Pie De Cereza. George Saoulidis
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“Sí, ya me di cuenta”. Pickle asintió con furia.
“¿Él es así en realidad? Cherry apuntó su pulgar en la dirección donde estaba.
“¡Sí!” Chilló Pickle con una sonrisa forzada. “Y vamos a mantenerlo así, ¿está bien?
Cherry suspiró con fuerza y se sentó en la cama. “Lo siento, estoy jodiéndolo todo, ¿No, es verdad?
“Está bien”. Pickle abrió el closet y sacó un top y unos shorts casuales. “Ahora, vámonos de compra ¿Sí?”
Cherry se animó. “¡Yo podría usar ropa nueva! ¿Qué tienes?”
“Nada, todo lo he gastado en pepinillos”.
“¡No puede ser!” Se burló Cherry. “No es cierto”, dijo con una sonrisa maliciosa.
“Lo sé, soy terrible”, dijo sobándose el estómago. “No puedo evitarlo”. Se inclinó y susurró, “Si pudiera retroceder en el tiempo… lo haría de nuevo exactamente igual”.
CAÍDA SEIS
Héctor trabajó duro toda mañana y estaba satisfecho con su progreso para cumplir con los pedidos. No era mucho, uno era una modificación, el dueño del chaleco había ganado algunos kilos. El otro era la típica protección del pecho de un guardaespaldas. El mínimo que el seguro cubriría. Héctor esperaba que el pobre hombre no se metiera en un problema serio y la tercera orden, que aún estaba por hacerse era una de sus armaduras que eran un grito de la moda.
Había notado que estaban teniendo mucha demanda en el mercado. Lo anotó en su siempre creciente lista de cosas que estaban por hacerse, tomó café y regresó al trabajo.
A medida que sus manos hacían su trabajo, su mente divagaba. Ahora vivía con dos mujeres bajo el mismo techo. Imagínatelo. Sus pensamientos se dirigieron hacia los eventos recientes. Esta era una vida loca. Había presenciado de primera mano, simple abuso, abuso sexual, y asesinato en el transcurso de un par de semanas. No era ingenuo, sabía que estas cosas estaban pasando, pero verlo comercializado de esa forma… no era correcto.
Dionisio había creado toda una industria que explotaba gente por entretenimiento. No podía evitar pensar en los gladiadores romanos cuando pensaba en el torneo Ciberpink, esclavas que sangraban para el placer momentáneo de las masas. Extrajo un documental de su veil y lo oía medio distraído mientras trabajaba. El documental mostraba que los gladiadores participaban para ganar, lograr patrocinadores, ventas de aceite de oliva y otros fabricantes locales, disfrutando de una fama efímera antes de sufrir una muerte innecesaria en el ruedo, deseando esa libertad fugaz incluso en el momento final.
Dio un bufido. Esto era exactamente igual. Reemplaza un combate de gladiadores con jugger, hombres con mujeres fornidas y sangre roja con sangre rosada. Haz todo eso y tienes un torneo Ciberpink.
Nada cambia.
CAÍDA SIETE
Héctor oyó un grito penetrante. Soltó sus herramientas, tomó un martillo y corrió escaleras arriba, subiendo los escalones de dos en dos. Una vez que hubo llegado escuchó un gruñido de hombre y encontró a una muy confundida Cherry con sólo una toalla de baño y chorreando agua, encogida de miedo apartándose de Tony
“¡Coño, es bien rápida! No vi venir el golpe” Tony hizo una mueca de dolor, agarrándose las bolas.
Héctor se relajó y puso el martillo a un lado.
“¡Él – él se irrumpió aquí!” Tartamudeó Cherry apuntando hacia el bastante pesado nerd.
“Sí… lo siento. En realidad es un amigo mío y no, no diría que es inofensivo, así que mantente en guardia con él. Tony, saluda a la encantadora señorita”. Héctor abrió sus manos en un gesto típico de quien presenta a una persona con otra. Cherry en verdad estaba echando humo. Joven, con tetas muy jugosas y erectas que una simple toalla no podía mantener, largas piernas, una cara linda y un gran culo. Héctor en verdad ya había visto todo el paquete en ese juego loco de pelota de todos contra uno en Pinups’. Sí, Cherry era sexy, eso no se podía negar. Podía entender la lujuria de Tony, pero la verdad es que un hombre debería saber controlarse.
“Hola Cherry, por supuesto sé todo sobre ti” dijo Tony como un roedor. “Medidas, pasatiempos, incluso la marca de nacimiento en tu muslo que parecen un par de cerezas”.
“¿Qué?” exclamó cubriéndose.
“Sí, puede que no quieras tener que ver con eso en el futuro”. Héctor hizo una mueca y se llevó al lujurioso hasta la cocina. “Anda y vístete Cherry. Estaremos en la cocina”.
Cherry se vistió y Tony se mordió el labio. “Coño hombre, ella está aún más buena en persona, perdí el control, no podía pensar”.
“Sí, sí, yo sé adónde se te fue la sangre”. Héctor lo empujó hacia la silla y vertió ouzo para ambos. “Mira, este es un problema real de recursos humanos. Si vamos a hacer esto aquí con las Pies, tienes que mantenerte en control. No puedo tolerar tu lujuria ante cada teta que aparezca en la vecindad”.
Tony tomó un pase y se puso en control de sí mismo enderezando su espalda. “Puedo manejarlo”. Dijo, y se tomó todo el vaso de ouzo de un solo trago.
Héctor parpadeó ante eso. “Bi-en… Ahora, de vuelta al trabajo. ¿Qué tienes para mí? Para Cherry, básicamente”.
Justo en ese momento, ella apareció, secándose el corto pelo con una toalla pero vestida con pantalones deportivos. Héctor reconoció que los pantalones sueltos eran una opción inteligente de su parte “¿Qué pasa conmigo?”
“Como decía, Tony es un hacker. Por el momento no necesitaremos ese tipo de servicio, pero aún necesito cosas como presencia en línea, transmisión a través del internet (streaming), descubrimiento y todo eso. Le pedí que se encargue de toda nuestra presencia en línea, a él le encanta esa mierda, ya es un gran fanático de Ciberpink y confío en él. Al menos con mis bits y bites”.
Cherry volteó hacia él y le tendió la mano. “Lo siento, me sorprendiste antes. Soy Caroline, pero los fans me llaman Cherry.
Tony le estrechó la mano, obviamente encantado por tocarla. “Lo sé, yo, Hacker”.
Cherry asintió, “Lacónico, muy bien”. Se sentó lejos de Tony.
“En verdad no, tiene un problema que hace que se muerda la lengua cuando está frente a damas bonitas. De cualquier forma, comienza ahora, hombre. Dinos que tienes planeado para nosotros”. Héctor movió su mano para indicarle que continuara.
Tony cambió de actitud por completo. “Sí, entonces ya tengo el sitio Pie listo, están todos inscritos en el torneo, sin la lista de participación, por supuesto. Los mensajes están configurados y listos para aceptar el dinero. Incluso añadí una encriptación persona a persona para evitar que algún tracalero como yo se conecte sin pagar”.
“Si, si, suena increíble. ¿Qué