¡Ganar!. Brad Gilbert
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En ese momento me di cuenta de que si se mantenía la situación, tendría problemas (de hecho, ya los tenía). Incluso si podía jugar a pesar del dolor, este se convertía en una distracción mayúscula. Tomé de mi bolso una vieja zapatilla derecha de repuesto y me la puse durante un cambio de lado. Me ayudó. No perdí otro game durante el resto del partido y gané 7-5, 6-0. Recibí el cheque de u$s 114 000 con el calzado izquierdo impecable y el derecho maltrecho. Después de eso, empecé a pensar en esa zapatilla derecha como la zapatilla de la suerte, que me serviría para repuntar si necesitaba un empujón mental. Todavía la tengo en casa, mi vieja zapatilla de u$s 114 000.
Por lo general, estrenaba un par de zapatillas nuevo caminando por mi casa un par de semanas antes de llevarlo a la cancha de tenis. Cuando tienes un problema de pies como el mío, debes ser cauteloso con lo que te pones. Me había olvidado de hacerlo en Stratton Mountain. Por suerte, tenía un bolso bien equipado.
Medias de repuesto
Llevaba medias secas para prevenir las ampollas. Cuando el pie se humedece por la transpiración, empieza a deslizarse dentro de las zapatillas y eso puede causar un problema. Ocurre porque el calzado de tenis es algo más grande que el común, para darle lugar al pulgar. Cuando los pies empiezan a deslizarse hacia el frente de las zapatillas, aparecen los problemas.
En un día de mucho calor cambiaba las medias para prevenir las ampollas. Además, significaban un pequeño empuje psicológico, al vestir nuevamente algo seco. En un partido de larga duración, cuando quería poner la mente en estado de “recarga”, me cambiaba las medias. Era solo una pequeña acción que me ayudaba a enfocarme de nuevo y a decirle al cuerpo que seguía en pie.
Crema antiinflamatoria
¿Tienes más de treinta y cinco años? ¿O menos de treinta y cinco años y juegas demasiado al tenis? En algún momento, algún músculo se te inflamará, especialmente después de un torneo. Hay muchos productos para frotarse en caso de dolores. Algunos huelen mejor que otros. Algunos trabajan mejor que otros. Encuentra uno que no huela demasiado mal y que te dé buenos resultados. Yo aplicaba la crema antes de empezar e incluso durante un partido o una práctica, si sentía alguna molestia.
Me di cuenta de que, a medida que pasan los años, más la uso. Primero me compraba el pomo. Después el paquete. ¿Lo venderán en baldes? Es una buena solución rápida para un músculo contracturado o un dolor de espalda. Lo uso antes y después de jugar. Funciona.
Ibuprofeno
Ibuprofeno es un nombre largo. Quita los dolores. Yo tomaba dos pastillas antes y dos más cuando terminaba. Ayuda a aflojar la rigidez de músculos y articulaciones.
Pastillas con electrolitos4
En los días de calor me preocupa sufrir un calambre. El agua reduce la chance de tenerlo, pero en caso de empezar a sentirlo, probaba con una pastilla con electrolitos. Son efectivas y trabajan rápido. Michael Chang las podría haber usado en los cuartos de final de Roland Garros 1989. Se acalambró por completo y apenas podía caminar. Por suerte para él, sirvió para desarmar la mente de Lendl. De hecho, una pregunta interesante es: ¿le habría ganado Chang ese partido inolvidable sin que el calambre lo obligara a cambiar abruptamente de estrategia? Tal vez sí. Tal vez no.
Grips
Los grips se empapan y a veces se aflojan durante un partido. No me gustaba cambiar de raqueta por ese motivo, entonces llevaba algunos grips de repuesto. Llevaba un grip fabricado por la Rocky Mountain Sports Company. Era de un material parecido a una toalla, solo que en tiras para poder envolver. Además de la efectividad, se convirtieron para mí en un elemento de buena suerte. Los usé por años y gané mucho dinero. Cuando me enteré de que la empresa dejaba de producirlos, me preocupé. Me moví para comprar las quinientas que le quedaban en stock. Calculé que me durarían hasta 2001.
Si juegas con intensidad y usas grip, lleva de repuesto.
Cordones
Tienes razón, ya me estoy poniendo paranoico. Pensarás: “¿También lleva suspensores de más?”. No, pero ahora que lo mencionas...
Protector de cuerdas
Prolongan un poco la vida de las cuerdas. En caso de que empiecen a deshilacharse, aplico los protectores para no tener que cambiar de raqueta. Detestaba cambiarla si venía funcionando. Una vez que estoy cómodo con algo, tiendo a mantenerme con ello hasta que se arruina. Y eso ocurría con las raquetas, zapatillas, medias, cordones y cuerdas.
Una gorra con visera
Tengo una siempre en el bolso. A veces juego al aire libre y otras, bajo techo. Siempre llevo una. Solía tener una vieja gorra raída de los Oakland Athletics5, la tuve por años. Antes de eso, una gorra de los Raiders6.
Toallas
El sudor es el mecanismo que usa el cuerpo para enfriarse, pero también puede ser un problema. Las manos transpiradas pueden resbalarse del grip cuando le pegas fuerte. La transpiración en los ojos significa no poder ver. Secarse la cara, el cuello, los brazos, las manos y las piernas puede ayudar con creces al proceso de enfriamiento corporal. Las toallas son geniales para otras cosas también. Se me rompieron los pantalones durante una exhibición en Asia y las autoridades me rodearon con toallas mientras me cambiaba.
También usaba la toalla para algo que no tenía que ver con el sudor. En los cambios de lado, me la ponía sobre la cabeza para bloquear todo. Me ayudaba a concentrarme en lo que ocurría durante el partido. Era como una minioficina. Puedes ver que muchos profesionales lo hacen como un método de reclusión durante un partido. Elimina al público, los árbitros, el otro jugador, todo. Cuando quieras sentarte y tener una pequeña charla contigo mismo, la toalla es importante.
Hielo
No hielo de verdad. Llevaba el hielo artificial que se puede llevar en un bolso. Cuando lo necesitas, lo activas. Esto significa que cuando te tuerzas un tobillo o te tire un músculo, lo puedes enfriar de inmediato. Pero cuidado con esto. Si los dejas demasiado tiempo, te puedes congelar.
Vinchas y muñequeras
Son como minitoallas pero muy importantes, porque entran a la cancha contigo y las puedes usar en el momento.
Camisetas secas
Llevaba camisetas secas en mi bolso por varias razones. Por supuesto, cuando una quedaba empapada, la quería cambiar. Pero también cuando las cosas no iban bien (o cuando quería darme un pequeño empujón) me cambiaba la camiseta para cambiar un poco las cosas. Una camiseta seca atraía mi atención y me ayudaba a sacudir un poco