Ciudad ocupada. David Peace

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Ciudad ocupada - David  Peace Sensibles a las Letras

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      »Basta de llorar por él…

      LA SEGUNDA VELA

      TESTIMONIO CUADERNO DE UN DETECTIVE, H.

      La ciudad es un cuaderno. Con lápiz y papel,

      con lápiz sin punta y papel basto,

      EN LA CIUDAD OCUPADA

      yo escribí estas palabras:

      26-1-1948; 16.00: Nieva / día libre / en los baños públicos / llaman desde la jefatura de la metropolitana / «Diez muertos en la jurisdicción de la Comisaría de Mejiro» / «¿Otra guerra de la Yakuza?» / «Mucho más grande. Envenenamiento masivo. ¡Preséntese de inmediato!» / Trolebús de Naka-Meguro a Ebisu / Taxi a la escena del crimen / La sucursal de Shiinamachi del Banco (Imperial) Teikoku, Nagasaki 39, 1-chome, Toshima-ku, Tokio / Edificio de una sola planta / delante del Templo de Nagasaki / Joder / Diez cadáveres desplegados en fila en una de las dos habitaciones del conserje / ojos abiertos / boca abierta / sangre y vómito / marcas de tiza donde los encontraron / detrás del mostrador / en el cuarto de baño / en el pasillo / en la sala de estar del conserje / seis supervivientes llevados al Hospital Católico de Seibo / médicos, vecinos y periodistas por todo el banco / escena del crimen contaminada / pruebas destruidas y cambiadas de sitio / A mi unidad, la Unidad n.º 2 (Unidad de Asesinatos) de la Primera División de Investigaciones de la Policía Metropolitana de Tokio, le asignan provisionalmente el caso.

       Empieza el Periodo Primero: los primeros veinte días de la investigación, del 26 de enero al 14 de febrero de 1948

