % en 1999; le sigue una recuperación que llega a un 27 % en 2014, pero luego vuelve a caer a un 22 % en 2017. Parece que entre los ecuatorianos hay más proclividad al gasto que a la inversión.
•El comportamiento de las exportaciones netas sugiere lo anterior. En el gráfico se ve cómo en los años de la primera bonanza petrolera (1965-1981) los saldos fueron negativos a pesar de las cantidades colosales de dólares que ingresaron. En la segunda década perdida hay saldos positivos porque no hubo recursos para gastarlos, mientras que desde 1999, la tendencia ha sido claramente decreciente hasta llegar a niveles negativos en los mejores años de la segunda bonanza del crudo. En los últimos tres años regresa a una situación de escasez de divisas que nos obligan estar a la par.
•En el caso de las exportaciones netas, hay una consideración adicional de suma importancia. Desde 1965 hasta 1999, el destino de los ingresos de las exportaciones era fundamentalmente financiar las operaciones internacionales de los ecuatorianos. A raíz de la dolarización, en 2000, en cambio, el país los tiene que utilizar no solo para seguir financiando esas operaciones tradicionales, sino también para financiar hasta las más humildes de las transacciones domésticas, como serían las compras de “salchipapas” o de la “tripa mishki”. Ante esta magnificación de nuestras necesidades de liquidez, los saldos negativos o apenas positivos de nuestras exportaciones netas en los últimos años son síntomas alarmantes de la vulnerabilidad de la economía ante esos faltantes.
•El consumo del Gobierno, que tan solo incluye compras cotidianas mas no los pagos los empleados públicos, es, a ojos vista, el menos importante. El Gobierno no es un cliente de peso para este tipo de transacciones.
GRÁFICO 3.6. Oferta y utilización, visión panorámica, 1965-2017 (porcentaje en el PIB, dólares 2007)
FUENTES: 1965-2007: BCE, Noventa años... (Cuadro 4.1) 2008-2017: BCE, IEM, varios números (Cuadro 4.3.1)
COMPORTAMIENTOS POR ETAPAS, 1965-2017
El análisis de esos comportamientos se hace con la ayuda del cuadro 3.3, que considera cinco etapas y un epílogo.
En la primera (1965-1971) aparece el Ecuador en vísperas de su primer auge petrolero, pero que ya siente los efectos de las inversiones (FBKF) que se tuvieron que hacer para sacar el crudo del Oriente. De hecho, en este período, estas crecieron a una tasa anual promedio de 8,7 %, de las más altas en la historia de la nación. Tanto los consumos de los hogares como los del Gobierno reaccionaron favorablemente, con tasas de 4,7 y 4,4 %, respectivamente. Las importaciones, por su lado, a pesar de que el crecimiento de las exportaciones fue de un mínimo de 2 %, crecieron en un 10 % , lo que refleja las expectativas favorables hacia ese tipo de gasto que ya existían entre los ecuatorianos. El PIB real creció a una saludable tasa anual promedio de 4,0 %.
CUADRO 3.3. Oferta y utilización final de bienes y servicios: comportamiento de las variables por etapas, 1965-2017
FUENTES: 1965-2012: BCE, Noventa años... (Cuadro 4.1) 2013-2017: BCE, IEM, varios números (Cuadro 4.3.1)
En la segunda etapa (1972-1981) surge el protagonismo de los precios del petróleo. En estos años subieron de USD 2,5 a USD 34,48; apenas natural, entonces, que las exportaciones crecieran en un formidable 21 %. Sin embargo, es aleccionador observar que, mientras las tasas de crecimiento de todos los otros renglones registraron incrementos importantes, la correspondiente a la FBKF cayó del 8,7 al 4,5 %, esto es a casi la mitad. Los ingentes ingresos se fueron más por los lados del consumo de los hogares, que creció a un 6,9 %; del consumo del Gobierno, que explotó a un 11,5 %, y de las importaciones, que mantuvieron su paso en un 9,7 %. El PIB real creció en un ritmo de un 6,9 %, el más alto en todo el período analizado.
En la tercera etapa, los precios del crudo cayeron de USD 27,73, en 1982, a USD 9,14, en 1998, y el Ecuador pasó de las vacas gordas a las flacas con dos décadas perdidas (1982-1999). Lógicamente, el crecimiento de las exportaciones cayó estrepitosamente, del 21 al 5,8 %; las importaciones bajaron al 0,8 %, el consumo de los hogares al 1,9 %, el del Gobierno al 0,7 % y, para rematar, la FBKF tuvo una tasa negativa del 1,4 %. No es de extrañar que el crecimiento del PIB se redujo a un deplorable 2,3 %.
En la cuarta etapa (2000-2006) se inició la recuperación de la economía. Los precios del petróleo subieron de USD 24,92 a USD 52,80; no obstante, debido a la pasividad de los mercados internacionales de los otros productos primarios, el crecimiento anual del total de exportaciones fue solo del 6,0 %, esto es, igual al de la etapa anterior. Sin embargo, en todos los demás renglones las tasas aumentaron notoriamente: la del consumo de los hogares subió al 4,8 %, la del Gobierno al 2,3 %, la de la FBKF al 10,3 %, la de las importaciones al 12,6 % y la del PIB al 4,3 %. Las tasas correspondientes a la FBKF y a las importaciones evidencian la afortunada coincidencia de que, por un lado, el país volvió a la estabilidad con la adopción de la dolarización y que esta, a su vez, pudo funcionar a plenitud por la abundancia de divisas que, en esos años, tuvieron a su disposición los ecuatorianos.
En la quinta etapa (2007-2014). Los precios del crudo subieron de USD 59,86 a un precio máximo de USD 96,93 en 2011, y los precios de todas nuestras exportaciones primarias rompieron récords en esos años. Sin embargo, como los valores extremos afectan los promedios, las fuertes caídas en los precios del crudo, que se empezaron a sentir en el último trimestre de 2014, se reflejan en el 2,2 % de la tasa de exportaciones y en el 5,3 % de la tasa de importaciones. La FBFK mantuvo una tasa del 8,0 %, pero la del consumo de los hogares sí se vio afectada: bajó a un 3,9 %. La tasa que sí se mantuvo constante fue la del 4,4 % del PIB. En resumen, tenemos aquí la antesala del epílogo.
El epílogo llegó desde 2015 a 2017. Entre 2014 y 2015 el precio del petróleo se desplomó de USD 84,16 a USD 41,88, es decir, decreció en un 50 % y continuó bajando a USD 34,96 en 2016. Como era de esperarse, toda la economía del país se estremeció. A excepción de las tasas de exportaciones y del consumo del Gobierno, que fueron muy bajas pero positivas (0,2 y 0,7 %, respectivamente), en todos los demás rubros las tasas fueron negativas: -1,9 % para el consumo de los hogares, -7,2 % para la FBKF y -9,2 % para las importaciones. Este es el momento en que no se sabe qué va a pasar en Ecuador en el futuro inmediato.
COMPARACIONES INTERNACIONALES
Una de las aplicaciones prácticas, muy interesantes, de los conceptos y cifras vistos hasta aquí es examinar cómo estas interactúan en la determinación de las tasas de crecimiento del PIB y del PIB per cápita. Dicen los cánones que, si un país es moderado en su consumo, persistente en sus ahorros y diligente en sus inversiones puede aspirar a conseguir altas tasas de crecimiento de sus variables claves. En el cuadro