Antonio Machado: Poesías Completas. Antonio Machado

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Antonio Machado: Poesías Completas - Antonio Machado

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MUERTE DE ABEL MARTIN

       OTRO CLIMA

       ~LOS COMPLEMENTARIOS~

       ¡Qué dificil es

       ALBORADAS

       SÓLO RECUERDO LA EMOCIÓN DE LAS COSAS

       APUNTES

       EL ADJETIVO Y EL NOMBRE

       ~ LA GUERRA ~

       LA PRIMAVERA

       EL POETA RECUERDA LAS TIERRAS DE SORIA

       AMANECER EN VALENCIA

       LA MUERTE DEL NIÑO HERIDO

       A FEDERICO DE ONIS

       CANCIÓN

       COPLAS

       EL CRIMEN FUE EN GRANADA

       Estos días azules y este sol de la infancia

      “ANTONIO MACHADO”

      por Rubén Darío

      Misterioso y silencioso

      Iba una vez y otra vez,

      Su mirada era tan profunda

      que apenas se podía ver.

      Cuando hablaba tenía un dejo

      De timidez y de altivez.

      Y la luz de sus pensamientos

      Casi siempre se veía arder.

      Era luminoso y profundo

      Como era hombre de buena fe.

      Fuera pastor de mil leones

      Y de corderos a la vez.

      Conduciría tempestades

      O traería un panal de miel.

      Las maravillas de la vida

      Y del amor y del placer,

      Cantaba en versos profundos

      Cuyo secreto era de él.

      Montado en un raro Pegaso,

      Un día al imposible fue.

      Ruego por Antonio a mis dioses,

      Ellos le salven siempre. Amén.

      Rubén Darío

      ji

      (Anteriores a 1902)

      7

      i

      El poeta recuerda a una mujer desde un puente del Guadalquivir

      Sobre la clara estrella del ocaso,

      como un alfanje, plateada, brilla

      la luna en el crepúsculo de rosa

      y en el fondo del agua ensombrecida.

      El río lleva un numeroso acento

      de sombra cristalina

      bajo el puente de piedra, ¡Lento río

      que me cantas su nombre, el alma mía

      quiere arrojar a tu corriente pura

      la ramita más lenta y más florida,

      que encienda la primavera

      en los verdes almendros de tu orilla!

      Quiero verla caer, seguir, perderse

      sobre tus ondas limpias.

      Y he de llorar... Mi corazón contigo

      flotará en tus rizadas lejanías.

      ¡Oh tarde como aquella y río lento

      de sombra cristalina!...

      Sobre la clara estrella del ocaso

      la argéntea luna brilla.

      ii

      Y en toda el alma hay una sola fiesta

      tú lo sabrás, Amor sombra florida,

      sueño de aroma, y luego... nada; andrajos,

      rencor, filosofía.

      Roto en tu espejo tu mejor idilio,

      Y vuelto ya de espaldas a la vida,

      Ha de ser tu oración de la mañana:

      ¡Oh, para ser ahorcado, hermoso día!

      iii

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