Azores. vvaa
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Lo más destacado de las Azores
Praia da Graciosa.
© José Luís Ávila Silveira/Pedro Noronha e Costa
Un mundo oceánico
Por supuesto, el océano es omnipresente. Donde quiera que ponga la mirada en el horizonte, el mar y el cielo se confunden con el azul del cielo bordeado por el blanco de la espuma. Esta presencia inevitable fascina: la impresión de infinito es apabullante. A un lado, la Europa continental, al otro, las Américas. Y a nuestro alrededor, ballenas y delfines que se pueden admirar casi todo el año y que proporcionan momentos de emoción inolvidables. Tanto si toma el avión como si coge un barco, si se sumerge o se baña, si come pescado o marisco, el Atlántico está en todas partes. No es casualidad que la compañía azoriana SATA haya escogido como lema The Atlantic and You.
Paisajes verdes y sorprendentes
La flora de las Azores es el ingrediente clave del espectáculo. Pasear por un camino bordeado de hortensias de azul intenso, mientras que aquí o allí los macizos de azaleas y agapantos, dormidos a los pies de altos árboles plataneros, se alimentan del aire fresco del ancho horizonte, es un placer incomparable. Casi todo el año, las Azores crean nueve sinfonías de colores y aromas de lo más embriagante. Los volcanes dormidos forman un relieve tortuoso que ofrece una gran variedad de paisajes. La imbricación del mar y la tierra, la escarpada costa de basalto, la arena negra y las piscinas naturales, los lagos volcánicos, las extrañas fumarolas volcánicas que nacen de la tierra: estas islas son un espectáculo natural encantador y fácil de comprender. Las cascadas caen en desfiladeros soleados, las verdes colinas contrastan con los volcanes acampanados, los densos bosques esconden lagos tranquilos y las orillas repletas de aromas sutiles se abren sobre una colada de lava solidificada en una oscura lengua de basalto. Llanuras fértiles y montes lejanos, volcanes brumosos y ciudades claras: los sentidos se despiertan a cada instante.
Los volcanes y sus lagos
La actividad tectónica se ve en todas partes en las Azores. El volcanismo ha dejado huellas fascinantes: Ponta do Pico, la cima más alta de Portugal con sus 2351 m, constituye una desafiante ascensión, y una vez en la cumbre, si hace buen tiempo, las vistas son impresionantes; en São Miguel, las fumarolas del lago de Furnas o los lagos volcánicos de Fogo o de Sete Cidades son maravillosos. En Faial, el volcán de Capelinhos surgió nada más que en 1958. Casi sesenta años después, sigue siendo una especie de desierto de cenizas en vías de sedimentación. En Flores y en Corvo, el paisaje de los lagos de cráter retrotrae a la lejana Escocia, solo que aquí están rodeados de hortensias y de océano. Los senderos señalizados y la proximidad geográfica de las ciudades y pueblos hacen que estos volcanes y sus lagos se presten perfectamente a las excursiones y los paseos.
Baños de todo tipo
Las Azores no son las islas Baleares: no hay grandes playas de arena blanca y palmeras. Y no es que el baño no sea, en temporada alta, el principal placer del turismo. El océano no está ni muy caliente ni muy frío: 21 ºC de temperatura media en verano, más alta aún en las piscinas naturales típicas de las Azores. Formadas por depresiones de la costa basáltica que llenan las mareas del océano, constituyen un marco insólito y pintoresco, acondicionado con gusto por los lugareños (escaleras, accesos…). En São Miguel, Terceira y Santa María sobre todo, pero también en el resto de las islas, las playas de arena negra tienen también su encanto y su originalidad. Además, están los lagos. En resumen: agua suficiente para satisfacer a todos los aficionados.
¿Cuánto tiempo seguirá estando preservado el archipiélago?
Aunque la ausencia de grandes playas bordeadas de cocoteros ha preservado el archipiélago de la masificación turística, como en Madeira o en las islas Canarias, es muy probable que la aparición de los vuelos de bajo coste en las Azores cambie un poco este panorama.
El viaje a las Azores sigue marcado por la autenticidad: hay pocos turistas fuera de temporada y son muchos los grandes espacios vírgenes, los senderos solitarios, las rutas bucólicas y silenciosas, los pueblos tranquilos, las pequeñas ciudades de escala humana y la cálida acogida de sus habitantes. ¡Un auténtico paraíso!
Buenas infraestructuras
Las Azores cuentan con buenas infraestructuras turísticas: oficinas de turismo competentes en cada isla, un abanico de alojamientos donde elegir numerosas posibilidades de restauración de calidad, buen servicio de alquiler de coches (aunque en verano es mejor reservar) y bastantes empresas que proponen actividades turísticas tanto en mar como en tierra. Además, tanto por razones históricas como geográficas, los azorianos suelen hablar inglés más que sus conciudadanos del continente. Aunque el turismo en las Azores sigue siendo razonable, algunos servicios están saturados en verano y los mejores establecimientos se llenan rápidamente.
Excelentes productos regionales
Entre el vino de Pico, la carne de vacuno local, los productos del mar, el queso de São Jorge y las piñas dulces, las Azores están repletas de productos locales, tanto terrestres como marinos, nórdicos y meridionales, que merecen por sí solos la visita. Muy pocas importaciones, productos frescos, escasos procesamientos industriales: las islas son bio antes que nadie, y le sorprenderá la calidad de su gastronomía.
Un rico patrimonio
Se insiste mucho en las bellezas naturales del archipiélago, pero hay que subrayar también que los hombres han sabido integrarse perfectamente en el paisaje. La arquitectura colonial portuguesa es sencilla y luminosa: pueblos blancos con hermosos balcones y magníficos jardines, pequeñas ciudades con muestras de lo mejor del barroco y de la arquitectura de los siglos XVIII y XIX. Las principales ciudades de las Azores merecen una visita: Angra do Heroísmo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cuenta con muchos tesoros; Horta, una escala marítima internacional, posee un bonito puerto histórico y un bello casco antiguo, y Ponta Delgada también conserva su antiguo encanto. Por no hablar de los atractivos paisajes rurales de bosque, con las vacas y los muretes de hortensias: las Azores conforman un espacio natural que el hombre ha sabido apropiarse con equilibrio y respeto.
Ficha técnica
Ficha técnica - Paisaje rural de las Azores.
© rui vale sousa – Shutterstock.com
Moneda
La moneda, como en el continente, es evidentemente el euro.
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