      26-1-1948; 23.00: Segunda planta de la Comisaría de Mejiro / establecida como sede de la Investigación Especial / primera reunión del equipo de la Investigación Especial / informe basado en la información recabada en la escena del crimen y en la declaración que ha hecho uno de los supervivientes / establecimiento de los datos conocidos / dos de los seis supervivientes han muerto / el total de víctimas sube a doce / cuatro supervivientes / fecha y hora del crimen: las 15.30 del (lunes) 26 de enero de 1948, quince minutos arriba o abajo / Lugar del crimen: el interior de la sucursal de Shiinamachi del Banco Teikoku, en el 39 de la Nagasaki 1-chome, Toshima-ku, Tokio. Dicho establecimiento, que antes albergaba la casa de empeños Fujita, ocupa un edificio con tres entradas, situado entre las zonas residenciales y de negocios que hay delante del templo de Nagasaki, a unos sesenta metros al nordeste de la estación de Shiinamachi de la Línea Agrícola de Seibu (antes llamada Línea Musashino) / Víctimas: Takejiro Yoshida (43), ahora mismo en tratamiento, con domicilio en Oguchi-machi 812, Otaku; Yoshiyashu Watanabe (43), muerto, con domicilio en Oizumimachi 758, Itabashi-ku; Hidehiko Nishimura (38), muerta, con domicilio en Shin Ogawa-machi 10, chome-2, Ushigome, Shinjuku-ku; Shoichi Shirai (29), muerto, con domicilio en Asagaya 519, chome-3, Suginami-ku; Yoshio Sawada (22), muerto, con domicilio en Fujisawa 449, Fujisawa-mura, Irima-gun, Prefectura de Saitama; Tokukazu Tanaka, en tratamiento, con domicilio en Kami-ochiai 793, chome-2, Shinjuku-ku; Miyako Akiyama (23), muerta, con domicilio en casa de Kunosuke Akiyama, Nagasaki 18, chome-1, Toshima-ku; Hideko Uchida (23), muerta, con domicilio en Kita Toyotama 5, Nerima-ku; Yoshiko Akuzawa (19), en tratamiento, con domicilio en casa de Shobei Akuzawa, Nagasaki 14, chome-1, Toshima-ku; Teruko Kato (16), muerta, con domicilio en Ikebukuro 713-1, chome-2, Toshima-ku; Sutejiro Takeuchi (49), muerto, con domicilio en Horikiri-cho 170, Katsushika-ku; Tatsuo Takizawa (46), sirviente, su mujer Ryu (49), su hija Takako (19) y su hijo Yoshihiro (8), todos ellos muertos, todos ellos con residencia en la sucursal de Shiinamachi del Banco Teikoku / Autor del crimen, nombre y dirección: desconocidos / dijo ser miembro médico de la Sección Sanitaria de la Oficina Metropolitana de Tokio y del Departamento de Bienestar del Ministerio de Bienestar, y tenía un título de doctor en medicina / tarjeta de visita que presentó: «Dr. Jiro Yamaguchi, Oficial Técnico del Ministerio de Salud y Bienestar» / descripción: entre cuarenta y cinco y cincuenta años de edad, metro sesenta de altura aproximadamente, bastante delgado, nariz respingona, tez pálida, pelo corto o bien largo y entrecano / aspecto: vestido con traje de calle (marrón, de trencilla, usado); abrigo o gabán ligero en el brazo; zapatos de goma marrón (no es seguro); brazalete de tela blanco en el brazo izquierdo, con el logotipo de la Oficina Metropolitana de Tokio en letras rojas y debajo del logotipo la siguiente inscripción en negro y con buena caligrafía: «Líder de Equipo de Desinfección» o bien «Doctor en Medicina Preventiva» / artículos en posesión del autor del crimen: una caja metálica, de unos 3 × 15 cm de tamaño, como la que llevan a menudo los médicos (es la caja de la que sacó el veneno); un frasco de medicina de cristal pequeño y otro mediano (con veneno dentro) / rasgos característicos: dos manchas marrones de 1,5 cm en la mejilla izquierda (no cicatrices de quemaduras ni forúnculos, sino de esas que se ven a menudo en la piel de los ancianos). Un hombre atractivo; bien vestido y con aspecto de hombre inteligente / breve crónica del caso: las víctimas abrieron su establecimiento como de costumbre, a las 9.30 horas, y después de que Senji Ushiyama, el director, se marchara a su casa con dolor de vientre sobre las 14.00, siguieron trabajando hasta las 15.00, momento en que cerraron la puerta de entrada y se dispusieron a cerrar los asuntos pendientes hasta el día siguiente / aproximadamente a las 15.30, el autor del crimen hizo su aparición repentina por la entrada lateral; le enseñó su tarjeta de visita (donde había impreso el título falso que se describe más arriba) a Yoshiko Akuzawa, una de las víctimas, y manifestó su deseo de ver al director. De manera que esta última lo acompañó a las oficinas, donde Takejiro Yoshida, el subdirector, estuvo hablando con él / el malhechor declaró entonces que habían surgido una serie de casos de disentería entre quienes habían bebido el agua de un pozo público situado delante de la casa de Aida, y que se había informado del tema al teniente Porton (o algo que sonaba parecido), así como a las autoridades japonesas. De manera, les contó, que ahora estaba en camino un equipo de desinfección de las Fuerzas Aliadas. A él lo mandaba el teniente a modo de avanzadilla de dicho equipo para investigar el caso, y así había descubierto que cierto inquilino de la casa de un enfermo de disentería había visitado aquel mismo día la sucursal donde se encontraban. En consecuencia, todo lo que había en la sucursal, incluyendo los libros, papeles, billetes, etcétera, tenía que recibir tratamiento de desinfección, razón por la cual afirmó que nadie podía hacer nada hasta que llegara el equipo de desinfección / cuando Yoshida le dijo: «Me pregunto cómo pueden haber recibido la información tan pronto», el malhechor respondió: «Lo que pasa es que el médico que ha examinado al paciente ha emitido un informe directamente a las autoridades de la Ocupación» / «El equipo de desinfección llegará pronto —continuó el villano—, y entretanto todos ustedes tienen que tomarse esta medicina que nos dan las autoridades de la Ocupación. Es una medicina tan potente y eficaz que, si la toman, los hará completamente inmunes a la disentería». Y diciendo eso, sacó unas ampollas, una grande y una pequeña, de su botiquín (un cofrecito metálico como el que usan los médicos, descrito más arriba) / las víctimas, sin sospechar nada de la intención diabólica del autor del crimen, cuya perfecta compostura, así como la verosimilitud de sus explicaciones y su brazalete de la Oficina Metropolitana de Tokio, los habían llevado a otorgarle total credibilidad a sus palabras, formaron un círculo alrededor del hombre, un círculo de desdichadas víctimas, dieciséis en total / a continuación el diablo les dijo: «Esta medicina les dañará el esmalte de los dientes, de manera que yo les enseñaré cómo tragarla. Hagan lo mismo que voy a enseñarles. Hay dos tipos de medicina. Tómense la segunda un minuto después de la primera. Asegúrense de tomarla al cabo de un minuto, o les hará un mal efecto» / después de esa explicación sirvió en las tazas de las víctimas sendas medicinas líquidas, una transparente y otra no, que había sacado de las ampollas con una jeringa para rellenar estilográficas, llenando una jeringa por cabeza / a continuación cogió una taza él también y, diciendo «Hay que beberla así», se tragó su contenido dejándolo caer gota a gota sobre su lengua, que había sacado ahuecada / de manera que las pobres víctimas, sin excepción, se tragaron el líquido letal siguiendo el ejemplo de aquel diablo / el líquido en cuestión quemaba el paladar, y las víctimas tuvieron la sensación de haber tomado

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