Más allá de la pareja. Eve Rickert

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Más allá de la pareja - Eve Rickert La pasión de Mary Read

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style="font-size:15px;">      Por supuesto que puedes, si es lo que quieres, acostarte con toda la gente que puedas... siempre que aceptes las consecuencias. Si ignoras las necesidades y sentimientos de las personas con quien te acuestas, no volverás a acostarte con ellas. Y en el mundo poliamoroso, corre la voz. Comportarse sin tener en cuenta a las personas con quien tienes una relación es una mala estrategia para las relaciones a largo plazo.

      También tenemos malas noticias para quienes piensan que poliamor es una palabra sofisticada para engañar a tu pareja. «Engañar» es perder la confianza al romper las reglas de la relación. Si tener amantes no rompe esa confianza, por definición, no hay engaño. La traición, no el sexo, es el elemento que caracteriza el engaño. (Una persona puede pasar del engaño al poliamor, aunque es un camino plagado de peligros; hablamos de eso en el capítulo 17).

      Puede resultar tentador pensar que una relación que permite tener varias relaciones simultáneamente no tiene ninguna regla en absoluto, pero es mejor reconsiderar esa idea. Hay muchos tipos de relaciones poliamorosas; cada una tiene sus propios acuerdos. Pero todas requieren confianza, respeto y comportarse empáticamente.

      A pesar de las imágenes relacionadas con el amor libre que puedan aparecer en tu cabeza, el poliamor no significa necesariamente vivir en una comuna o en una comunidad intencional. No todo el mundo convive con varias de sus relaciones y, es más, hay personas poliamorosas que no conviven. Del mismo modo que el poliamor no consiste únicamente en buscar terceras personas.

      El poliamor no indica necesariamente una atracción por el sexo no convencional. Se puede ser una persona poliamorosa sin tener que montar un trapecio en el dormitorio. Mucha gente en relaciones poliamorosas tiene gustos muy sencillos. Las familias poliamorosas dedican el tiempo a revisar sus cuentas, ver Netflix, lavar la ropa, todas esas cosas cotidianas que hace una familia. Si te interesa el poliamor porque imaginas orgías y perversión sin parar, puede que te decepcione.

      No nos malinterpretes; no estamos criticando las fiestas de sexo salvaje o las orgías. A alguna gente poliamorosa (Franklin, por ejemplo) le gustan mucho esas cosas. A otras (como Eve), no tanto. A muchas personas poliamorosas no les gusta el sexo en grupo, no se identifican como bisexuales o pansexuales e incluso no tienen un vibrador, y mucho menos, un trapecio.

      Cuando se formó la comunidad poliamorosa por primera vez, gran parte de sus activistas más visibles pertenecían a comunidades paganas o New Age interesadas en las comunas. Hoy en día el poliamor atrae a un abanico más amplio de gente. Hemos conocido personas poliamorosas de todos los tipos: liberales y conservadoras, cristianas evangelistas, musulmanas fundamentalistas, escépticas racionalistas, familias monoparentales, estudiantes… por mencionar algunas.

      Desventajas del poliamor

      La gente de las comunidades poliamorosas actuales es, en su mayoría, pionera. Vamos por delante de muchas maneras; la mayoría ya habíamos hecho un acercamiento no convencional a las relaciones décadas antes de que la palabra «poliamor» existiera. Por esa razón, mucha gente somos activistas, portavoces y promovemos el poliamor. Eso significa que mucho de lo que oigas sobre el poliamor se centra en las ventajas más que en las desventajas. Pero en este libro no queremos dar esa visión parcial. El poliamor no es el Nirvana. Todo lo positivo tiene su lado negativo. Solo tú puedes decidir si las ventajas compensan las desventajas.

      El poliamor es complicado. Cuando tienes más de dos personas involucradas en tu vida romántica, las cosas se complican rápidamente. Mantener varias relaciones simultáneas no es para cobardes. Pueden aparecer personalidades que no encajan y muchas cosas pueden ir mal. En una relación poliamorosa, se aportan más opiniones, se hieren los sentimientos de más gente, hay más personalidades en lucha, más egos que pueden sentirse heridos. Manejar un conflicto o problema en una relación poliamorosa requiere unas habilidades de comunicación excelentes y unas buenas herramientas para la resolución de conflictos, que es en cierto modo el objetivo de este libro.

