Una cita contigo misma. Maritere Lee
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Tu frase clave será: Mi problema es emocional, no me voy a desquitar con mi cuerpo.
• Racionalizar constantemente los hechos: es normal que después de cualquier ruptura, uno caiga en la necesidad de analizar lo ocurrido una y otra vez. El problema es cuando se nos vuelve una compulsión, un ciclo vicioso de autoexigencia e hipervigilancia del pasado, que lo único que hace es llevarnos al punto número uno: la culpa.
Tu frase clave será: No me voy a sobreanalizar, ni a sentenciar.
La persona que no puede poner en práctica junto con el tiempo estos puntos desarrolla un alto apego o dependencia a su ex pareja. Este vínculo imaginario puede llevar a la persona a no avanzar. El sanar conscientemente implica decirte: “¡Basta, sé que cometí un error, sé que cometió un error, pero no pasa nada, no fue el fin de nuestras vidas, ¡todo fue para mejor!”. Sé que muchas pero muchas veces duele (¡y duele mucho!), pero si te animas a poner en práctica estos puntos, si tomas coraje y eliges resolver esa ruptura a tu favor y no en tu contra, la vida te va a sorprender positivamente.
Es importante recordar que cada uno es un individuo, una identidad separada y completamente distinta de la relación. Tú no eres la relación. La relación es un proyecto, una construcción, que lastimosamente a veces puede tumbarse, abandonarse o deshacerse. Tienes el derecho de sentirte bien, de ser libre de toda sentencia.
Madurar es saber en cuáles situaciones se gana cuando se tira la toalla.
MARITERE
¡Pasa ya de página!
Cerrar con broche de oro aquellos momentos de la vida que dejaron una huella en el alma de manera sana tiene sus secretos. Dejar ir no significa la derrota. Dejar ir es tener confianza en uno mismo y fe en el futuro. Por lo general el cierre no se logra hasta que le encontramos un sentido al porqué de las cosas. Todo pareciera tener más sentido cuando el tiempo pasa y miramos las situaciones vividas, y al otro, en retrospectiva. Solo cuando pasa un tiempo justo y prudente, cuando podemos recolectar suficiente material para atar cabos y comprender un poco mejor lo que hemos vivido, es cuando estamos listos para decir: “Ahora lo entiendo todo. Cierro mi pasado y voy por lo nuevo”. Y cuando yo puedo cerrar mi pasado, puedo comprender que mi pareja también tiene una historia propia, un pasado que compartió con otra persona, y que le pasó lo mismo que a mí. Por eso, no vale la pena hostigar, insistir, revivir y vivir apegados a un pasado que se intenta cerrar para abrir uno nuevo. ¿Para qué generar problemas cuando no los hay?
A muchas personas les cuesta un mundo desligar afectivamente sus experiencias anteriores con la relación actual. Lidiar con el pasado de tu pareja puede ser una completa tortura, si te empeñas en hacerlo una causa o un tema de gran importancia, y más si tu pareja no te ha dado motivo alguno. Si es un tema de celos injustificados, simples celos hacia el pasado, es probable que tengas un serio problema de inseguridad y autoestima que convenga trabajar de manera individual o con un profesional, explorando: ¿qué dicen de mí estos celos irracionales?; ¿qué está reflejando esta conducta?
Ahora bien, si tu pareja sigue manteniendo contacto con su pasado, por ejemplo: relacionándose con ex parejas negativas, o teniendo conductas inmaduras que te hacen dudar de su evolución y auténtico aprendizaje como persona, es importante entonces hablarlo claro y directo, poner límites si estos temas te hacen sentir mal y tomar decisiones.
Contactar a una ex pareja cuya relación fue tóxica equivale a resucitar a un muerto para luego volverlo a matar.
Y sobre todo aclarar lo siguiente: “Si ahora estás conmigo, ¿por qué te surge mantener este tipo de contacto con el pasado?”. ¿Qué dice de tu pareja esta conducta? ¿Qué refleja en la relación?
¿Qué recomiendo en este tipo de situaciones? La experiencia a nivel personal y profesional me ha enseñado lo siguiente:
1. Deja de jugar al detective: eso de ponerse a buscar información en las computadoras, redes sociales o en las cosas personales es el error número uno. Todos, absolutamente todos, tenemos un rabo que nos pisen y un pasado emocional, es obvio que uno va a encontrar algo.
2. No uses la evidencia como arma de ataque: es lo más triste y patético que puedes hacer. ¿Usar el pasado para atacar a tu pareja? Usar hechos que ocurrieron cuando tú ni siquiera estabas en el panorama para hacerlo sentir mal sobre la relación que tienen en la actualidad… ¿qué sentido tiene?
3. No preguntes lo que no estás dispuesta a procesar: preguntar temas íntimos del pasado de tu pareja que luego te van a torturar en la cabeza, o te van a hacer crear una competitividad imaginaria, es absurdo y completamente innecesario. Si no puedes lidiar con ello, no lo hagas ni entres en ese juego. Es más, la experiencia me ha enseñado que es mejor ni preguntar.
4. Respeta su silencio: lo más seguro es que tu pareja no quiera contarte algunas cosas de su pasado, y esto es una decisión personal porque es algo doloroso, ha hecho una promesa en el pasado o simplemente es algo muy suyo. No lo presiones, todos portamos una cajita donde guardamos cosas.
5. Dale más atención al presente y al futuro: no permitas que lo ocurrido tiempo atrás le reste mérito a lo que ustedes han logrado hoy en día como pareja. Queramos o no, todos cargamos un equipaje, todos tenemos una historia construida de cosas buenas y malas, bonitas y feas. Todos tenemos un rabo que nos pisen, algunos más largos que otros. Hemos sido víctimas y victimarios en distintos capítulos de nuestras vidas. Pero esto es bueno: gracias a lo vivido, tu pareja se convirtió en esa persona de la que te enamoraste.
Partir, dejar ir, soltar, cerrar círculo, pasar la página, cortar palitos, cambiar de capítulo (incluso de libro), como quieras llamarlo. Lo importante aquí es hacerlo bien y de manera sana.
Los EX son sinónimo de EXperiencias. Aunque hay casos particulares que pasan a ser EXpedientes secretos, a estos es mejor tenerlos bien archivados. Nada bueno sale al desempolvar su recuerdo, y mucho menos compartir información de estos.