Democracia con dignidad. Darío Luján Gómez

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Democracia con dignidad - Darío Luján Gómez

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justificados en el informe anual, ni considerar que son utilidades anticipadas o inesperadas, ya que esta apropiación puede ir en detrimento de las utilidades que la empresa pueda arrojar al final del año, de las cuales el 20% es de los empleados.

      El pago de los préstamos bancarios que deban hacer las empresas tendrá que contabilizarse como gastos de funcionamiento y no como reinversión de los socios.

      Las prácticas estudiantiles en las empresas deberán ser remuneradas de acuerdo con lo pactado con el sector educativo. No podrán ser gratuitas, ni remuneradas sólo son adquisición de conocimientos o experiencia, formación personal u otros conceptos que intenten justificar el impago económico debido. Cualquier trabajo de práctica, asesoría, prestación de servicios o contrato laboral en las empresas debe ser remunerado económicamente.

      Los inspectores de trabajo, al igual que los inspectores de hacienda, deberán estar mínimo una semana en la empresa que visiten, cumpliendo jornada laboral completa, y deberán tener acceso a todos los documentos requeridos y entrevistarse con los empleados que consideren conveniente para recaudar la información necesaria sin que la empresa pueda oponerse de ninguna manera a ello. Las visitas deben hacerse sin previo aviso y siempre con más de un inspector para evitar la ocultación de documentos. Los inspectores podrán ver entre otras cosas el funcionamiento cotidiano de la empresa, sus métodos de facturación, las condiciones de trabajo de sus empleados, y la veracidad de los contratos registrados.

      El Estado debe procurar que la riqueza sea para todos los ciudadanos y no para las potencias económicas que llenan nuestro mercado con sus productos, muchas veces basados en la explotación humana. Por eso debe incentivar la producción nacional, establecer aranceles a los productos importados, como el IVA del 25%, y evitar la concentración de la riqueza en pocas manos protegiendo al pequeño comercio frente al que ofrecen las grandes superficies.

      Por ello es recomendable como primera medida impedir la importación de productos que no vengan con la certificación de trato humanitario y salarios justos, emitida por el Ministerio de Asuntos Exteriores que se encargará de verificarla a través de sus embajadas en el país de origen.

      Como medida de protección a la empresa nacional y a la comercialización de sus productos, el pequeño comercio deberá tener libertad de horarios siempre que se atenga a las normas cívicas establecidas por los ayuntamientos encargados también de garantizar el descanso de los ciudadanos, mientras que el comercio de grandes superficies no podrá abrir los días festivos ni más de 8 horas al día.

      La democracia debe defender las necesidades y proyectos de los ciudadanos, como sistema que los representa, y promover el aumento del consumo para que puedan alcanzar un mayor desarrollo económico. Así mismo el sistema debe evitar que el enriquecimiento de unos se pueda producir por abuso a los demás. Porque una cosa es que en la libre competencia el negocio de una persona progrese y ello ocasione pérdidas o reducción de beneficios a otros actores que participan en el mercado de la oferta y la demanda, y otra muy distinta que se permita por ejemplo la usura. Aunque se disfrace de beneficio legal por los límites que se le establecen.

      En el caso de los bancos, el sistema debe prestar especial atención porque al tratarse de entidades indispensables para los ciudadanos se pueden presentar abusos en su gestión.

      Los bancos como entidades financieras tienen la potestad de conceder créditos a los ciudadanos, y para ello hacen los estudios de factibilidad de pago del préstamo por parte que quien lo recibe, ajustándose a las tasas de interés permitidas por la ley. Pero no siempre la ley defiende al ciudadano, como se puede comprobar en muchos otros campos, y como ocurre en éste. Quienes toman los préstamos se ven obligados a aceptar tasas de interés tan altas, que a veces los intereses alcanzan a duplicar el capital concedido.

