Discurso Sobre El arte de la guerra. Wu Qi
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Discurso Sobre El arte de la guerra - Wu Qi страница 3
La vergüenza y la culpa (su hermana gemela), son los instrumentos de control cultural por excelencia. La vergüenza es hacia afuera: se siente por el juicio de los otros. La cultura establece la moral (recordemos que el origen etimológico de “moral” es el latín “mores”, que significa “costumbre”) de un grupo. Todo aquel que se aparte de las costumbres será excluido de la comunidad, el peor castigo al que se puede someter a una persona. Al mismo tiempo, surge el control interno manifestado en forma de “culpa”. Adam Smith usaba la metáfora de “el hombre del pecho” para mencionar los límites que cada uno se impone a sí mismo para seguir las normas. Tal es el poder de la cultura para mantener alineados a los integrantes de la empresa que, virtualmente, desaparece la necesidad de implementar otros sistemas de control.
Sobre la valentía del líder
Quien posea las habilidades militares y civiles podrá ser general. Si es capaz de combinar lo estricto con lo flexible, podrá guiar para hacer la guerra. Las personas comunes y corrientes, a la hora de evaluar a un general, con frecuencia consideran únicamente su coraje y su valor. En realidad, el coraje para un general es solo una de las condiciones necesarias que debe poseer entre tantas otras. Si solamente se basa en el coraje, sin duda atacará al enemigo con precipitación.
¿Dónde termina la cautela y empieza el coraje? ¿Dónde termina el coraje y empieza la temeridad? Esas son preguntas difíciles de responder. Luego de haber reflexionado y dialogado con sus colaboradores, los líderes las deberán responder por sí mismos ya que de ellos es la responsabilidad. La pregunta de los límites está siempre presente cuando se discute el tema universal del coraje. Es también central en la tradición occidental. Platón dedica el diálogo Laques a su tratamiento. El coraje no es suficiente si el líder no tiene el equilibrio para saber cuándo atacar y cuándo retirarse. La temeridad puede tener un alto costo para su propio ejército. Desde luego, esto es válido para cualquier tipo de organización comercial en medio de la lucha por atraer y mantener a todos sus stakeholders satisfechos.
Hemos recorrido solo algunos de los tantos pasajes del Discurso sobre el arte de la guerra que pueden servir de inspiración y de guía para los líderes empresarios. Sus consejos son grandes disparadores de la reflexión. Sería un buen ejercicio para los equipos de dirección usarlo como herramienta de autoconocimiento. Wu Qi puede ser un consultor ideal para facilitar cualquier taller de estrategia empresarial.
A modo de introducción
por Rodrigo Cipiliano
El Discurso sobre el arte de la guerra de Wu Qi ocupa un lugar significativo entre los manuales militares clásicos de la antigua China imperial. Tanto este tratado como el ya famoso Arte de la guerra de Sun Zi son conocidos bajo el término común: “El arte de la guerra de Sun y Wu”. Vale aclarar que no existe un libro con este título, solo se trata de una forma en la que los intelectuales chinos combinan los nombres para referirse a las obras de estos dos magníficos estrategas.
Wu Qi (440-381 a. C.) fue un estratega militar, reformador y estadista que se desempeñó durante la etapa inicial del periodo conocido como “Periodo de los Reinos combatientes” en China. Obtuvo altísimos logros, tanto en los asuntos internos como en los militares. También fue un hombre versado en el pensamiento confuciano. Teniendo en cuenta el impacto de su legado en China y en el mundo entero, cabe recordar aquí que Confucio (551-479 a. C.) elaboró un pensamiento que finalmente llegó a constituir el cimiento de la cultura china durante más de dos milenios. Su filosofía se articula en torno de los principales ejes siguientes: la importancia de las relaciones jerárquicas –el orden como pilar de una sociedad armoniosa–, el contrato social basado en la benevolencia de los gobernantes hacia el pueblo –la conducta apropiada y el respeto como garantes del valor moral–, el énfasis en la ética, la armonía y el rechazo al lucro, como la forma adecuada de ejercer el gobierno. Este legado incluye además un profundo disgusto por la guerra. La influencia de esta corriente filosófica puede detectarse en el entramado argumental de la obra de Wu Qi.
Es importante resaltar que, para Wu Qi, los ámbitos político y militar deben presentar un estado simbiótico de coexistencia y retroalimentación en el método de gobierno. Por lo tanto, un líder debe atribuirles igual grado de magnitud: no puede preferir uno y desatender el otro. Bajo esta premisa, nuestro autor le otorga una trascendencia relevante a la administración de ambos mediante el uso de la justicia, el ceremonial (ritual), la benevolencia y el Dao (道). Esto deja en claro que Wu Qi sostiene una postura por demás cautelosa frente a la guerra y se opone al abuso de la fuerza.
Creo necesario realizar algunas observaciones acerca del concepto de Dao. Dao es la transcripción, en el sistema pinyin aquí utilizado, de lo que habitualmente se conoce como Tao y se refiere al flujo que es fundamento y origen de todas las cosas del universo. Según criterios occidentales podría decirse, salvando las distancias, que corresponde a la “energía divina” que crea y envuelve el todo. Si bien existe un consenso relativamente universal en torno de la imposibilidad de traducirlo a una única palabra, ya que se trata de un concepto complejo, de algo inefable e inasible, en muchas escuelas de pensamiento se le atribuye la noción de “camino”, “modelo”, o “ley”, sea esta natural o humana, en función de las diferentes corrientes filosóficas. Por ejemplo, Confucio concibe el Dao en el sentido de “lo humano” (人道), mientras que Lao zi lo enfoca en la “ley natural”. Cuando se refieren al Dao, tanto Wu Qi como el ya conocido Sun Wu lo hacen en el sentido confuciano. En el contexto de este tratado, el Dao puede considerarse como el “camino ético del líder”, ya que Wu Qi lo relaciona con ambos ámbitos aludidos –el político y el militar– y se refiere a las recomendaciones del párrafo anterior: el ejercicio de la justicia, el ceremonial (ritual), la benevolencia y el Dao como características de un gobierno sabio.
Por otra parte, a continuación del tratado de Wu Qi he añadido algunos comentarios acerca de dos conceptos fuertemente presentes en el pensamiento de diversos estrategas, a saber: benevolencia y ceremonial (ritual), que forman parte del engranaje conceptual del confucianismo. Estas dos ideas confucianas son por demás complejas: la intención del agregado es solamente brindar una herramienta adicional para así permitir al lector abordar el texto con un mayor rango de libertad interpretativa.
Con el ánimo de complementar este trabajo, he agregado la traducción de algunos extractos del tratado Las tres estrategias de Huang Shi Gong. Además de compartir con Wu Qi el énfasis en las dos nociones recién mencionadas, este se centra en el aspecto estratégico y político: abarca de manera más específica las distintas formas de control de los subordinados y las modalidades correctas a aplicar para la elección de los líderes.
La complementariedad que se manifiesta entre estos dos pensadores hace de este libro una guía por demás útil que, a diferencia de otros tratados, no se limita solamente a analizar el adecuado modo de actuar, sino que incluso ofrece las herramientas necesarias para seleccionar correctamente a quienes serán los encargados de ejecutar las acciones definidas por quien gobierna.
Acerca de la traducción
En la antigua China, la mayoría de las oraciones (por no decir casi todas) se encapsulaban en grupos de cuatro caracteres. Cada uno de estos es una palabra con uno o varios significados. Por ejemplo, Confucio dijo: “Si se ha cometido un error y este no es corregido, a esto [no corregir el error] se lo llama el verdadero error”