La dominación y lo cotidiano. Martha Rosler

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La dominación y lo cotidiano - Martha Rosler Paper

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lo condenaron a un año de cárcel por conducir ebrio.

      Un día vallaron el camino y nos separaron de la parcela de tierra situada entre nuestras casas y de la calle asfaltada donde se encontraban nuestros buzones. Únicamente podíamos acceder a nuestras casas en coche mediante un angosto callejón de tierra que se desviaba de la 101. La familia que erigió aquella valla, una mujer inglesa con pinta de estirada, un chicano y sus tres hijos, me comunicó que había adquirido la parcela y que tenían previsto construir apartamentos en ella pronto, cuando consiguieran financiación. La valla permaneció allí durante un tiempo, pero al final uno de los surfistas la derribó en plena noche. No tardaron en reconstruirla; permaneció en pie unos cuantos meses y alguien volvió a echarla abajo, puede que yo. Entonces instalaron una valla de tela metálica con anclajes de cemento. Mi casero me dijo que lamentaba no haber adquirido aquella parcela. Tenía previsto construir apartamentos en toda la zona y le preocupaba el acceso a la calle. A su pesar, me ha subido el alquiler un 45 % en cuatro años. Dice que las casas son poco económicas y que degradan el medio ambiente. Acaba de repintar la casa de la viuda fallecida y se la ha alquilado por el triple a una joven pareja con perros y muchas plantas. La valla alambrada sigue en pie y de vez en cuando veo a alguien midiendo con pasos el largo solar vacío que hay detrás de mi casa. Pascual ya ha salido de la cárcel.

      Todo tipo de gente aspira a seguir adelante en el sur de California.

      (1975)

      SEMIOTICS OF THE KITCHEN [SEMIÓTICA DE LA COCINA]

      Traducción de Gemma Deza Guil

      Guion del vídeo. Una mujer con rostro serio, la antítesis del ama de casa perfecta que suele aparecer en televisión, muestra algunos utensilios culinarios sustituyendo su «significado» doméstico por un léxico alfabético de rabia y frustración.

01

      Delantal

      Escudilla, licuadora, parrilla

      Taza, abrelatas, cuchilla de carnicero, tajadera,

       tabla para cortar

      Plato

      Batidor de huevos

      Embudo, tenedor

      Rallador

      Prensa para hamburguesas

      Picahielo

      Exprimidor

      Cuchillo

      Cucharón

      Batidora, cucharas medidoras, aparatos de medición

      Cascanueces

      Sacacorchos

      Olla, manopla, cazuela, molinillo de pimienta

      Frasco

      Fogón, asador, rôtisserie, frigorífico, rodillo

      Sartén, fogón, afilador, cuchara, tamiz, colador

      Ablandador

      U

      V

      W

      Batidora manual

      X

      Cuchillos en cruz

      Y

      Cuchillos alzados

      Z

      Gesto del zorro

021 022 023

      (1977)

      LO PRIVADO Y LO PÚBLICO. ARTE FEMINISTA EN CALIFORNIA2

      Traducción de Eduardo García Agustín

      El arte feminista en California tiene rasgos propios aunque, naturalmente, se ha visto influido por una teoría y una práctica más amplias, tanto dentro como fuera del mundo del arte, sobre las que, a su vez, ha influido. Antes de tratar los aspectos concretos de la «escena» californiana, merece la pena hacer algunos comentarios generales. Hagamos, para comenzar, una distinción entre «arte de mujeres» y «arte feminista»: obviamente, no todas las mujeres son feministas. La identificación con el movimiento de las mujeres artistas tampoco implica necesariamente un compromiso con el feminismo (que requiere, según mi punto de vista, una profunda reflexión crítica sobre las relaciones de poder económico y social, además de un cierto compromiso con la acción colectiva). Ni siquiera una identificación consciente con el feminismo convierte necesariamente tu arte en «feminista»3. A pesar de ello, es bastante probable que, antes o después, la obra de las mujeres artistas sea interpretada de acuerdo con los patrones del feminismo. Esto se debe, en parte, a las circunstancias que han rodeado al establecimiento del «arte de mujeres» como categoría. La invención de tal categoría a principios de los años setenta ponía énfasis en los discursos que enmarcan al arte —de mujeres— por la obvia relación de este con factores de naturaleza social. Ello sucedía en un momento en que los temas del sujeto y la agencia se constituían como preocupaciones centrales del arte, y como respuesta a una serie de presiones de distinto tipo que podríamos resumir en la presión que hacían las mujeres por el reconocimiento pleno de su valor como sujeto dentro de la sociedad. Por muy exasperante que pueda parecerles a algunos, no debe sorprendernos que las categorías «mujeres artistas» y «feminismo» tiendan a combinarse y confundirse, ya que el movimiento de mujeres artistas debe, de hecho, su origen, su retórica y sus objetivos al movimiento de liberación de la mujer. A principios de los setenta, la falta de diferenciación entre el feminismo político y el del mundo del arte era algo de lo que todas se beneficiaban. La unidad y el ímpetu del movimiento de las mujeres parecían hacer innecesarias mayores distinciones. Pero tal momento pasó, y hoy asistimos a una renovada actividad teórica.

      En California, el grupo actualmente activo en el Woman’s Building de Los Ángeles está desarrollando una lectura del feminismo similar a la que están realizando otros grupos feministas del mundo del arte de todo el país. El feminismo artístico en California, al contrario que en Nueva York, lleva mucho tiempo arraigado en las facultades de Bellas Artes y ha tenido una actitud más educativa que agresiva4. Entre los programas e instituciones más destacables en este sentido se encuentra el programa de mujeres creado por Judy Chicago en el Fresno State College en 1970, que se trasladó, junto con el Programa de Arte Feminista (y de Diseño de Mujeres) al California Institute of the Arts, cerca de Los Ángeles, dirigido por Miriam Schapiro y Judy Chicago (1971-1973; solo por Schapiro entre 1973-1975). También se ha de mencionar la Womanspace Gallery y otros espacios del Woman’s Building (en dos localizaciones sucesivas), dirigidos por un grupo de mujeres, entre las que se encuentran Gretchen Glicksman, Beverly O’Neil, Wanda Westcoast y Judy Chicago. El Feminist Studio Workshop (FSW), creado en 1973 por Chicago junto a la diseñadora Sheila de Bretteville y la historiadora Arlene Raven, es actualmente el principal inquilino del Woman’s Building. Tanto la Womanspace como el resto de las galerías ya no existen. Actualmente, el único programa de formación artística de mujeres en California

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