El Libro de Urantia. Urantia Foundation

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El Libro de Urantia - Urantia Foundation

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Está eternamente motivado por el perfecto idealismo del amor divino, y esa tierna naturaleza encuentra su expresión más robusta y su satisfacción más grande en amar y ser amado.

      4:4.7 (59.3) En la ciencia, Dios es la Primera Causa; en la religión, el Padre universal y amante; en la filosofía, el único ser que existe por sí mismo, que no depende de ningún otro ser para existir, sino que magnánimamente les confiere realidad de existencia a todas las cosas y todos los otros seres. Pero hace falta la revelación para mostrar que la Primera Causa de la ciencia y la Unidad autoexistente de la filosofía son el Dios de la religión, pleno de misericordia y bondad y comprometido a realizar la eterna supervivencia de sus hijos en la tierra.

      4:4.8 (59.4) Anhelamos el concepto del Infinito, pero adoramos la experiencia-idea de Dios, nuestra capacidad de percibir en cualquier momento y lugar los factores de personalidad y divinidad de nuestro concepto más elevado de la Deidad.

      4:4.9 (59.5) La conciencia de una vida humana victoriosa en la tierra nace de esa fe de la criatura que se atreve a desafiar cada recurrente episodio de la existencia cuando se enfrenta con el pavoroso espectáculo de las limitaciones humanas, con la firme declaración: aunque yo no pueda hacer esto, en mí vive alguien que puede y que lo hará, una parte del Padre-Absoluto del universo de los universos. Y ésa es «la victoria que sobrecoge al mundo, aun vuestra fe».

      4:5.1 (59.6) La tradición religiosa es el registro imperfectamente preservado de las experiencias de los hombres de pasadas edades que conocían a Dios, pero tales registros no son confiables como guías para la vida religiosa ni como fuentes de verdadera información acerca del Padre Universal. Invariablemente se han alterado estas creencias antiguas por el hecho de que el hombre primitivo era un fabricante de mitos.

      4:5.2 (60.1) Una de las fuentes principales de confusión en Urantia respecto a la naturaleza de Dios proviene de que vuestros libros sagrados no fueron capaces de distinguir claramente entre las personalidades de la Trinidad del Paraíso y entre la Deidad Paradisiaca y los creadores y administradores del universo local. Durante las pasadas dispensaciones de comprensión parcial, vuestros sacerdotes y profetas fueron incapaces de distinguir entre los Príncipes Planetarios, los Soberanos de Sistemas, los Padres de Constelaciones, los Hijos Creadores, los Gobernantes de los Superuniversos, el Ser Supremo, y el Padre Universal. Muchos de los mensajes de personalidades subordinadas, tales como los Portadores de Vida y varias órdenes de ángeles, aparecen en vuestros registros como procedentes de Dios mismo. El pensamiento religioso en Urantia aún confunde las personalidades asociadas de la Deidad con el propio Padre Universal, de manera que se incluyen todos bajo un solo apelativo.

      4:5.3 (60.2) El pueblo de Urantia sigue padeciendo la influencia de los conceptos primitivos de Dios. Los dioses desencadenados en la tormenta; que hacen temblar la tierra en su cólera, y destruyen a los hombres en su ira; que manifiestan su descontento con carestías e inundaciones —éstos son los dioses de la religión primitiva; no son los Dioses que viven y rigen los universos. Estos conceptos son una reliquia de los tiempos en que los hombres suponían que el universo estaba sujeto a los caprichos y al dominio de estos dioses imaginarios. Pero el hombre mortal está comenzando a darse cuenta que vive en un dominio de relativa ley y orden en lo concerniente a las directrices administrativas y a la conducta de los Creadores Supremos y de los Controladores Supremos.

      4:5.4 (60.3) La idea bárbara de apaciguar a un Dios airado, de propiciar a un Señor ofendido, de ganar el favor de la Deidad mediante sacrificios y penitencias e incluso por el derramamiento de sangre, representa una religión completamente pueril y primitiva, una filosofía indigna de una época esclarecida de ciencia y verdad. Tales creencias son absolutamente repulsivas a los seres celestiales y a los mandatarios divinos que sirven y reinan en los universos. Es una afrenta a Dios creer, sostener o enseñar que debe derramarse sangre inocente a fin de ganar su favor o conjurar la ficticia ira divina.

      4:5.5 (60.4) Los hebreos creían que «sin derramamiento de sangre no había remisión de los pecados». No se habían liberado de la idea antigua y pagana de que los Dioses no se pueden apaciguar sino por el espectáculo de la sangre, aunque Moisés hizo un avance notable al prohibir los sacrificios humanos y sustituirlos, en la mente primitiva de los beduinos infantiles que lo seguían, por el sacrificio ceremonial de animales.

      4:5.6 (60.5) El otorgamiento de un Hijo Paradisiaco a vuestro mundo era inherente a la situación de clausura de una era planetaria; era inescapable, y no fue hecho necesario para ganar el favor de Dios. Esta encarnación resultaba ser también el último acto personal de un Hijo Creador en la larga aventura de obtener la soberanía experiencial de su universo. ¡Qué distorsión del carácter infinito de Dios! esta doctrina de que su corazón paterno en toda su austera frialdad y dureza permanecía tan indiferente ante los infortunios y penas de sus criaturas, que sus tiernas misericordias no se derramaron sino cuando vio a su Hijo inocente sangrante y moribundo en la cruz de el Calvario!

      4:5.7 (60.6) Pero los habitantes de Urantia han de llegar a liberarse de estos antiguos errores y de estas supersticiones paganas respecto de la naturaleza del Padre Universal. La revelación de la verdad acerca de Dios está comenzando a aparecer, y la raza humana está destinada a conocer al Padre Universal en toda esa belleza de carácter y hermosura de atributos que tan magistralmente describió el Hijo Creador que residió en Urantia como el Hijo del Hombre y el Hijo de Dios.

      4:5.8 (61.1) [Presentado por un Consejero Divino de Uversa.]

      El libro de Urantia

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      Documento 5

      5:0.1 (62.1) SI LA mente finita del hombre es incapaz de comprender cómo un Dios tan grande y majestuoso como el Padre Universal puede descender de su morada eterna en perfección infinita para fraternizar con cada criatura humana, entonces tal intelecto finito debe hallar la certidumbre de la comunión divina en la verdad del hecho de que un fragmento real del Dios viviente reside en el intelecto de cada mortal urantiano de mente normal y moralmente consciente. Los Ajustadores del Pensamiento residentes son parte de la Deidad eterna del Padre Paradisiaco. El hombre no necesita ir más allá de su propia experiencia interior de contemplación del alma de esta presencia de realidad espiritual para encontrar a Dios e intentar la comunión con él.

      5:0.2 (62.2) Dios ha distribuido la infinidad de su naturaleza eterna por todas las realidades existenciales de sus seis coordinados absolutos, pero él puede, en cualquier momento, establecer un contacto personal directo con cualquier parte o fase o género de creación mediante la agencia de sus fragmentos prepersonales. Y el Dios eterno también se ha reservado la prerrogativa de otorgar personalidad a los Creadores divinos y a las criaturas vivientes del universo de los universos, mientras se reserva también la prerrogativa de mantener contacto directo y paternal con todos estos seres personales a través del circuito de la personalidad.

      5:1.1 (62.3) La incapacidad de la criatura finita de llegar al Padre infinito está implícita, no en el retraimiento del Padre, sino en la finitud y limitaciones materiales de los seres creados. La magnitud de la diferencia espiritual entre la más alta personalidad de existencia universal y los grupos más bajos de inteligencias creadas, es inconcebible.

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