Francisco Franco. Heinz Duthel

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Francisco Franco - Heinz Duthel

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de 29 de agosto de 1936, firmado por el general Miguel Cabanellas Ferrer, que restablecía la bandera roja y gualda. Curiosamente, no se hizo referencia ni a las dimensiones ni al escudo, de manera que las fuerzas sublevadas emplearon multitud de escudos distintos. Para resolver esta situación, la Junta completó el Decreto con la Orden de 13 de septiembre de 1936 firmada por el coronel Federico Montaner, por la que se establecía que las formas y dimensiones de las banderas de las unidades del Ejército fueran las mismas de antes de la proclamación de la República y que el escudo fuera el republicano. Finalmente, y tras considerar las pretensiones de la entonces influyente Falange, un nuevo diseño para el escudo fue formalmente descrito y regulado por el Decreto nº 470 de 2 de febrero de 1938 firmado por el general Franco.

      El escudo entonces representativo del bando sublevado y de su ideología, popularizado como el "escudo del águila", sería impuesto al término del conflicto como escudo nacional de España vigente, incluso tras algunos ligeros retoques técnicos aprobados en 1945, no solamente durante el periodo del régimen franquista propiamente, sino también durante el periodo de la Transición democrática hasta 1981, si bien que con ciertas modificaciones de valor simbólico aprobadas en 1977.

      Por expresa voluntad del gobierno franquista, el diseño del escudo supuso una novedad con respecto a la tradicional configuración para el escudo nacional desde 1868, momento a partir del cual, las armas de España como Estado dejaron estar asociadas a las de la dinastía reinante, sin perjuicio de emplear los elementos básicos de ésta como era el cuartelado con los blasones de Castilla, León, Aragón y Navarra y «entado» en punta con el de Granada, con la inclusión de otros elementos heráldicos históricos a los que se confirió una distinta simbología:

      «El haz y el yugo de los Reyes Católicos, cuya adopción como distintivo constituye uno de los grandes aciertos de nuestra Falange, debe figurar en las armas oficiales para indicar cual ha de ser la tónica del Nuevo Estado».

      El Águila presente en el escudo de Franco no es un símbolo original del régimen, sino que era ya utilizado en las armas de los Reyes Católicos. Éste era el Águila de San Juan que Isabel la Católica incorporó como soporte al escudo por la devoción al evangelista con la que la soberana añadió el lema «sub umbra alarum tuarum protege nos» (protégenos bajo la sombra de tus alas). Incluso se hizo coronar reina de Castilla el día de su festividad. Se utilizó una heráldica semejante a la empleada por los Reyes Católicos, sustituyendo las armas de Aragón-Sicilia por las de Navarra, se añadieron las Columnas de Hércules y la divisa Una, Grande y Libre.

      El Yugo, el Haz y el nudo gordiano

      Origen

      En la tradición heráldica española, el yugo, el haz de flechas y el nudo gordiano fueron elementos que, junto con el ramo de granadas y el lema Tanto Monta conformaban la divisa personal propia más difundida de los Reyes Católicos, tal y como fue plasmada en el cancionero de Pedro Marcuello. Esta divisa fue incorporada a la combinación de las armas familiares de ambos esposos a partir de 1475, según se pactó en las capitulaciones de la llamada Concordia de Segovia y de la cual una representación gráfica del escudo que identificaría la reunión de los dos reinos más importantes de la península, es la imagen del escudo más antigua conservada. Según Faustino Menéndez Pidal de Navascués la significación de la divisa era por entonces de carácter galante, formando un juego mutuo simbólico fundado en las iniciales de los nombres de ambos esposos, siguiendo una costumbre de la época por la que cada cónyuge empleaba las iniciales de su correspondiente en la firma de documentos, tal y como lo declararon los mismos reyes en 1497 mediante la ordenanza que regulaba el grabado de las monedas de plata, con un significado genuino de igualdad de ambos soberanos.

