Los orígenes. Enrique Semo
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Estudios importantes sobre la permanencia de las formas culturales y religiosas se publican en los años sesenta, como el imponente Handbook of Middle American Indians. Pablo Vázquez y José Corona Núñez arrojan nuevas luces sobre Champán y Cuitzeo. La doctora Isabel Kelley estudia a los totonacas, Oscar Lewis y Foster investigan varias comunidades y emiten audaces teorías de interpretación. Más recientes, destacan los trabajos de Guillermo Bonfil, Margarita Nolasco, Roberto Cervantes y Lilia González. Los huicholes y coras son estudiados por Otto Klinberg y Evon Vogt, en una lista que dista mucho de ser una aproximación a la riqueza y diversidad de los trabajos producidos.
La cuarta fuente está representada por importantes obras de síntesis e interpretación que se han ido sucediendo desde finales del siglo XVIII. Quienes no son especialistas en historia prehispánica difícilmente pueden recurrir a las fuentes primarias y deben por necesidad confiar en publicaciones de especialistas en diferentes campos, después de confrontar con gran cuidado versiones divergentes, posiciones polémicas y debates fructíferos. Entre ellas debe citarse una veintena de obras generales de la historia antigua de México. Sobre los mexicas pueden consultarse las de Alfonso Caso, El pueblo del sol; The Aztecs of Central México: an Imperial History, de Francés Berdan; de Miguel León-Portilla, El pensamiento azteca y la cultura azteca; y Los aztecas: una interpretación, de Inga Clendinnen. De Ignacio Bernal destaca Mesoamérica, periodo indígena. Sobre los mayas son imprescindibles Robert J. Sharer, The Ancient Maya; J. Eric Thompson, La civilización de los mayas; y Linda Schele y David Freidel, Una selva de reyes.
De tipo general son las obras de Alfredo López Austin y Leonardo López Luján, El pasado indígena; de Eric Wolf, Pueblos y culturas de Mesoamérica; de Richard Adams, Prehistoric Mesoamerica; de Michael D. Coe, México: From the Origins of Olmecs to the Aztecs; y The Aztecs, Maya and their Predecessors de Muriel Porter Weaver. Fundamental es la reciente Historia antigua de México, importante obra colectiva dirigida por Linda Manzanilla y Leonardo López Luján. La nueva edición de Mesoamérica: The Evolution of a Civilization, de William T. Sanders y Barbara J. Price abarca, como la anterior, también la historia de los indígenas después de la Conquista. Muy útil es El México prehispánico, primer tomo de El poblamiento de México. Para ubicar a Mesoamérica en un marco más amplio puede consultarse a Friedrich Katz, The Ancient American Civilizations, Lamberg-Karlovsky y Jeremy Sabloff, Ancient Civilizations. The Near East and Mesoamérica, y Raphael Girard, Historia de las civilizaciones antiguas de América desde sus orígenes. A ellas deben agregarse importantes secciones sobre la Antigüedad en las historias generales de México dirigidas por Miguel León-Portilla, Daniel Cosío Villegas, Ignacio Bernal y Enrique Semo, que ubican esta parte de la historia de México en el conjunto de su devenir.
La quinta fuente y la que más directa relación tiene con este ensayo son las obras referentes a la organización económica y social que en las últimas tres décadas han ocupado un lugar importante en los estudios del México antiguo. Quien se interese en ampliar su conocimiento sobre el tema debería comenzar con dos obras bibliográficas fundamentales: la copiosísima colección de estudios de historiografía y antropología reunidos en La antropología en México. Los 15 tomos, coordinados por Carlos García Mora y Martín Villalobos Salgado, contienen muy valiosa información de cada uno de los temas que a continuación trataremos. Particularmente importantes son los artículos de Pedro Carrasco acerca de "La organización social de los nahuas en la época prehispánica"; el de Brigitte B. de Lameiras sobre "El origen de las sociedades clasistas y el Estado"; y el de María Teresa Huerta respecto de "La historiografía social", todos ellos en el tomo 3. En el tomo 4 tenemos los de Samuel L. Villela y Don B. Villoría que abordan el tema de "La antropología económica"; el de Marie-Odile Mario Singer en torno a "La tecnología y la sociedad"; y el de Verónica Veerkamp que estudia "El comercio y los mercados".
No existen aún obras que aborden directamente el estudio de la economía de las comunidades de cazadores-recolectoras en México. Para introducciones arqueológicas al tema véanse los textos de José Luis Lorenzo (1975) y el de Richard Mac Neish (1964 ). Más recientes son los de Lorena Mirambell en Historia antigua de México (2000), y el de Joaquín García Bárcena en Historia general de México (1976: 1:116-137). Respecto de los de carácter etnológico cabe señalar, entre otros, los de María Elisa Villalpando (1996), Leonardo López Luján (1981) y Ralph Beals (1945).
El origen de la agricultura y la estructura económica de las comunidades agrícolas igualitarias han sido mejor estudiados. Son relevantes un artículo de Richard Mac Neish (1976) y su libro de 1992, así como las obras de Kent V. Flannery (1976, 1985 y 1986). Por su parte, William T. Sanders también publicó sobre el tema (1985). José Luis Lorenzo (1991) aborda el problema de la revolución neolítica, mientras que Emily Mac Clung y Judith Zurita, en la compilación de Linda Manzanilla y Leonardo López Luján (2000), junto con Griselda Sarmiento (2000), ofrecen síntesis más recientes.
La mayoría de los escritos que tratan directamente de la economía de la Antigüedad hablan de las sociedades tributarias. Un ejemplo temprano de interpretación económica de los movimientos migratorios de la Antigüedad es el de Miguel Othón de Mendizábal (1946). A partir de los años cincuenta se comienzan a escribir importantes obras de interpretación sobre la estructura socioeconómica de la civilización mexica. Paul Kirchhoff introdujo enfoques marxistas que influyeron decisivamente en varias generaciones de antropólogos. Forjó el concepto de Mesoamérica (1997), promovió el estudio de la base material de las culturas mesoamericanas y aportó de manera decisiva al estudio de las formas de propiedad de la tierra (1981). Influido por Gordon Childe y Wittfogel, Pedro Armillas (1948 y 1961) imprimió un nuevo rumbo a la interpretación de materiales arqueológicos.
Entre los primeros egresados de la Escuela Nacional de Antropología e Historia que se ocupan de asuntos económico-sociales se cuentan Miguel Acosta Saignes (1945), quien descubre clases en formación en la sociedad mexica y estudia los mercaderes, así como Arturo Monzón (1949) aborda el problema fundamental de la naturaleza social y económica del calpulli. Anne Chapman (1959) presenta un primer intento interpretativo de la sociedad mexica. Más tarde seguirá publicando ensayos que son decisivos en el desarrollo del tema (1976). Ya en 1961, Alfredo López Austin presenta un sugerente esbozo de la economía de la sociedad mexica. Una de las primeras interpretaciones sistemáticas de la estructura económica de los mexicas corresponde a Friedrich Katz en su tesis en Austria (1956) que sería publicada más tarde en español (1966). Aquí Katz, apoyado fundamentalmente en las fuentes españolas, rechaza las tesis de Bandelier, estudia la tecnología, los sistemas de propiedad, el tributo, las clases sociales y el mercado para presentar un verdadero ensayo de economía política de la sociedad tributaria mexica. Muy importante también es la contribución pionera de Johanna Broda sobre la relación entre cultura, ideología y economía, así como sobre el tributo.
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