Reflexiones Diarias. Anonimo
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Sin embargo, en el hogar o en el trabajo, eso puede ser otro cantar. En las situaciones que se me presentan en esas dos áreas de mi vida, las pequeñas desilusiones de la vida diaria son más evidentes y puede ser muy difícil sonreír o llegar con una palabra bondadosa o un oído atento. Fuera de las salas de A.A. es donde me enfrento con la prueba real de la eficacia de mi paseo por los Doce Pasos de A.A.
5 de ENERO
ACEPTACIÓN TOTAL
No puede concebir la vida sin alcohol. Llegará el día en que no podrá concebirla sin éste ni con éste. Entonces conocerá como pocos la soledad. Estará en el momento de dar el salto al otro lado. Deseará que llegue el fin.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 152
Solamente un alcohólico puede entender el significado exacto de una declaración como ésta. El dilema que me mantenía cautivo como alcohólico activo también me llenaba de terror y confusión: “Si no me tomo un trago me voy a morir”, competía con “si continúo bebiendo, esto me va a matar”. Ambos pensamientos obsesivos me empujaban aun más cerca del fondo. Ese fondo produjo una total aceptación de mi alcoholismo —sin reserva alguna— y esto fue absolutamente esencial para mi recuperación. Con esto, me veía enfrentado a un dilema sin parecido a ninguna experiencia anterior; pero, como llegué a entender más tarde, era necesario enfrentarlo si había de tener éxito en este programa.
6 de ENERO
LA VICTORIA DE LA RENDICIÓN
Nos damos cuenta de que sólo por medio de la derrota total, podemos dar nuestros primeros pasos hacia la liberación y la fortaleza. La admisión de nuestra impotencia personal resulta ser a fin de cuentas la base segura sobre la que se puede construir una vida feliz y útil.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 19
Cuando el alcohol influenciaba en todas las facetas de mi vida, cuando las botellas se convirtieron en símbolos de mi libertinaje y de la satisfacción inmoderada de mis deseos, cuando me di cuenta de que, por mí mismo, no podía hacer nada para sobreponerme al poder del alcohol, me di cuenta que no tenía otro recurso que la rendición. En la rendición encontré la victoria — victoria sobre mi egoísta inmoderación, victoria sobre mi necia resistencia a la vida tal como se me había dado. Cuando dejé de pelear con todos y con todo, empecé mi caminar por el sendero de la sobriedad, de la serenidad y de la paz.
7 de ENERO
EN EL PUNTO DE CAMBIO
Las medidas parciales no nos sirvieron para nada. Estábamos en el punto de cambio. Entregándonos totalmente, le pedimos a Dios su protección y cuidado.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 59
Todos los días yo me encuentro en momentos decisivos. Mis pensamientos y mis acciones pueden impulsarme hacia el desarrollo o encaminarme a las viejas costumbres y a la bebida. Algunas veces los momentos decisivos son comienzos, como cuando empiezo a encomiar, en lugar de criticar a alguien. O cuando empiezo a pedir ayuda en lugar de intentarlo solo. Otras veces los momentos decisivos son finales, tales como cuando veo claramente la necesidad de dejar de alimentar resentimientos o el egoísmo. Muchos defectos me tientan diariamente; por esto yo tengo también oportunidades diarias para darme cuenta de ellos. De una u otra manera, muchos de mis defectos de carácter aparecen diariamente: la autocondena, la ira, la evasión, la soberbia, el deseo de desquitarme y la grandiosidad.
Intentar medidas parciales para eliminar estos defectos solamente paralizan mis esfuerzos para cambiar. Solamente cuando le pido ayuda a Dios, con total entrega, llego a tener la voluntad y la capacidad para cambiar.
8 de ENERO
¿TENGO UNA OPCIÓN?
El hecho es que la mayoría de los alcohólicos, por razones que todavía son oscuras, cuando se trata de beber han perdido su capacidad para elegir. Nuestra llamada fuerza de voluntad se vuelve inexistente.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 24
Mi impotencia ante el alcohol no cesa cuando yo dejo de beber. En sobriedad, yo todavía no tengo opción — no puedo beber.
La opción que sí tengo es la de recoger y usar el “juego de herramientas espirituales” (Alcohólicos Anónimos, p. 25). Cuando hago esto, mi Poder Superior me exonera de mi falta de opción — y me mantiene sobrio un día más. Si yo pudiera optar por no tomar un trago hoy, ¿qué necesidad tendría entonces de A.A. o de un Poder Superior?
9 de ENERO
UN ACTO DE LA PROVIDENCIA
Es verdaderamente horrible admitir que, con una copa en la mano, hemos deformado nuestra mente hasta tener una obsesión por beber tan destructiva que sólo un acto de la Providencia puede librarnos de ella.
DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 19
Para mí, el acto de la Providencia, (una manifestación de cuidado y dirección divina), ocurrió cuando yo experimentaba la quiebra total del alcoholismo activo — todo lo significativo de mi vida había desaparecido. Llamé por teléfono a Alcohólicos Anónimos y, desde ese instante, mi vida nunca ha sido la misma. Al reflexionar sobre ese momento muy especial, sé que Dios estaba trabajando en mi vida mucho antes de que yo reconociera y aceptara conceptos espirituales. Mediante este único acto de la Providencia pude quitarme de la bebida y empezar mi viaje hacia la sobriedad. Mi vida continúa desarrollándose con cuidado y dirección divina. El Paso Uno, admitir que yo era impotente ante el alcohol, y que mi vida se había vuelto ingobernable, cobra cada día más sentido para mí en la Comunidad salvadora y vivificadora de Alcohólicos Anónimos.
10 de ENERO
UNIDOS NOS MANTENEMOS
Llegamos a comprender que teníamos que admitir plenamente, en lo más profundo de nuestro ser, que éramos alcohólicos. Este es el primer paso hacia la recuperación. Hay que acabar con la ilusión de que somos como la demás gente, o de que pronto lo seremos.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, p. 30
Vine a Alcohólicos Anónimos porque ya no podía controlarme bebiendo. Puede que fuese por las quejas de mi esposa por mi costumbre de beber, o quizá porque la policía me obligaba a asistir a las reuniones de A.A. o tal vez, porque en lo más íntimo de mi propio ser, me daba cuenta de que no podía beber como las demás personas y no estaba dispuesto a admitirlo porque la alternativa me aterraba. Alcohólicos Anónimos es una comunidad de hombres y mujeres unidos contra una enfermedad común y mortal. Nuestras vidas están vinculadas unas con otras y somos como un grupo de náufragos en una balsa salvavidas en alta mar. Si trabajamos unidos, podemos llegar sanos y salvos, a tierra firme.
11 de ENERO
EL PASO CIEN POR CIEN
Solamente el Primer Paso, en el que admitimos sin reserva alguna que éramos impotentes ante el alcohol, se puede practicar con perfección