      Atribuidos en su conjunto erróneamente a Antonio de Nebrija, a quien según Menéndez Pidal solo le correspondería la creación del lema Tanto Monta, su interpretación ha sido objeto de diversas conjeturas por distintos autores muchos de los cuales se refieren a explicaciones fantásticas o leyendas infundadas. Propia del Rey era la divisa del nudo gordiano, de arraigo en la corona de Aragón, y que se disponía perpendicularmente al yugo, como así aparece en el cancionero de Marcuello o en los entramados del Palacio de la Aljafería de Zaragoza, pero que en Castilla causó confusión y fue asociado a las coyundas del yugo. Las flechas por su parte fueron representadas en un número variable, pero siempre apuntando hacia abajo. Con el tiempo esta divisa propia de los Reyes Católicos como esposos se difundió a otras composiciones heráldicas, siendo adoptadsa en alguna de sus variantes como parte de los emblemas no solamente de villas y ciudades, como por ejemplo Ronda, Marbella o Málaga, sino también de Estados como Puerto Rico o los Países Bajos.

      Emblema de la Falange

      La adopción de este símbolo se produjo a causa de una explicación de un profesor de la Universidad de Granada, Fernando de los Ríos, de inclinaciones socialistas, que en una clase de Derecho Político instruyendo sobre el Estado Fascista y sus símbolos, hizo un apunte en el encerado con un ramillete de flechas entroncadas con un yugo, indicando que ese sería el símbolo del fascismo de haber nacido o surgido en España:

      Si algún día hubiese un fascismo español, éste podría ser el emblema

      Un alumno asistente a esa clase, Juan Aparicio López, fue el que insinuó la adopción de este símbolo para las JONS de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista). También propuso la bandera "roja y negra" y el lema "España, una, grande y libre".

      Quien diseñó la yuxtaposición con que fue adoptado el símbolo de la JONS fue el burgalés Escribano Ortega, firmante del manifiesto de los gallos de marzo en el que convergían su cualidad de dibujante con su personalidad tradicionalista. En una cuartilla rayó la verticalidad oblicua de las flechas y la horizontalidad maciza del yugo y se dispuso a unirlos por su convergencia y así fue como renació el emblema al que Ramiro Ledesma adoptó como representativo de las nuevas JONS y que más tarde perduraría y sería adoptado por Falange en el momento mismo de la fusión el 13 de febrero de 1934 representada por Ramiro y José Antonio en un ático de la Gran Vía madrileña. Más tarde, José Antonio Primo de Rivera, el 19 de octubre del mismo año, en una comunicación entre otras cosas decía[cita requerida]:

      Oído el parecer del Consejo Nacional, esta Jefatura ha acordado lo siguiente: sobre el bolsillo izquierdo, en la misma camisa o en un trozo intercambiable de tela del mismo color, irá bordado el emblema de las cinco flechas y el yugo.

      El poeta y militante falangista Rafael Sánchez Mazas evocó en una edición de la revista El Fascio de 1933 las motivaciones para la adopción por parte de la Falange Española de algunos de los elementos de la divisa de los Reyes Católicos, llegando a atribuir su origen a varias de las obras del poeta romano Virgilio (70 a. C. – 19 a. C.), el simbolismo de las flechas, como expresión de la guerra evocada en su obra Eneida, y el yugo, para las labores agrarias, basada para las Geórgicas, con el que se pretendía conferir a la divisa un significado propio al ideario falangista:

      (..) Repongamos en el escudo yugo y haz. Si el yugo sin las flechas resulta pesado, las flechas sin el yugo corren peligro de volverse demasiado voladoras. Tornemos, más que a una política, a una disciplina, a una conducta, a un estilo, a un modo de ser, a una educación.

      Sánchez Mazas, El Fascio, Haz y Yugo, 1927, Madrid, 16 de marzo de 1933.

      Para los responsables del ideario falangista, como José Antonio Primo de Rivera, Juan Aparicio, Ernesto Giménez Caballero, Ramiro Ledesma, Orbegozo, que dejaron sus reflexiones en la revista Fascio el emblema elegido también se aproximaba al del fascismo italiano, éste a su vez inspirado en el fascio o símbolo de los líctores romanos, mediante la asociación polisémica en español de la palabra haz, también del latín fasces, que se entiende como haz de flechas o de trigo, o como el imperativo del verbo hacer, adecuándose al espíritu revolucionario que se

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