Yo Soy. Aldivan Teixeira Torres
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Finalmente, entre los romances, el código de Dios es el cuarto. La historia comienza cuando Phillipe Andrews, el auditor de una granja marcada por la tragedia, comienza a cuestionar la razón de su desgracia, enfadándose e indignándose. Por un golpe de suerte, encuentra un libro y un autor, y decide buscarlo. Al encontrarlo, decide hacer un viaje a un desierto lejano con él, su compañero de aventuras, donde supuestamente se encontrarían con Dios y resolverían sus problemas. En el comienzo del viaje encuentran dos guías por el camino que los llevan al lugar deseado, el desierto de Cabrobó. Pasan a través de diez pueblos en el desierto, teniendo interesantes charlas con los respectivos huéspedes, y de repente Dios comienza a hablar a través de los guías respondiendo a preguntas cruciales. Todo lo que se va revelando contribuye en la elaboración del "testamento", un código dado por Dios y nunca descifrado en la historia humana o angelical. ¿Y entonces? ¿Crees que Dios puede revelarse en situaciones extremas? ¿O es sólo un delirio de todos los involucrados? Lee el Código de Dios, un libro dirigido especialmente a aquellos que han perdido la fe en Dios y saca tus propias conclusiones.
El libro de la sabiduría recopila máximas de gran iluminación del padre, con cuentos que aluden a parábolas de base moral sobre el reino de Dios y su sabiduría. Los de poesía tratan sobre el amor y la región interior del noreste. En cambio, la nouvelle se remonta a los tiempos del cristianismo primitivo, tiempos de batalla, opresión y persecución ―finalizó el hijo de Dios.
–Genial. ¡Los compraré todos! Más tarde puedes contarme cómo hacerlo. (Osmar)
–Bien. Gracias. (El hijo de Dios)
–¿Y qué hay de tu problema? ¿Estás listo para revelarlo? (Rafael)
La pregunta directa hace que nuestro anfitrión se quede frío de nuevo. Estos amigos son realmente atrevidos. A pesar de ello, decide tender su mano, pues por ahora no tiene a nadie a quien recurrir. ¡Que sea la voluntad de Dios!
–Soy un hombre deplorable, amigos. Caí profundamente en la corrupción corporal y material. ¡No soy digno de compasión! (Osmar)
–¡Cálmate, debe haber una solución, amigo! (Renato)
–Lo que es imposible a los ojos de los hombres es posible para Dios. (Uriel)
–Yo también siento lo mismo. Cuando mi novio me dejó, me sentí la peor mujer del mundo. (Rafaela Ferreira)
–Cuanto mayor sea la derrota, mayor será la gracia. (Rafael)
–Yo también pensé que mi caso no tenía remedio ni perdón, cuando aborté. Sin embargo, poco a poco, estoy conociendo a un ser llamado Aldivan Teixeira Torres y él puede entenderme completamente. En él tengo un padre y un hermano. (Bernadete Sousa)
Osmar analiza todas las declaraciones de los amigos. ¿Podría ser el vidente la persona adecuada para confiarle su problema? ¿Podría ser que le diera alguna esperanza a pesar de ser un monstruo? No había descubierto este lado fraternal suyo cuando lo conoció, y como en este momento se siente desesperado, vale la pena intentarlo.
–¿Quién eres, vidente? (Osmar)
–Soy un profundo conocedor del alma humana y alguien que en este momento te quiere a su lado. Prometo dedicación a tu causa. (El vidente)
–No lo sé… No me aceptarías si supieras lo que…
Las palabras no salen de la boca de Osmar, tal es el miedo y la desconfianza que siente. Viendo a su amigo atormentado, el hijo de Dios habla:
–¿Si supiera que estafaste a la prefectura y que tenías preferencias sexuales por menores de edad? No me importa. Sólo sé que estás enfermo y que necesitas tratamiento urgente. Te ofrezco el medio de mi padre para mover tu alma de las tinieblas a la luz. Porque no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores aguerridos, esos sí necesitan mi ayuda. (Aldivan)
Osmar se emociona. ¿Cómo lo sabe? ¿Cómo puede entenderlo? En ningún momento de su vida, nadie se había acercado a él para consolarlo y apoyarlo, sólo las manos y los dedos acusadores señalándolo y juzgándolo constantemente. Realmente Aldivan no es un ser común.
–Gracias. (Osmar)
–¿Y entonces, Osmar? ¿Viajamos? (Rafael)
–Sí. Me has convencido. Espera un momento. (Osmar)
Osmar se levanta de la silla y va a su habitación. Allí, comienza a empacar rápidamente sus maletas. Quince minutos más tarde está listo, sale de la habitación, se reúne con sus amigos, deja la administración de la casa a sus empleados y finalmente se va con ellos. El mundo espera sus próximas acciones.
Afuera, después de haber caminado unos metros, el vidente vuelve a hablar.
–Te sugiero que nos muestres un poco de tu ciudad. ¿Te parece bien?
–Excelente. Seguidme… ―dijo.
El grupo atraviesa la zona sur y vuelve al centro de la ciudad. En este momento, están totalmente concentrados y decididos a divertirse en ese humilde y tranquilo pueblo. Bajo la guía del anfitrión, tres cuadras y varios cruces más tarde, llegan a la casa de cultura de la ciudad. Por casualidad, esta tarde hay un espectáculo público. Entran en el modesto edificio de mampostería, estrecho, en mal estado de conservación, pero muy bonito y el lugar exacto del evento.
Junto con otras personas, tienen la oportunidad de ver una actuación de los Bacamarteiros. El espectáculo consiste en movimientos rítmicos coordinados por un sargento. El sonido del xaxado está compuesto por el acordeón de ocho bajos, la zabumba de cuero curtido y el triángulo. En cuanto a los trajes, los miembros del espectáculo llevan ropa azul de algodón, bufanda en el cuello y estuche de balas de Flandes. Los comandantes llevan estrellas en los hombros y sombrero, además de bastones o paraguas.
Durante unos treinta minutos disfrutan la actuación, que termina con el disparo de las armas de fuego. Por suerte nadie resulta herido. Salen del centro cultural y vuelven al paseo por las calles de la ciudad.
A los pocos metros, Aldivan vuelve a hablar:
–¿Qué más nos puedes enseñar de tu ciudad, Osmar?
–Síganme, caballeros ―dice él.
–Vamos, chicos ―dice Rafael.
–Seguro ―estuvo de acuerdo Renato
Los miembros del grupo acompañan al anfitrión y después de cruzar unas cuantas calles por el centro, se encuentran con un gran pabellón. Al acercarse, como la puerta está entreabierta, se dan cuenta de que es un lugar de ensayo musical, porque el lugar está lleno de instrumentos musicales y artilugios relacionados con la música. Ante las miradas interrogantes de los visitantes, Osmar aclara:
–Esta es la sede de la sociedad Santa Cecilia, patrimonio cultural del pueblo. Por casualidad, es hora de su ensayo. Entremos, amigos.
Aceptando la invitación,