Dioses y hombres en la Eneida de Virgilio. María Emilia Cairo

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Dioses y hombres en la Eneida de Virgilio - María Emilia Cairo Estudios del Mediterráneo Antiguo / PEFSCEA

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pero también quiénes las realizaron o quiénes han sido representados en ellas.115 Esto es lo que sucede con la construcción fata + complemento en genitivo. No resulta adecuado interpretar del mismo modo fata Aeneae / Troiae / Priami etc. que fata Iovis / Iunonis / divum: en el primer caso, se trata de “los hados de Eneas / Troya / Príamo” en tanto “el destino que les tocó en suerte soportar”,116 mientras que en el segundo caso “los hados de Júpiter / Juno / los dioses” son los designios de estos dioses, su voluntad.

      Dentro del sintagma nominal se consideran también los atributos unidos al sustantivo fatum. Tarriño Ruiz (en Baños Baños 2009: 253-254), siguiendo a Rijkhoff 2001, distribuye los modificadores adnominales en cuatro categorías: cualitativos, cuantitativos, locativos y referenciales. Mientras que los últimos tres grupos comprenden clases cerradas (ya que abarcan los determinantes en general: demostrativos, cuantificadores, etc.), la primera categoría es una clase abierta que incluye a los adjetivos propiamente dichos, los que han recibido la denominación típica de “calificativos”.

      Atendiendo a los niveles narrativos, nuevamente se verifica que son los personajes quienes más contribuyen a la caracterización de los fata y, de manera especial, los personajes humanos. La palabra fatum está acompañada por un adjetivo en 20 ocasiones (se indica entre paréntesis el emisor de la ocurrencia y a continuación el sintagma nominal formado por el sustantivo fatum más el adjetivo calificativo): 1.221-222 (narrador extradiegético: crudelia fata), 1.239 (Venus: contraria fata), 2.246 (Eneas: fatis futuris), 2.257 (Eneas: fatis iniquis), 2.738 (Eneas: misero fato), 3.17 (Eneas: fatis iniquis), 3.494 (Eneas: alia in fata), 6.546 (fantasma de Deifobo: melioribus fatis), 6.882 (fantasma de Anquises: fata aspera), 7.293-294 (Juno: contraria fata), 8.334 (Evandro: ineluctabile fatum), 9.204 (Euríalo: fata extrema), 10.35 (Venus: nova fata), 10.380 (Palante: fatis iniquis), 10.624 (Júpiter: instantibus fatis), 10.740-741 (Orodes: fata paria), 11.587 (Diana: fatis acerbis), 12.149 (Juno: imparibus fatis) y 12.726 (narrador extradiegético: fata diversa).

      En el conjunto de adjetivos empleados para describir al destino, se destacan los de connotación negativa, mayoritarios en el discurso de los hombres: iniquus, -a, -um en tres ocasiones, miser, -a, -um en una, ineluctabilis, -e en otra. No obstante, aparecen también una vez en el discurso de cada uno de los demás narradores: el fantasma de Anquises emplea asper, -era, -erum para caracterizar el destino de Marcelo, Diana describe con el adjetivo acerbus, -a, -um los hados de Camila y el narrador extradiegético señala como crudelis, -e el hado de Lico, uno de los compañeros de Eneas perdido en el naufragio.

      Asimismo, son abundantes los adjetivos que marcan comparación o diferencia. Si se puede hablar de hados “opuestos” (contraria), si existen destinos “mejores” (melioribus) que otros, si pueden surgir “nuevos” (nova) hados, si se pueden comparar entre sí los destinos y decir si son “similares” (paria) o “distintos” (imparibus), entonces podemos reforzar la idea del fatum como entidad plural que abarca en sí misma una amplia diversidad de posibilidades.

      En esta sección se analizará qué funciones semánticas asume el sintagma con núcleo fatum como argumento de la predicación para así dar cuenta de qué rasgos le atribuyen los diferentes narradores (si se trata de una entidad animada o inanimada, concreta o abstracta, etc.), lo cual no puede deducirse de la información sintáctica, como podemos ver en los dos ejemplos siguientes, en los que el sustantivo fatum cumple la función sintáctica de sujeto pero con distinto valor semántico:

      ‘Tendimus in Latium, sedes ubi fata quietas ostendunt’ (1.205)

      Nos dirigimos al Lacio, donde los hados muestran moradas tranquilas.

