El comportamiento administrativo. Herbert Alexander Simon
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En la actual sociedad, con el crecimiento exponencial del conocimiento, esto resulta esencial, tanto para conservar viejos conocimientos como para adquirir nuevos. Expresó Simon; “...hay dos obvias razones por las que los seres humanos debemos estar motivados a buscar nuevos conocimientos: por el valor de sus usos y por razones de curiosidad” (Simon, 1999.e). Obviar la consideración ética u olvidar la generación de zozobra que implica el acceso a nuevos conocimientos significa negar la condición humana. Simon expuso su opinión acerca de la incertidumbre del nuevo conocimiento de esta manera: “La incertidumbre descansa en el corazón de la creación de conocimiento. El nuevo conocimiento significa conocimiento que no teníamos antes, que tampoco buscamos con seguridad alguna de encontrarlo o noción alguna de que apareciera” (Simon, 1999.e).
Culmino las observaciones a este capítulo con palabras de Simon respecto a la moral y la ética subyacentes en la valuación de los nuevos conocimientos. Dijo: “Más allá de la pregunta de si descubrimos nuevos conocimientos, está la pregunta de cómo deberíamos justipreciar su valor, que podríamos denominar la pregunta Prometeo/Pandora: ¿el conocimiento que descubriremos será un beneficio para la humanidad o una terrible metida de pata, o ambos? El trabajo de los científicos es un campo de aplicación que tiene algunas particularidades para enfrentar esa pregunta. Se puede preguntar, por ejemplo, si la humanidad sería mejor o peor con el conocimiento de cómo construir un arma nuclear (incluso la respuesta a esta pregunta puede ser compleja, dado que la cuestión se puede precisar de forma ligeramente diferente: ¿Podría la humanidad estar mejor o peor si los estadounidenses o los británicos hubieran aprendido a construir un arma nuclear antes que la Alemania de Hitler lo hiciera?”(Simon, 1999.e). En otra obra escribió: “Mi vida muestra que mis lealtades tribales son débiles. Soy un científico social antes que economista o psicólogo –y, espero, un ser humano más que cualquier otra cosa–. Creo (mi tercer mito elaborado) que lo que me atrajo a las ciencias sociales fue la urgencia de abastecer de rigor a un cuerpo de fenómenos que urgentemente lo necesitaba. La física estaba ya demasiado avanzada (pensé) para una aventura auténtica. Las ciencias sociales ofrecen un campo virgen de nieve sobre el cual se pueden imprimir formas nuevas” (Simon, 1991.a).
29. La raíz etimológica, aunque no filosófica, proviene de la expresión latina aestimable.
30. La teleología es la doctrina filosófica de las causas finales. Estudio de los fines o propósitos.
31. En la antigua Grecia, telos fue propósito, realización, cumplimiento, desenlace, salida y punto culminante. Según Aristóteles, hay telos porque contamos con poiésis (producción de comportamiento), y no al revés.
32. Se recomienda ver nota al pie nº 3 del Capítulo I (texto original) para distinguir “valor” y “hecho” en los términos de Simon.
33. Se refiere a un artículo de dicho autor en el que publicó sus críticas (Waldo, 1952).
34. En otras obras, Simon formuló una explicación acerca del tema de la lógica. Manifestó: “Las ciencias naturales se ocupan de cómo son las cosas. Los sistemas corrientes de la lógica (los cálculos proposicionales y predicativos de tipo normal, por ejemplo) sirven a estas ciencias. [...]. El diseño, por otra parte, se ocupa de cómo debieran ser las cosas. Podríamos preguntar si las formas de razonar apropiadas a las ciencias naturales son también las adecuadas al diseño. [...]. Se han construido ‘paradojas’ para demostrar la necesidad de una diferente lógica de imperativos o lógica normativa o deóntica. [...]...puede demostrarse que las exigencias de diseño permiten ser cubiertas con una modesta adaptación de la lógica declarativa corriente. Así pues, es innecesaria una especial lógica de imperativos. La forma más fácil de descubrir qué tipo de lógica se precisa para el diseño consiste en examinar qué tipo de lógica utilizan los diseñadores cuando se preocupan de razonar. De nada serviría proceder de este modo si los diseñadores no fueran sino gente chapucera que razonase torpemente, a base de vaguedades, y se sirviese únicamente de la intuición. En ese caso podríamos decir que, fuera cual fuera la lógica de que echaban mano, no era la lógica que debieron utilizar” (Simon, 1969.a, con referencias y observaciones de Simon, 1965.e; 1967.f).
35. Ver cita bibliográfica (Simon, et al., 1952).
36. El denominado Teorema de la Imposibilidad de Arrow o Paradoja de Arrow trata de la imposibilidad del diseño de decisiones colectivas (sociales o políticas) con criterios racionales. Puede sintetizarse la paradoja en la sentencia de que ningún sistema de votación resulta justo. Dijo Simon al respecto: “La dificultad de resumen en el célebre teorema del bienestar social de Kenneth Arrow que demuestra, bajo suposiciones bastante razonables con respecto a las condiciones que una función de bienestar social debe satisfacer, que tal función no puede existir. Entre las suposiciones razonables implícitas en el teorema de Arrow se encuentra el postulado que expresa que a diferentes personas debe permitírseles sopesar sus valores de maneras diferentes; que no queremos forzar a la gente a que tenga la misma clase de valores. Si aceptamos suposiciones como esta, descubrimos que, en realidad, no sabemos cómo comparar los valores entre las personas. De este modo, bajo ciertas suposiciones verosímiles acerca de la diversidad que deseamos permitir en las elecciones que hacemos los humanos, somos incapaces de definir una función del bienestar social que resolvería el problema del conflicto de intereses” (Simon, 1983.c).
37. March y Simon se basaron en las obras de dos renombrados autores (Selznick, 1949; Lipset, 1950).
38. Este esquema toma conceptos de varios autores (Morris, 1938; Simon, 1969.a; Frischknecht, 1993).
39. Esta obra (Simon, 1977.a) es, en realidad, una revisión que comienza en 1960 y culmina con esta tercera edición en 1977, con la siguiente secuencia:
- Simon, 1960.b (primera edición).
- Simon, 1960.c (El Capítulo I es una síntesis de esta publicación).
- Simon, 1965.d (segunda edición).
- Simon, 1977.a (tercera edición).
40. Este ensayo está basado en la obra de Simon. Además, se han considerado otras obras: (Frischknecht, 1993; March, 1994; 1999; Basualdo, 2000). Recomiendo la lectura de los capítulos I y II de esta obra, comentarios y observaciones.