Neoliberalismo vs. Neopopulismo. Gabriel Loza Tellería

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en una verdadera ciencia, lo que se conoce vulgarmente como «envidia de la física».22

      La economía se dice que se considera que ocupa una posición única en las ciencias sociales, se caracteriza por afirmaciones científicas de gran alcance vinculadas al uso de métodos formales y su posición de superioridad social, hace que la disciplina conserve su relativa insularidad epistemológica o aislamiento, como concluye el artículo sobre “La superioridad de los economistas”.23 Tal vez esta “insularidad” no le ha permitido beneficiarse de la “polinización” con otras disciplinas. Para Rodrik et al (2019) “La economía sigue siendo algo insular dentro de las ciencias sociales debido a sus predilecciones metodológicas: individualismo metodológico, abstracción basada en modelos, formalismo matemático y estadístico”.24

      Pareciera ser que uno de los problemas de la poca relevancia de la economía para explicar los hechos o fenómenos económicos, como las crisis y la desigualdad, es que de facto fue considerada una ciencia empírica basada en resultados, en pruebas verificables y repetibles, con un gran despliegue de las matemáticas y la econometría, aunque con un uso abusivo de supuestos.

      Fue Samuelson, Premio Nobel en 1970, que con sus Fundamentos del Análisis Económico cambió el lenguaje de los economistas pasándolo de prosa a ecuaciones, de la deducción en prosa a la rigurosidad lógica de la deducción matemática. La tendencia de la economía en la utilización de modelos matemáticos y el sesgo hacia la econometría derivó a que en la práctica se la considere como una ciencia empírica que construye teorías y modelos a partir de la sistemática observación de la realidad. La matematización del análisis económico se da al final de la segunda guerra mundial y se profundiza en los setenta al tenderse a preferir la aproximación matemática con respecto a la estrictamente económica. Stigler llegó a decir que: “La mayor afirmación que se puede hacer para el método matemático es que necesariamente conduce a una buena teoría económica”. Para Robinson (1973), muchos economistas creen “que una tesis puede ser matemáticamente correcta y sin embargo falsa”.25

      Keynes en su tiempo ya había advertido sobre la matematización y su alejamiento de la realidad:

      Una parte demasiado grande de la economía “matemática” reciente es una simple mixtura, tan imprecisa como los supuestos originales que la sustentan, que permite al autor perder de vista las complejidades e interdependencias del mundo real en un laberinto de símbolos pretensiosos e inútiles.26

      Hasta Von Hayek, rival de Keynes y Premio Nobel en Economía en 1974, el padre del neoliberalismo, criticaba esta tendencia al decir:

      El fracaso de los economistas en el plano de las políticas públicas tiene que ver por su propensión a imitar lo más posible la metodología de las ciencias físicas. La economía es un fenómeno complejo, que solo de manera muy limitada puede ser captado a nivel numérico.27

      Jan Tinbergen, 28 decía “la ventaja de los modelos es que nos fuerza a presentar una teoría completa, pero son solo su esqueleto, que hay que complementar con sentido común y conocimiento de detalles”. La tendencia actual es a premiar más el método cuantitativo y la elegancia del modelo que su aporte concreto. Por eso decía Tinbergen: “Quizás tendríamos que pedirle a cada autor que explicite que hay de novedoso en su análisis”.

      Rodrik (2021) llama a comprender las ventajas y limitaciones de los métodos cuantitativos de los economistas y subraya cómo su enfoque puede complementar pero nunca reemplazar métodos alternativos, a menudo cualitativos, utilizados en otras disciplinas académicas. Así, señala que en las ciencias adquirimos conocimiento sobre la causalidad de una de dos maneras: o partimos de una causa y tratamos de identificar sus efectos (inferencia causal hacia adelante) o, alternativamente, partimos del efecto y tratamos de determinar sus causas (inferencia causal inversa). Los economistas están obsesionados con la inferencia causal hacia adelante al limitarse a dar pruebas sobre una de las causas, aunque ni siquiera sea uno de los factores más importantes. Así concluye:

