GB84. David Peace

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GB84 - David  Peace Sensibles a las Letras

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rel="nofollow" href="#ulink_42ac365b-c119-56e7-8baa-ba8e83e57a87">2. En enero de 1981, los mineros del área de Yorkshire votaron por un 85,6 por ciento hacer huelga si se amenazaba con cerrar cualquier mina por motivos económicos.

      3. Ian MacGregor (1912-1988), presidente del consejo de la ncb durante la huelga de los mineros británicos de 1984-1985. Su gestión de la empresa nacional del carbón basada en la reducción de puestos de trabajo y el cierre de minas poco rentables desembocó en el citado conflicto.

      4. Arthur Scargill, sindicalista nacido en 1938, fue presidente del num de 1982 al 2002. Responsable de la radicalización del sindicato de mineros durante los ochenta, encarnó como pocos la resistencia a las políticas conservadoras de Margaret Thatcher. En 1984 encabezó la mayor huelga de la historia del movimiento obrero británico. Al fracaso de la huelga de los mineros tuvo que sumar en 1990 la campaña de desprestigio de la que fue objeto por parte de algunos medios de comunicación británicos. En 1996 fundó el Partido Laborista Socialista.

      5. En 1972 y 1974 tuvieron lugar dos huelgas del sector minero que enfrentaron al num con el Gobierno conservador de Edward Heath. Ambas se saldaron con el éxito de los mineros, y la segunda obligó a Heath a convocar elecciones generales.

      La primera semana

      lunes 5-domingo 11 de marzo de 1984

      Terry Winters estaba sentado a la mesa de la cocina de su casa de tres dormitorios en un barrio residencial de las afueras de Sheffield, en Yorkshire del Sur. Sus tres hijos se peleaban por sus huevos revueltos. Su mujer estaba preocupada por la colada y el tiempo. Terry no les hacía caso. Sacó una ficha del bolsillo derecho de su chaqueta. La leyó. Cerró los ojos. Repitió en voz alta lo que acababa de leer. Abrió los ojos. Volvió a leer la ficha. Comprobó lo que había dicho. Había acertado. Metió la ficha en el bolsillo izquierdo de su chaqueta. Sacó otra ficha del bolsillo derecho. La leyó. Cerró los ojos. Repitió en voz alta lo que había leído. Abrió los ojos. Sus hijos se picaban entre ellos por sus tostadas. Su mujer seguía preocupada por la colada y el tiempo. No les hizo caso. Volvió a leer la ficha. Había acertado otra vez. Metió la ficha en el bolsillo izquierdo. Sacó otra del bolsillo derecho. La leyó. Terry cerró los ojos. Terry Winters estaba aprendiéndose sus frases.

      Neil Fontaine está enfrente de la puerta de la suite del Judío en la cuarta planta de Claridge’s. Escucha teléfonos que suenan y voces que se alzan dentro. Piensa en la coincidencia de circunstancias, la confluencia de motivos y la convergencia de causas. Neil Fontaine está enfrente de la suite del Judío en la cuarta planta de Claridge’s y escucha botellas que se descorchan y copas que tintinean. Piensa en el principio de las guerras y el final de las épocas. El momento elegido para una reunión y la apertura de un sobre…

      El cierre de una mina y la convocatoria de una huelga…

      La luz de un pasillo. La sombra en una pared…

      Terror y miseria en este Nuevo Reich.

      Neil Fontaine está enfrente de la suite del Judío. Escucha los brindis…

      Dentro.

      Desayunaron al otro lado de la calle enfrente del hotel County de Upper Woburn Place, en Bloomsbury. Cuatro mesas. Desayunos completos. Terry Winters solo bebía té azucarado. Dick comía otra tostada. Nadie más hablaba. Todo el mundo con resaca…

      Todos menos el presidente. Él venía en el primer tren de Sheffield.

      Rebañaron los platos con el pan que quedaba. Apagaron los cigarrillos. Apuraron los tés. Terry Winters pagó la cuenta. Fueron a Hobart House en cuatro taxis. Terry pagó a los taxistas. Se abrieron paso a empujones entre los periodistas y la aguanieve. Entraron.

      El presidente estaba esperando con Joan, Len y los medios de comunicación de Yorkshire del Sur…

      Lleno.

      Fumaron los últimos cigarrillos. Miraron sus relojes. Subieron…

      El Mausoleo…

      Habitación 16, Hobart House, Victoria:

      Luces brillantes, humo y espejos…

      Las cortinas antiterroristas de color naranja siempre corridas, la alfombra a juego y los espejos que cubrían las paredes, las mesas distribuidas en la periferia de la sala. En el centro…

      Tierra de nadie.

      La compañía del carbón en el extremo superior; la bacm y la nacods en los laterales…

      Cincuenta personas asistían al Comité Consultivo Nacional de la Industria del Carbón…

      Pero hoy no hubo consulta. Solo provocación…

      Más provocación. Auténtica provocación…

      Cincuenta personas que observaban cómo el presidente del consejo dejaba que el vicepresidente se pusiera en pie.

      El Mecánico cuelga el teléfono. Cierra el taller. Recoge a los perros en la casa de su madre en Wetherby. Mete a los perros en la parte trasera del coche. Toma la A1 hasta Leeds. Entra en el aparcamiento. Deja a los perros en la parte trasera. Se dirige a la cafetería de carretera…

      Paul Dixon ya está allí. Está sentado a una mesa de cara a la puerta y el aparcamiento.

      El Mecánico se sienta enfrente de Dixon.

      —Bonito bronceado, Dave —dice Dixon—. Debe de irte bien en el taller.

      —Parece que a usted también le vendrían bien quince días al sol —contesta el Mecánico.

      —No todos tenemos tanta suerte como tú, Dave —dice Dixon.

      El Mecánico niega con la cabeza.

      —Se lo debo todo a usted, sargento.

      —Me alegro de que sepas apreciar las ventajas de nuestra relación especial —dice Dixon.

      El Mecánico sonríe.

      —Por eso la llaman Sección Especial, ¿no?

      Paul Dixon ríe. Ofrece un cigarrillo al Mecánico.

      El Mecánico niega otra vez con la cabeza.

      —Nunca se sabe cuándo habrá que dejarlo, ¿verdad? —dice.

      —¿Una taza de té de Yorkshire entonces, Dave? —pregunta Dixon.

      El Mecánico sonríe de nuevo.

      —Café —dice—. Solo.

      Paul Dixon se dirige a la barra. Pide. Paga. Vuelve con la bandeja.

      El Mecánico ha cambiado de asiento. Ahora está de cara a la puerta. El aparcamiento.

      —¿Esperas compañía? —pregunta Dixon.

      El

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