El libro tibetano de los muertos. Padma Sambhava

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El libro tibetano de los muertos - Padma Sambhava Colección Nueva Era

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a causa de una muerte demasiado violenta. Para ellos también la instrucción es absolutamente necesaria.

      Esta es también extraordinariamente imprescindible para aquellos que, aunque con experiencia en la meditación, entran en existencias más bajas por haber faltado a los preceptos o al cumplimiento honrado de sus obligaciones.

      Es mejor si el reconocimiento ha sido realizado durante la primera fase, pero, en su defecto, con esta nueva llamada en la segunda etapa, el intelecto se despierta ante el recuerdo y puede alcanzar la liberación.

      El llamado segundo bardo brilla entonces ante el cuerpo mental, y la conciencia es capaz de oír de nuevo como antes. Si las instrucciones son comprendidas ahora, el objetivo ha sido alcanzado, pues como las confusas proyecciones del karma todavía no han aparecido no pueden arrastrarle de aquí para allá.

       Ver Glosario.

       Estas constituyen dos prácticas complementarias de meditación en el yoga tántrico. En la práctica de visualización, el sujeto contempla sus proyecciones en forma de deidades y se identifica con ellas; en la meditación perfecta, todo queda disuelto en el vacío sin forma, en la Pura Luz.

       Yidam.

       Contrapartida etérea del cuerpo físico a nivel terrestre: el “cuerpo astral” de la Teosofía.

       La Realidad de Descendencia o Realidad Secundaria es la que se realiza en este mundo a través de la meditación profunda. La Madre-Realidad es la Realidad Primordial o Fundamental, experimentada únicamente después de la muerte.

      Parte II:

      El estado de transición de experiencia

      de la realidad (Chónyid Bardo)

      En esta tercera fase del estado de transición, las ilusiones kármicas empiezan a brillar. Es muy importante que las enseñanzas sobre la confrontación con la realidad trascendental sean leídas, pues estas poseen gran poder y son de gran ayuda.

      En estos momentos, el difunto ve que su comida es retirada, su cuerpo despojado de los vestidos y su lecho deshecho. Oye los llantos y gemidos de sus amigos y familiares, puede verlos y oír su llamada, pero ellos no pueden verlo ni oírlo, lo que le llena de desesperación.

      Durante este tiempo aparecen tres fenómenos: sonidos, luces de colores y rayos de luz, que le ocasionan temor, miedo y terror, y un gran cansancio. Llegado a este punto la confrontación con el Bardo de la realidad debe aplicarse.

      Llamando al muerto por su nombre, decirle de forma clara y precisa las siguientes palabras:

      Oh, noble hijo, escucha con toda atención, sin distraerte. Existen seis fases en el estado de transición (Bardo): el Bardo del nacimiento, el Bardo del estado de sueño, el Bardo del despertar por la meditación, el Bardo del momento de la muerte, el Bardo de la realidad trascendental y el Bardo del renacimiento. Oh, noble hijo, vas a experimentar tres estados de Bardo: el Bardo del momento de la muerte, el Bardo de la realidad trascendental y el Bardo del renacimiento. De estos tres experimentaste hasta ayer el Bardo del momento de la muerte. Aunque la Clara Luz de la Realidad Trascendental brilló ante ti, tú no pudiste permanecer en ella y ahora erras aquí. Ahora vas a experimentar el Bardo de la realidad trascendental y el Bardo del renacimiento, reconoce pues lo que voy a mostrarte, y no te distraigas.

      Oh, noble hijo, sea cual sea el miedo y el terror que puedan asaltarte en el Bardo de la realidad esencial, no olvides estas palabras y, guardándolas en tu corazón, sigue adelante, pues en ellas se encuentra el secreto vital del reconocimiento.

      “Ahora, cuando el Bardo de la realidad esencial brilla sobre mí, apartaré cualquier pensamiento de miedo o terror, reconoceré lo que aparezca como mi propia proyección y sabré que es una visión del Bardo; ahora, cuando he llegado a este momento crucial, no temeré a mis propias proyecciones, pacíficas o terribles”.

      Sigue adelante, diciendo estas palabras de forma clara y precisa, y acuérdate de su significado profundo. No las olvides, pues es de vital importancia reconocer con certeza que aparezca lo que aparezca, por muy terrible que sea, es tu propia proyección.

      Oh, noble hijo, cuando tu cuerpo y tu mente se separan, la realidad esencial aparece, pura y clara, aunque difícil de discernir, luminosa y brillante, de terrible fulgor, moviéndose en apariencia como un espejismo a través de un paisaje primaveral en su continuo fluir de vibraciones. No te intimides, no te aterrorices ni temas. Es el fulgor de tu propia naturaleza, reconócela.

      Del interior de esta radiante energía surgirá el sonido natural de la Realidad, repercutiendo como miles de truenos al mismo tiempo. Este es el sonido de tu propia y verdadera naturaleza, por tanto, no te asustes ni intimides. El cuerpo que posees es llamado el cuerpo mental hecho de tendencias. Como no posees un cuerpo material de carne y sangre, cualquier cosa que llegue —sonidos, luces o rayos— no puede dañarte: no puedes morir. Basta simplemente con reconocer que son tus propias proyecciones. Saber que estás en el estado de transición.

       Chônyid Bardo.

       Sangsara. Ver Glosario.

       Sangsara.

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