Santiago. Fragmentos y naufragios. . Luisa Eguiluz

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Santiago. Fragmentos y naufragios.  - Luisa Eguiluz

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el Primer Congreso de Poesía Chilena, realizado en la Universidad de Chile, en noviembre de 2006, Brito, en su ponencia, se refirió a la literatura como un territorio en que la mujer “ha marcado lugar”. Insiste en la idea de la recepción, instaurando el cuerpo también en quien lee ese otro cuerpo incluido en la producción del texto.

      Lo teórico, en ocasiones, permea el tejido escritural. Entre las imágenes, las intertextualidades y los procesos de identificación con el contexto histórico social de Chile, y particularmente de Santiago, que involucran sin duda al lector o a la lectora, aparecen de continuo los términos del feminismo, no menos que los de la modernidad y posmodernidad. Como ejercicio de análisis, pueden detectarse y cuantificarse como palabras clave.

      En la frecuencia de palabras, lleva la delantera cuerpo, que en el texto “Diseños para un cuerpo ignorado” aparece cinco veces, incluyendo el título, en veintitrés versos.

      Las partes del cuerpo, que unen a este con lo fragmentario son fundamentales, especialmente el ojo (la mirada), los brazos.

      En el ámbito de la teoría del fragmento, también de alta utilización en las teorías acerca de la posmodernidad, y que encontramos en la escritura de mujeres, entresacamos: cortes, grietas, fragmentos, rupturas, residuos...

      Estas perspectivas corresponden asimismo a la mirada de la sujeto sobre la ciudad. El cuerpo madre, el que parió las suaves colinas de Santiago, fue cortado, su boca fue cortada (“Historia”, p. 14):

       Como la luz del día me fui llenando de grietas mis piernas conocieron infinitas historias también fui cortada Y así cortada Desmesuradamente abierta, el agua me penetró y Me penetró la luz

      Como vemos, también los cortes se manifiestan en cortes en la espacialización de los versos.

      Cabe hacer notar que la mayoría de las secciones del libro obedecen en su significación, a fragmentos o a sus separaciones. Nótense Muros, Fotografías (siempre encuadres o fragmentos de la realidad), Guiones (un fragmento de lo que ha de realizarse en el filme), “Diario de Estrella” (un tiempo en fragmentos). Especial significación tiene, a estos propósitos, para el tema de la ciudad, la parte dedicada a guiones, evidente en los títulos de algunos textos: “Guión del pensamiento desdibujado y sus fragmentos”, “Guión de los reencuentros fragmentados”. No se olvida que la Obra de los pasajes de Walter Benjamin, importante para la modernidad, que por lo demás quedó inconclusa a su muerte, estaba constituida por fragmentos.

      La fragmentación, la falta de unidad de las partes o elementos de la ciudad que se vive dramáticamente en el período de la dictadura, se da claramente en la expresión poética de Brito en que la sujeto recibe la luz de los muertos y se hace voz (“Historia”, pp. 14-15). La ciudad florece en los labios del suicida. La ciudad aparece herida, es necesario envolverla en gasa, sanarla (“Guión del pensamiento desdibujado y sus fragmentos”, p. 63).

      La experiencia urbana del desarraigo se encuentra por doquier: en las muertes, los suicidios, las desapariciones que van dejando a su paso los atropellos, las violaciones. Se da en el desencanto y en la búsqueda de escapes que la sujeto encontrará en los bares y en las calles. Esos espacios que, enfocados en la filosofía de Humberto Giannini, en La Reflexión cotidiana31, eran los espacios públicos del encuentro que se hacen aquí inhóspitos, la figura de luto de la hablante es negada por las vitrinas. En el bar se halla con los labios devorados por el alcohol, “La noche era mi cuerpo rodando por los vasos” (“Bares”, p. 31.). En la calle:

      Cada línea de mi rostro es la línea de la calle Cada sombra, un cansancio Cada arruga, una muerte. (“A Dios dedico este mambo”, p. 29)

      El no encontrarse en los lugares que forman parte de la cotidianidad de la ciudad, o el no sentirlos ya como propios, sino como ajenos, alienados, diferentes, ya se ha establecido en el término heterotopía, utilizado por Foucault32. Como se ve, los emplazamientos reales están contestados, invertidos (caracteres, estos últimos frecuentes, indispensables, me atrevo a decir en la obra de Eugenia Brito). Y lo que es imposible de percibir como propio, la ciudad en este caso, hace del habitante a su vez, un alienígena, un ser de otras raíces.

      Esta experiencia urbana del desencanto, del desarraigo, se amplía, como es natural, a la patria toda, de manera que mejor no puede expresarse en el título: “Querida sucia patria”, ya que el desarraigo comporta siempre la dualidad de no sentirse parte, de ser arrancada, cortada, y por eso mismo anhelar lo perdido, la unión. Lo cortado, sean las raíces, sean los brazos, no puede ser regenerado como lo hacen con su cola las lagartijas.

      Anoche vi tu cielo

      oculto en un hoyo de granada.

      sucio de orines, calcinado, rojo.

       Pero ni una sola muralla

       ni una sola

       podría detenerme

      cuando te nombré por mis heridas

      cuando te hablé con mi desamparo

      … … … … … … … … … … … …

      camino

       en mi desnudo,

       amarrado a tus calles

      abierta a las invisibles aceras del olvido

      con mi corazón (que es tu fragmento)

       enciendo tu tenue oculta luz

      Esta continua escisión entre luz y oscuridad se reitera en el “Diario de Estrella”, en el texto llamado, precisamente, “Obscuro”, donde uno de los hitos de la ciudad, al igual que en poemas de Memet, aparece sucio, pero surge el anhelo de limpiar sus aguas:

      ¿Alguien soñó lavar el Mapocho?

      Limpiar sus gatos florecientes

       Adornar sus muertos

      Pensad qué cosa maravillosa sería

       si esa agua fuese transparente.

      Nuestra ciudad tendría en ella su mejor espejo.

      Al decir “pensad”, la enunciante realiza una exhortación, un llamado a la reflexión y a la imaginación, porque no está ausente la reflexión, con su lenguaje propio, con sus conectores lógicos en los textos de Brito. Esto se hace particularmente ostensible en el poema largo “Misterio Revelado”, sobre todo en las páginas 88 y 89, en que ciudad y Estrella de Chile encuentran voz. Y es que se requiere una explicación de su historia. Algunos conectores saltan a la vista: Porque, he ahí, y, por lo tanto, después de todo, pero, o, no obstante, si

      Los versos de este poema, que se citan a continuación, establecen con absoluta claridad las relaciones entre poesía y ciudad:

       Y si mi mano

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