      Los economistas pueden estar justificadamente orgullosos del poder de sus métodos estadísticos y analíticos. Pero necesitan ser más conscientes de las limitaciones de estas herramientas. En última instancia, nuestra comprensión del mundo social se enriquece con ambos estilos de investigación. Los economistas y otros eruditos deben adoptar la diversidad de sus enfoques en lugar de descartar o resentirse por el trabajo realizado en disciplinas adyacentes.29

      La pertinencia y relevancia de los temas tratados es otra preocupación en las investigaciones económicas donde predominan innumerables papers sobre las mismas estimaciones. Así, llama la atención el reconocimiento a los recientes laureados economistas Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson “por mejoras en la teoría de las subastas e invenciones de nuevos formatos de subastas”, en plena crisis económica mundial del COVID-19 y que el Premio Nobel de Economía 2016 fue para Oliver Hart y Bengt Holmström por su aporte en el “fértil campo” de la teoría de los contratos. En cambio, los investigadores Michael Houghton, Harvey J. Alter y Charles M. Rice fueron los galardonados con el Nobel de Medicina por el descubrimiento del virus de la hepatitis C y es probable que el próximo premio será a los descubridores de la vacuna del COVID-19.

      Si bien estrictamente no hay un Premio Nobel a la Economía, sino el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas instaurado en 1969, la idea es que el premio sea “a quienes, durante el año anterior, hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad”, como dijo Alfred Nobel en su testamento, situación que no se aplicaría a muchos de los economistas laureados que ignoran los problemas de la gente. La mayor parte de los premios Nobel fue para los aportes en Microeconomía y después le siguen más lejos en importancia Finanzas, Econometría y Teoría de los juegos. En cambio, son pocos los Nobel por los temas de Crecimiento y Desarrollo.30

      3.Recetas fallidas

      Así, existen una serie de casos de los diagnósticos y recetas fallidas del FMI, desde la aplicación de sus Acuerdos Stand-by en América Latina en la década de los cincuenta hasta los programas de ajuste estructural con énfasis en la privatización en los años ochenta y noventa junto con el Banco Mundial. El Presidente de México señaló que deberían pedir perdón por sus recetas fallidas:

      Todos esos organismos deberían ofrecer disculpas al pueblo de México y hacer la autocrítica, es decir, lo que propusimos resultó un fracaso y causamos un grave daño a los mexicanos porque dijimos que con la privatización iba a haber crecimiento y que iba a haber empleo.31

      La Gran Crisis Financiera, cuyos síntomas aparecieron a principios del 2000, recién se enteraron por las noticias de prensa muchos economistas y calificadoras internacionales de crédito que seguían alentando una mayor desregulación antes de su estallido en 2007. Lo más grave fue que después de más de 10 años se divulgó que las medidas de rescate financiero del 2008 no beneficiaron a los pacientes, a la gente, sino que habrían favorecido a los intermediarios, principalmente a los Bancos y Fondos de Inversión de alto riesgo (hedge funds), a los culpables de la bancarrota, recuperando y obteniendo mayores beneficios:

      Ocho millones de estadounidenses perdieron sus casas y su patrimonio fue devastado. Terminamos con la mayor desigualdad de riqueza de los últimos 100 años.

      Mientras esas familias resultaron ser los grandes perdedores del desastre financiero, los grandes ganadores fueron las empresas que compraron esas viviendas a granel, junto a los bancos que aprovecharon esa oportunidad. 32

      Analistas económicos consideran que los fondos de cobertura o fondos de inversión libre, un tipo de inversor institucional no regulado, como Bear Stearns, que fue empero rescatado por la Fed y Lehman Brothers, que en cambio quebró, fueron los causantes de la crisis financiera, ya que introdujeron un nivel excesivo de competencia y de riesgo a los bancos con su agresivo modelo comercial y financiero, tan agresivo que dio lugar al aumento de la demanda

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