Anatomía & estiramientos. Брэд Уокер

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Anatomía & estiramientos - Брэд Уокер Deportes

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Buen estado físico y flexibilidad

      El buen estado físico (fitness) de un individuo depende de un gran número de componentes; la flexibilidad es sólo uno de ellos. Aunque la flexibilidad es parte fundamental del buen estado físico, es importante verla sólo como un radio de la rueda del fitness. Otros componentes son la fuerza, la potencia, la velocidad, la resistencia, el equilibrio, la coordinación, la agilidad y la habilidad.

      Cada deporte requiere diferentes niveles de cada componente del fitness, pero es esencial programar ejercicios o entrenamientos de forma regular que cubran todos los componentes del fitness.

      El rugby y el fútbol americano, por ejemplo, se basan sobre todo en la fuerza y la potencia; sin embargo, la exclusión de los ejercicios de habilidad y flexibilidad puede dar lugar a graves lesiones y a disminuir el rendimiento. La fuerza y la flexibilidad son de vital importancia para un gimnasta, pero un sólido programa de entrenamiento también ha de atender la mejora de la potencia, la velocidad y la resistencia.

      Lo mismo cabe aplicar a todos los individuos; aunque algunos sean fuertes o flexibles por naturaleza, sería estúpido que ignoraran completamente los otros componentes del buen estado físico. El hecho de que estos individuos muestren una buena flexibilidad en una articulación o un grupo muscular no significa que todo su cuerpo sea flexible. Por lo tanto, la flexibilidad ha de concebirse como específica de una articulación o un grupo muscular en particular.

       Los peligros y las limitaciones de una mala flexibilidad

      Unos músculos tensos y rígidos limitan nuestra amplitud del movimiento normal. En algunos casos, la falta de flexibilidad puede ser uno de los principales factores que contribuyen al dolor muscular o articular. Si nos vamos al extremo, la falta de flexibilidad puede significar que sea difícil, por ejemplo, hasta agacharse o mirar por encima del hombro.

      Unos músculos tensos y rígidos interfieren en la acción muscular correcta. Si los músculos no pueden ser contraídos y relajados de forma eficaz, el resultado será una disminución del rendimiento y una falta de control del movimiento muscular. Los músculos cortos y tensos también pueden provocar una pérdida considerable de fuerza y potencia durante la actividad física.

      En un porcentaje muy pequeño de casos unos músculos tensos y rígidos pueden incluso restringir la circulación sanguínea. Es de vital importancia que la sangre circule bien para que los músculos reciban la cantidad adecuada de oxígeno y nutrientes. La mala circulación puede desembocar en un aumento de la fatiga muscular y, en último término, mermar la capacidad de recuperación del ejercicio extenuante y el proceso de recuperación de los músculos.

      Cualquiera de estos factores puede aumentar en gran medida las posibilidades de lesionarse. Juntos, representan un conjunto que comprende molestias musculares, disminución del rendimiento, mayor riesgo de sufrir lesiones y más posibilidades de recaer en las lesiones.

       ¿Qué limita la flexibilidad?

      El sistema muscular necesita ser flexible para conseguir un rendimiento pico, y los estiramientos son el modo más efectivo de desarrollar y mantener flexibles los músculos y los tendones. Sin embargo, hay diferentes factores que contribuyen a la disminución de la flexibilidad.

      La flexibilidad, o amplitud del movimiento, puede ser limitada por factores internos y externos. Los factores internos, como los huesos, los ligamentos, la masa muscular, la longitud del músculo, los tendones y la piel, restringen la cantidad de movimiento de una articulación en particular. Por ejemplo, la pierna de un ser humano no puede flexionarse más allá de la línea recta debido a la estructura de los huesos y ligamentos que la componen.

      Los factores externos, como la edad, el sexo, la temperatura, la ropa apretada y el curso de una lesión o incapacidad, también afectan la flexibilidad.

       La flexibilidad y el paso de los años

      No es un secreto que con el paso de los años los músculos y las articulaciones parecen ser más rígidos y tensos. Esto es parte del proceso de envejecimiento, y la causa es la combinación de la degeneración física y la inactividad. Aunque no podemos evitar hacernos mayores, sí que podemos intentar mejorar nuestra flexibilidad.

      La edad no ha de ser una barrera para llevar un estilo de vida activo y saludable, pero hay que tomar ciertas precauciones a medida que nos hacemos mayores. Es necesario trabajar la flexibilidad durante más tiempo, ser un poco más paciente y tener bastante más cuidado.

      Cuando el objetivo es mejorar la flexibilidad, los músculos y su fascia (membrana) han de gozar de la mayor atención en nuestro entrenamiento de la flexibilidad. A pesar de que los huesos, las articulaciones, los ligamentos, los tendones y la piel contribuyen a nuestra flexibilidad general, tenemos muy poco control sobre estos factores.

       Huesos y articulaciones

      Los huesos y las articulaciones están estructurados de modo que permiten una amplitud específica del movimiento. Por ejemplo, la articulación de la rodilla no permitirá que la pierna se incline hacia delante más allá de una posición recta, no importa cuánto lo intentemos.

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      Figura 1.1. Corte transversal de las fibras musculares, incluidas las miofibrillas, las sarcómeras y los miofilamentos.

       Ligamentos

      Los ligamentos conectan un hueso con otro y actúan como estabilizadores para las articulaciones. Hay que evitar estirar los ligamentos, ya que esto puede provocar una reducción permanente de la estabilidad articular, lo que puede desembocar en debilidad y lesiones.

       Tendones

      Los músculos están conectados a los huesos mediante los tendones, los cuales son un tejido conectivo denso. Los tendones son extremadamente fuertes, aunque muy flexibles. Representan también un papel muy importante en la estabilidad articular y contribuyen menos del 10% a la flexibilidad total de las articulaciones, por lo que no hay que centrarse principalmente en los tendones al estirar.

       Músculos

      Los músculos se componen de miles de diminutas células cilíndricas llamadas fibras musculares. Estas fibras musculares se conectan paralelamente unas con otras y algunas llegan a medir hasta 30 cm.

      En cada fibra muscular hay decenas de miles de pequeños hilillos llamados miofibrillas. Éstas aportan al músculo la capacidad para contraerse, relajarse y alargarse. Cada miofibrilla está compuesta por millones de bandas llamadas sarcómeras. Cada sarcómera está compuesta por unos filamentos gruesos y delgados llamados miofilamentos, y cada miofilamento grueso o delgado se compone principalmente de proteínas contráctiles llamadas actina y miosina. Los músculos y su fascia contienen una cantidad mayor de tejido elástico que los otros factores contribuyentes mencionados; por lo tanto, hay que concentrase principalmente en ellos al entrenar la flexibilidad.

      Ahora que tenemos una comprensión general de lo que es la flexibilidad, definamos el término “estiramiento”. Un estiramiento,

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