La Oración Intercesora de Cristo. Warren Wiersbe

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La Oración Intercesora de Cristo - Warren Wiersbe

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el creyente ha recibido el regalo de la vida eterna y por consiguiente, él participa de la verdad. "Y ésta es la vida eterna", oró Jesús, "que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado" (v.3). ¡El único Dios verdadero! Hemos vencido al mundo y compartimos la alegría de Cristo porque en verdad, ¡conocemos al único Dios verdadero! Y al conocer al único Dios verdadero y a su Hijo Jesucristo, no necesitamos a los sustitutos que tanto entusiasman al mundo. Nuestra alegría se encuentra en aquello que viene del corazón del Padre.

      Pero el mundo no sólo está engañado, sino que también es peligroso. "El mundo se acaba..." (1 Juan 2:17); "porque este mundo, en su forma actual, está por desaparecer" (1 Corintios 7:31). Quienes están atrapados en este sistema al que llamamos “mundo”, piensan que es seguro, sólido, perdurable y confiable, cuando en realidad el mundo es temporal y pasajero. Hay quienes dicen, "¡tan seguro como el mundo!" Pero nada podría ser más inseguro que este mundo. (Por esa razón, el mundo creado no es seguro. "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" [Mateo 24:35]).

      Por ser engañoso, el mundo es también peligroso. Puede engañar al mismo pueblo de Dios e incluso conducirlos a problemas. "No amen al mundo ni nada de lo que hay en él", advirtió el Apóstol Juan (1 Juan 2:15). "No se amolden al mundo actual", escribió el Apóstol Pablo (Romanos 12:2). Santiago hizo la pregunta pertinente: "¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios?" (Santiago 4:4). Pablo escribió a Timoteo, "haz todo lo posible por venir a verme cuanto antes, pues Demas, por amor a este mundo..." (2 Timoteo 4:9-10).

      Satanás, el príncipe de este mundo, ha declarado la guerra a todo el pueblo de Dios. "Practiquen el dominio propio y manténganse alerta: Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar" (1 Pedro 5:8). ¡Los leones son peligrosos! Satanás utilizará al mundo para incitar al creyente a desviarse de la voluntad de Dios.

      El mundo en que vivimos además de engañoso y peligroso, también es un mundo manchado y profanado. El creyente debe tener cuidado para “conservarse limpio de la corrupción del mundo" (Santiago 1:27). La nueva naturaleza de la que participamos, genera nuevos deseos, pero a nuestro alrededor siempre están las tentaciones a las cosas más bajas. Debido a esta nueva naturaleza, los creyentes han escapado de "la corrupción que hay en el mundo debido a los malos deseos" (2 Pedro 1:4), pero ellos aún pueden ser tentados y caer.

      Cada vez es más difícil guardarnos "sin mancha del mundo." Los mensajeros de "los deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida" (1 Juan 2:16), constantemente nos invaden. Los anunciantes, al promover automóviles o alcachofas, parecen necesitar la ayuda del sexo y el orgullo para comunicar su mensaje. Modelos seductoramente vestidas que no saben nada sobre el producto intentan cortejarnos para comprar. O quizás es el hombre de negocios guapo y evidentemente adinerado, el que intenta inflar nuestro ego y doblegarnos. Stephen Leacock describió la publicidad una vez como "la ciencia de atrapar la inteligencia humana por el tiempo suficiente como para recibir su dinero".

      Finalmente, el mundo presente es también un mundo dividido. El propósito de Satanás es precisamente dividir y conquistar y parece estar lográndolo. ¡Incluso los creyentes pasan por momentos difíciles en los que se apartan unos de otros! Ponemos etiquetas sobre cada uno ("liberal", "fundamentalista", "neo-evangélico", “fundamentalista militante", “neo-fundamentalista", etc.), pensando que eso basta para solucionar todas las diferencias. Normalmente, esto crea más problemas porque la mayoría de los cristianos durante su proceso de maduración, no permanecen por mucho tiempo en el mismo “casillero” y algunos son difíciles de clasificar. ¡Gastamos más tiempo en las etiquetas que en lo que hacemos con quienes estamos clasificando!