      A continuación planteo unas nuevas condiciones para los créditos que puedan conceder las entidades financieras a los ciudadanos, convencido de que ambos pueden resultar beneficiados. Lógicamente son muy diferentes a las que se permiten hoy en día y por eso soy consciente de que para muchos bancos pueden no resultar atractivas. Por eso abro la posibilidad al Banco Central del Estado, como responsable del manejo de los recursos del Ministerio de Hacienda, de conceder préstamos a los ciudadanos cuando estos demuestren que fue imposible obtenerlos a través de la banca privada.

      La libertad de empresa seguiría existiendo con estas medidas, sólo que dentro de unos parámetros de justicia social generalmente ignorados por el capitalismo salvaje. El Ministerio de Industria y Comercio será el ente encargado de vigilar que se cumpla lo establecido para todas las empresas privadas.

      Las condiciones para los créditos bancarios serán las siguientes, y aplicarán a la banca nacional o internacional que cuente con la autorización necesaria para ejercer su actividad en nuestro país:

      1.El pago total de intereses para préstamos concedidos a 30 años o más no podrá superar el 30% del capital, y se reduce proporcionalmente al número de años pactados de acuerdo con la siguiente escala: El interés para préstamos concedidos a 20 años o más, y en todo caso menos de 30, no podrá superar el 25% del capital total. Cuando el préstamo se otorga a 15 años o más y menos de 20, el interés total no podrá superar el 21%. Para préstamos que se deban pagar en 10 años o más y menos de 15, el interés máximo será 18%. Para préstamos pactados a menos de 10 años el interés total a pagar en ese período no podrá superar el 15% del valor del capital.

      Como ejemplo, y expresándolo en dólares para que sean cifras más cortas y comprensibles, en un crédito de 240.000 dólares a 20 años, el pago total de intereses durante esos 20 años podrá ser máximo de 60.000 dólares equivalentes al 25%. Lo mismo ocurrirá si el préstamo conviene a cualquier cantidad de años comprendida entre 20 y 30 años. El cliente deberá haber pagado al finalizar ese período un máximo de 60.000 dólares de intereses. Lo que cambiaría sería el valor mensual de los intereses, que en todo caso nunca podrá ser superior al que se calcula pagar en total durante el período del préstamo, dividido por el número de cuotas. Para el caso del préstamo de 240.000 dólares concedido a 20 años serían 240 cuotas y los intereses en cada una de ellas máximo 250 dólares. Para el mismo préstamo a 25 años, es decir 300 cuotas, el interés mensual sería de 200 dólares. El beneficio monetario para el banco sobre ese préstamo no variaría, pero su producto, que son los créditos, podría ser más accesible para los clientes y con ello aumentarían sus ventas.

      2.El valor del aporte a capital mensual resultará de dividir el total del préstamo por la cantidad de meses convenida para pagarlo. En caso de que el cliente haga aportes voluntarios al capital, cosa que no puede rechazar el banco, sus cuotas con intereses deberán recalcularse sobre el saldo y el tiempo restante para la cancelación del préstamo. Y si al finalizar el pago se ha reducido el tiempo de manera que el máximo interés corresponde al de una escala menor, con mínimo 3 años de diferencia, el banco deberá reintegrarle al cliente el dinero correspondiente aplicándole el interés de esa escala menor más 2 puntos.

      3.Por ejemplo, si se ha firmado el crédito del que venimos hablando por 240.000 dólares a 20 años, con un interés del 25%, y el cliente lo paga totalmente en 18 años, su interés no varía y el banco no se ve obligado a reintegrarle dinero. Pero si el pago total del préstamo se hace en un total de 16 años, el banco deberá reconocerle al cliente el interés total correspondiente a la escala menor más dos puntos y reintegrarle lo que haya pagado como excedente. En este caso el interés se reduciría del 25% al 21% más 2 es decir el 23%. Es decir, que se reduciría de 60.000 a 55.200 dólares y el banco debería reintegrarle al cliente la suma de 4.800 dólares. Adicional al beneficio que recibiría el cliente por su esfuerzo, estaría el beneficio que le supondría al banco aumentar el dinero disponible para contratar otros préstamos.

      4.El

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