Francisco Franco. Heinz Duthel

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Francisco Franco - Heinz Duthel

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Mazas volvía a recordar la intencionalidad simbólica asociando el haz de flechas a un vocablo propio del campesinado, que incluso inspiró un cuento tradicional: el del padre que al morir manda a sus hijos mayores partir un haz, cosa imposible, mientras que el hijo pequeño lo consigue fácilmente quebrando las espigas de una en una. La moraleja es que, permaneciendo unidos como el haz, serán invencibles. El yugo y el haz de flechas querían simbolizar una forma de vida y una forma de gobernar, prudente y a la vez emprendedora:

      El yugo sin las flechas resulta pesado, las flechas sin el yugo corren peligro de volverse demasiado voladoras.

      El diseño del yugo y el haz de flechas fue descrito en la pragmática expedida por los Reyes Católicos en Medina del Campo en el año 1497, para llevar a cabo su reforma monetaria donde pretendían unificar el sistema monetario además de regular el funcionamiento de las casas de moneda y monederos.

      En las monedas introdujeron el yugo, el haz y el nudo gordiano.

      El emblema del Yugo fue el propuesto por Antonio de Nebrija a Fernando como emblema de su esposa Ysabel, que anteriormente le había pedido que el emblema comenzara por Y. El poeta le propuso el Yugo porque fue el objeto al que estaba atada una cuerda con el "nudo gordiano", un nudo que era imposible de desatar menos para quien estuviera destinado a ser el conquistador del mundo. El mismo Alejandro Magno sacó su espada y lo cortó exclamando "Tanto monta" (da lo mismo), para que el rey tomara la acción directa para hacer valer su posición.

      Los miembros y pedazos de España, que estaban por muchas partes derramados, se redujeron y ayuntaron en un cuerpo y unidad de reino. La forma y travazón, del cual casi está ordenada que muchos siglos vivirá y tiempos, no lo podrá romper ni desatar.

      Y ofrecido en el año 1516 al Emperador Carlos V:

      Vuestra alteza debe venir a tomar en la mano aquel yugo que el católico rey vuestro abuelo os dejó, con el cual tantos bravos y soberbios se domaron y en la otra las flechas de aquella reina sin par, vuestra abuela, Doña Isabel, con que puso a los moros tan lejos.

      El decreto de 1938, que especificaba el nuevo escudo de armas del régimen, incluyó estos elementos según la disposición usada en el siglo XIV, es decir, con el haz de flechas apuntando hacia abajo, pero a partir de 1945, el nuevo diseño varió esa posición y desde entonces, el haz apuntaría hacia arriba, aproximándola a la interpretación falangista. Este símbolo fue adoptado por el franquismo como símbolo del nuevo y único partido del régimen, Falange Española Tradicionalista de las JONS (FET JONS), fruto de la unión de Falange Española de las JONS y Comunión Tradicionalista (carlistas) en el que también se integraron miembros del resto de los partidos y grupos derechistas que apoyaban la sublevación y que habían quedado disueltos tras el inicio de la Guerra: la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), monárquicos alfonsinos y otros partidos de significación derechista, agrarios, etc.

      El víctor

      El víctor es un símbolo acuñado en el Antiguo Imperio romano y que derivó del crismón.

      A partir del Edicto de Milán en el año 313 de nuestra era, el crismón aparecía en monedas, estandartes y con el tiempo pasó a formar parte también de los escudos de los legionarios romanos. Según la leyenda, al emperador Constantino en sus sueños, la noche anterior a la batalla del Puente Milvio, se le apareció el crismón junto a las palabras de «In hoc signo vinces» («Con este signo vencerás»). Al día siguiente éste sustituyó el águila imperial por el crismón o labarum y ganó la batalla.

      Poco a poco fue transformándose en los escudos romanos hasta adoptar otra forma muy diferente. Se había convertido en otro símbolo: el Víctor, Escudo de la Victoria o Victorioso.

      Fue adoptado por algunas universidades españolas desde el siglo XIV, como la de Salamanca y más tarde la de Alcalá de Henares como emblema para los doctores, en inscripciones murales con pintura roja o negra que se conservan hoy en día. Finalmente, se eligió como adecuado para ser utilizado en el Desfile de la Victoria (18 de julio de 1939) y, a partir de entonces, durante toda la dictadura franquista, como emblema propio de Franco.

      Erróneamente se piensa que fue diseñado por el ocultista Corintio Haza, que habría incorporado al emblema símbolos astrológicos para proteger simbólicamente al Caudillo.

      Estandarte, guion y escudo de Franco

      En el año 1940 se creó el estandarte y guion que fueron empleados hasta su defunción por el dictador. La propia banda y los dos dragantes contenían las columnas de Hércules con fuste en plata, base y capitel corintio en oro y ambas timbradas con una corona imperial en la columna próxima al lado del mástil y una corona real abierta en la más alejada. La columna del lado más cercano al mástil aparecía colocada en el borde inferior, mientras que la otra lo estaba en el borde superior.

      En la creación del estandarte se utilizó de base la Banda Real de Castilla, que era una banda personal de los reyes de Castilla y posteriormente usada por los Habsburgo.

      El estandarte, la bandera que fue izada en residencias oficiales, acuartelamientos y naves de la Armada, consistió en una enseña cuadrada con los elementos mencionados.

      La Banda de Castilla y las Columnas de Hércules también formaron parte del escudo personal que empleó Franco como Jefe de Estado. En este escudo figuraba asimismo acolada la Cruz Laureada de San Fernando y una corona abierta, sin diademas, denominada corona militar de caudillaje.

      Las estatuas del Caudillo

      Son las representaciones escultóricas que existen de todo tipo del dictador: eran bustos, estatuas ecuestres, etc., que, durante el régimen, se colocaban en las plazas o lugares emblemáticos de muchas ciudades españolas.

      En cuanto al número y significación de estas estatuas en cada uno de los periodos del franquismo, se ha propuesto una interpretación según la cual hasta el año 1959 (sobre todo en los años cuarenta) se pretendía legitimar el régimen y "perpetuar la memoria de la victoria"; en los años sesenta se rendía "homenaje particular a Franco y a su obra" (en un espíritu coincidente con el de la conmemoración de los XXV Años de Paz -1964-); y en el último periodo (prolongado tras la muerte de Franco hasta 1978) se pretende "fijar la memoria" con un "objetivo inmovilista".

      Lugares donde se encuentran estas estatuas en la actualidad:

      Ferrol: aquí se halla el símbolo franquista por excelencia en la villa natal de Franco. Estatua de más de seis metros de altura que durante años presidió la Plaza de España y que actualmente está en el exterior del Museo Naval de Herrerías, dentro del Arsenal Militar.

      Toledo: se encuentra en un lateral de la fachada principal de la Academia de Infantería de Toledo.

      Valencia: estatua ecuestre del dictador que se retiró de Valencia en 1983 y ahora se conserva en el patio del convento de Santo Domingo.

      Melilla: conserva la única estatua de Franco de pie que puede contemplarse en una vía pública y que, después de ser retirada en 2005 debido a unas obras que se iban a realizar, se volvió a colocar a unos 50 metros de su anterior ubicación.

      Tenerife: existe otro monolito con su busto en el municipio de El Rosario, que recuerda que en junio de 1936 el entonces comandante general jefe de Canarias se reunió en ese lugar con oficiales de la guarnición para preparar la sublevación.

      La Coruña: existen esculturas y placas de Franco en diversos puntos de la ciudad, como la imagen del dictador a caballo rodeado por la guardia mora del Palacio de María Pita.

      Salamanca:

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