      ‘Desine fata deum flecti sperare precando’ (6.376)

      Deja de anhelar que los hados de los dioses se modifiquen por medio de ruegos.

      Mientras que en el primer caso fatum se presenta como el agente de ostendo (“mostrar, señalar”), es decir, como la entidad que controla la acción voluntariamente, en el segundo caso actúa como el paciente de flecto (“alterar, modificar”). Es la entidad sobre la cual se ejerce la acción o a la que le sucede algo. Además de estas dos funciones semánticas, Pinkster (1995: 20 y 2015: 27-28) incluye en su listado: causa,117 receptor, destinatario, beneficiario, entidad afectada, dirección, ubicación, lugar por donde, lugar a donde, modo, instrumento, grado, compañía, posición en el tiempo, duración, plazo de tiempo, circunstancias concomitantes, motivo, fin y consecuencia.118

      Resulta interesante indagar qué funciones semánticas desempeña el término fatum en Eneida, teniendo en cuenta, como hemos hecho hasta ahora, en qué nivel narrativo se ubica cada emisión de este término. Nos limitaremos a la función semántica del sustantivo fatum como argumento, es decir, como elemento integrante de la predicación imposible de omitir, puesto que se trata de los componentes con los que el núcleo del predicado establece una relación semántica directa. Las incidencias que se analizan aquí son 96 del total; las funciones semánticas a considerar son, pues: agente, paciente, causa, receptor, destinatario, dirección y ubicación. Si bien algunas de estas funciones semánticas se encuentran también en los adjuntos, se considerarán sólo los casos en que aparezcan como argumentos (por ejemplo, la expresión de la ubicación es un argumento de un verbo como habitare pero es adjunto en gran cantidad de otros predicados).119

      De las tres últimas funciones (destinatario, dirección y ubicación) no hemos registrado apariciones. En cuanto a las primeras, hallamos un claro predominio de las funciones semánticas de agente (50 sobre 96) y paciente (37 de 96), lo cual permite arribar a algunas interesantes conclusiones.

      En primer lugar, se observa que en más de la mitad de las ocasiones, el fatum o los fata son concebidos como la entidad que pone en marcha la acción. En estos casos, se les atribuye el rasgo [+ animado], e incluso [+ humano], puesto que ejercen su voluntad de llevar a cabo la acción o producir el estado que expresa el verbo. Fatum con función de agente aparece en relación con los siguientes verbos:120 adduco, ago, concedo, defendo, do, eripio, exerceo, fero, iacio, indulgeo, infringo, invenio, mergo, obsto, ostendo, pareo, pono, posco, proficio, prospicio, repello, reservo, revolvo, servo, sino, supero, tollo, traho, urgeo, veto y voco. En su gran mayoría, se trata de “acciones” (por oposición a “procesos”, “posiciones” y “estados”121), es decir, predicaciones caracterizadas por la presencia de un control ejercido por el agente y de un dinamismo que denota el desarrollo de un proceso. Si se añaden aquí las ocurrencias del término con función semántica “causa” (es decir, la que desempeña la entidad que ejerce la acción, aun cuando no la controla), se obtiene un total de 53.

      En segundo lugar, puede observarse que en casi un 40% de los casos, se conceptualiza a fatum como paciente, es decir, como la entidad que experimenta la acción denotada por el verbo. Las predicaciones que incluyen a fatum como paciente son aquellas que tienen como núcleo attollo, cano, condo, do, doceo, flecto, gemo, impono, libero, maneo, nescio, renarro, obliviscor, pono, posco, recenseo, rependo, rumpo, scio, sequor, sortior, utor, vinco y voco, o bien las predicaciones copulativas con verbo sum. En este grupo de predicados es notoria la presencia de verba dicendi y cognoscendi(cano, doceo, nescio, renarro, obliviscor, recenseo, scio, voco): el fatum es considerado en estas predicaciones como un texto que puede conocerse y luego transmitirse.

      Si bien en el caso de fatum como paciente el vocablo puede asociarse a su etimología pasiva –es “lo dicho”, la palabra pronunciada–, la gran cantidad de empleos como agente y la presencia de la noción de control parecerían contradecirla: el texto del fatum aparece, en la mayoría de los casos, investido de voluntad y capacidad de acción. Ahora bien, una gran mayoría de apariciones de fatum como agente pertenece al discurso de los personajes. De las 70 ocurrencias en los niveles intra y metadiegético, 42 desempeñan esta función; los más altos porcentajes se

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