      Para alguna gente, el hecho de que las relaciones poliamorosas sean más complicadas que las tradicionales es la «prueba» de que el poliamor es un error. Este argumento tiene cierto sentido; muchas relaciones son complicadas, como las que incluyen criaturas adoptivas, o las que se dan entre dos personas de diferentes creencias religiosas o contextos culturales ¿Calificaría de «erróneas» esas relaciones cualquier persona sensata? Al final, la mejor medida para una relación no es lo complicada que resulta, sino cuánta felicidad, esperanza, alegría, apoyo y amor aporta. Por supuesto, el poliamor puede ser complicado, pero ¿dónde está el mérito en una vida sencilla?

      Evolucionarás, quieras o no. Una relación poliamorosa ofrece muchas oportunidades de crecimiento personal, algunas más fáciles que otras. Si eso es parte de «lo bueno» o «lo malo» depende de lo que pienses del crecimiento personal. Oirás a alguna gente poliamorosa quejándose de «OMOPA» u «OMOPC»: «Otra maldita oportunidad para aprender» u «otra maldita oportunidad para crecer».

      El poliamor no es seguro. Cuando le ofreces tu corazón a alguien, lo puede romper. La vulnerabilidad puede ser dolorosa. Muchas personas intentan protegerse a sí mismas colocando estrictos controles en la forma que pueden tomar sus relaciones, o en el grado hasta el que quieren evolucionar. Nunca hemos visto que esa manera de hacerlo tuviese éxito; simplemente reemplaza un tipo de dolor por otro. El poliamor requiere agallas. Aumenta el amor y la alegría, pero también aumenta las probabilidades de que te hieran. Esa es la manera en que funciona en las relaciones románticas.

      El poliamor supone renunciar a algunas cosas. Cuando tu pareja tiene otra pareja, habrá veces en que pierdas algo, aunque solo sea tiempo y atención. Cualquier relación necesita atención para desarrollarse, no importa lo bien que te lleves con la otra pareja de tu pareja –incluso si tú y tu pareja compartís amante, habrá ocasiones en que la relación requiera de un enfoque individual. No siempre es posible planificar ese momento para que nunca te reste nada.

      El poliamor cambia las cosas. Hablamos más de esto a lo largo del libro, pero especialmente en los capítulos 14 y 17. Dicho en pocas palabras, no puedes esperar abrir tu corazón a otras personas y esperar que tu vida no cambie. Habrá cambios y no siempre serás capaz de preverlos o controlarlos. Todas las relaciones están sujetas al cambio. Incluso las relaciones poliamorosas aparentemente idílicas no duran necesariamente toda la vida, ni más de lo que lo hacen los matrimonios tradicionales aparentemente perfectos.

      La gente no siempre se lleva bien. Simplemente porque alguien ama a una persona con quien tienes una relación no significa necesariamente que encaje bien contigo. Es fácil decir «Solo tendré relaciones con personas a las que les gusten mis relaciones actuales» (o en casos extremos, «solo tendré relaciones con personas que tengan una relación romántica con mis parejas»), pero en el mundo real eso no siempre posible. No puedes obligar a la gente a gustarse mutuamente, y creemos que, en relaciones consensuadas, podría no ser muy ético supeditar tu amor a cómo se relaciona tu amante con otras personas. A veces, lo mejor que puedes hacer es llegar a un acuerdo para comportase educadamente entre sí. Las familias biológicas a veces tienen miembros que no se gustan mutuamente, pero aun así han de ser razonables en las cenas familiares. El poliamor no es diferente.

      #ALGUNAS PREGUNTAS QUE PUEDES HACERTE

      No nos parece muy útil decirte qué debes hacer. Es mucho más eficaz plantearse preguntas cuando estás valorando cómo proceder. Repetiremos esto a lo largo del libro. Para empezar, estas son algunas preguntas que te pueden ayudar a valorar si el poliamor puede ser una buena idea para ti:

      • ¿En alguna ocasión he tenido sentimientos románticos hacia más de una persona a la vez?

      • ¿Creo que existe solo un «amor de verdad» o una «media naranja»?

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