      En conclusión, hay cuatro características de este mundo en el que nosotros vivimos: es un mundo engañado, peligroso, manchado y dividido. Uno de los mensajes de Juan 17 es cómo vencer al mundo. Veamos lo que esta oración nos dice acerca del mundo en el que vivimos.

      Vivimos en un mundo engañado, pero en Jesucristo tenemos la verdad: conocemos y confiamos en el "único Dios verdadero". El don de la vida eterna nos ha puesto en contacto con la verdad. Nuestro Señor mencionó esta verdad en los vv.1-5. Entre más conozcamos a Dios Padre y a su Hijo Jesucristo, menos interés tendremos en las efímeras cosas de este mundo. "Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre" (1 Juan 2:15). Es nuestro amor por el Padre lo que llena nuestra vida de la realidad espiritual.

      Vivimos en un mundo peligroso, pero en Cristo Jesús estamos seguros (vv.6-12); no tenemos miedo, porque Él nos ha revelado el Nombre de Dios (esto es, la naturaleza de Dios, el carácter de Dios). "Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo" (Proverbios 18:10). Jesús rogó, "Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre…” (v.11).

      Vivimos en un mundo manchado, pero es posible mantenernos puros debido a nuestra relación con Jesucristo. Nuestro Señor rogó por nuestra santificación (vv.13-19) y nos dio el don de su Palabra para que pudiéramos caminar en santidad. "Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad" (v.17).

      Vivimos en un mundo dividido, pero en Jesucristo, los salvos tenemos la unidad espiritual (vv.20-26). Para que pudiéramos conservar y promover esta unidad, Él nos dio el don de su gloria (v.22). No necesitamos fabricar la unidad espiritual: la unidad ya está aquí y todo lo que debemos hacer es mantenerla. Tal vez un esquema que resuma estas verdades, lo haría más claro:

El Mundo en el que VivimosLa Provisión de Dios en Cristo Jesús
Un mundo engañadoEl don de la vida Eterna.(1-5): Tenemos la Verdad.
Un mundo peligrosoLa revelación del Nombre de Dios.(6-12): Tenemos la Seguridad.
Un mundo manchadoEl don de la Palabra de Dios. (13-19): Tenemos la Santidad.
Un mundo divididoEl don de la Gloria de Dios.(20-26): Tenemos la Unidad.

      El famoso predicador norteamericano, Henry Ward Beecher, dijo una vez: "No es bueno para un hombre orar con 'crema' y después vivir una vida 'descremada." Lo más importante de nuestro estudio de Juan 17, es que haga una diferencia en nuestra vida diaria. ¿Cuál es mi actitud hacia el mundo? Mientras estudiamos, debemos hacer un inventario de nuestra vida. La respuesta a esta pregunta prueba si estamos o no recibiendo personalmente el beneficio de este estudio:

       ¿Hay algo del mundo que nos engaña y nos aparta de la verdad en Cristo?

       ¿Nos hemos puesto en un lugar de peligro que podría arruinar nuestro testimonio, nuestro trabajo y nuestra casa?

       ¿Estamos dejándonos manchar en secreto por el mundo?

       ¿Estamos creando divisiones no bíblicas en lugar de animar la unidad espiritual?

      Después de todo, no somos bendecidos por nuestro estudio de la Palabra, sino por nuestro actuar en la Palabra.

      "Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla." (Santiago 1:25).

      Capítulo

      2

      LA ORACIÓN: EL ENTRENAMIENTO BÁSICO

      “Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a Tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a Ti.»”

      Juan 17:1

      "¡Señor, enséñanos a orar!" Esta petición de uno de los discípulos (Lucas 11:1), daba evidencia de la verdadera condición espiritual. Nosotros debemos aprender a orar. Aunque la oración es tan natural para el cristiano como lo es respirar para un mamífero,

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