Los años que dejamos atrás. Manuel Délano

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Los años que dejamos atrás - Manuel Délano

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      –Elija usted de lo que queda libre –le planteó Aylwin a Lagos.

      –Perdón. Yo soy presidente del PPD y no puedo dedicarme a ser ministro –respondió Lagos.

      –Piénselo. El resto está libre…

      Lagos recuerda que Aylwin le propuso ser su ministro de Justicia. Cree que lo hizo por su condición de abogado y porque fue profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.

      –Yo creo que a usted no le conviene –refutó Lagos–. Si tengo éxito y hago justicia, capaz que lo echen a usted. Y si no, voy a ser un ministro que sirve para nada…

      –Piénselo y seguimos hablando…

      Al día siguiente, Lagos se encontró con Enrique Correa. Le contó su conversación con Aylwin y tras escucharlo, Correa le preguntó si quería ser embajador en París, algo que no estaba en la agenda de Lagos, como le respondió. Recuerda que este le preguntó en qué ministerios había pensado.

      –Yo pediría para el PPD el de Obras Públicas. Esa es una gran cartera, porque estos brutos han jibarizado todo –contestó Lagos–, pero lo que queda parado más o menos, en lo que hay un sentido de país, es en Obras Públicas. Ahí se pueden hacer cosas...

      En su siguiente reunión, dos días después, rememora Lagos, Aylwin le dijo que le parecía razonable su negativa a Justicia y le ofreció Obras Públicas.

      Lagos sonrió.

      Nuevamente comprobaba que Correa y Aylwin actuaban en estrecha sintonía.

      Respondió Lagos:

      –Lo agradezco mucho, pero nosotros tenemos un gran candidato a Obras Públicas, Sergio Bitar. Yo no sé nada de Obras Públicas.

      Con seriedad, Aylwin le explicó que Bitar estaba para otras cosas, en Codelco, lo que finalmente no se concretó5. Además, que el ofrecimiento de Obras Públicas era para él, no para su partido.

      Agregó el presidente electo:

      –Le quiero explicar a usted, que cuando anuncie el gabinete voy a tener que decir que usted no está en mi gabinete porque rechazó ser ministro mío…

      A Lagos, que todavía no se acostumbraba a decirle presidente a Aylwin , la respuesta lo desacomodó, confiesa. No se la esperaba.

      –Patricio, ¿pero cómo se le ocurre decir eso?

      –Pero si usted no quiere colaborar conmigo. Hay dos candidatos que fueron derrotados: Juan Hamilton y usted. Yo a los dos los quiero en mi gabinete. ¿Le queda claro? –recalcó Aylwin.

      –Sí –le dijo Lagos.

      –Si al de Justicia me dice que no, a Obras Públicas, que según me dijeron usted creía que era un buen ministerio, me dice que no… Usted sabe de mis compromisos, elija un cargo ministerial. Diré que le ofrecí todo, menos Interior, Relaciones Exteriores y Hacienda, porque esos ya están con nombre. ¿Supongo que usted no querrá la cartera de Defensa? –replicó Aylwin con ironía.

      “Sinceramente, me encontré ahí sin saber mucho qué hacer. Ahí ya me pareció que tenía que decirle presidente”, rememora Lagos.

      –Presidente, si lo pone así, si es lo que usted va a decir mientras anuncia el gabinete… yo puedo ser ministro de Educación.

      –¿Educación? Le van a hacer una huelga los profesores –contestó Aylwin .

      –Pero es que yo fui secretario general en la universidad –dijo Lagos recordando su experiencia como docente y el cargo que tuvo en la Universidad de Chile entre 1969 y 1971.

      –Si usted dice Educación, cerrado. Sigamos hablando del gabinete...

      Lagos insistió con Obras Públicas para Bitar, recuerda, pero Aylwin volvió a descartar la idea.

      Días después los dos líderes tuvieron una nueva reunión.

      Lagos ya se estaba preparando para asumir la cartera de Educación. “Nombrar a un ministro es igual que nombrar a un Papa: el Papa sale hablando diez idiomas altiro, y los ministros ya salen hablando con la propiedad de como si hubiesen estado diez años en la cartera”, reflexiona.

      Tomaban té en la casa de Aylwin cuando este le preguntó a Lagos:

      –Usted, en mi caso, ¿qué sería lo primero que haría?

      –¿Sabe lo primero que haría? Le pido la renuncia a Pinochet –respondió Lagos.

      –“¡¿Cómo?!” –le dijo, sorprendido.

      –Le pido la renuncia a Pinochet.

      –¿Por qué? –preguntó Aylwin.

      –Porque ese es el momento de mayor poder de usted. Cada día que pasa después es un día menos de gobierno. De entrada, pegue el zarpazo altiro.

      –Pero me va a decir que no –replicó Aylwin .

      –Bueno, entonces usted pida reforma constitucional altiro.

      –Mire –le dijo a Lagos–. Yo voy a comenzar por invitar a La Moneda a tomar té a los dos representantes del Poder Judicial. Me los voy a ir ganando.

      Aylwin le explicó a Lagos cómo pensaba hacerlo. “Le retruqué que no”, recuerda Lagos, “y él me insistió en sus puntos de vista”. El futuro ministro advirtió que no valía la pena seguir la discusión.

      Lagos le dijo:

      –Presidente, dejemos la discusión aquí.

      –Pero, ¿cómo? Si está entretenida la discusión…

      –Es que usted no ha dado el argumento más importante –respondió Lagos.

      –¿Cuál es?

      Lagos entonces imitó el tono de Aylwin para responder lo que este le preguntaba:

      –Mire Ricardo, yo con mis modos llegué a Presidente de la República, con el suyo, usted a ministro no más.

      “Ahí quedó la discusión”, sentencia Lagos.

      Uno de los cargos que decidió tempranamente Aylwin, incluso antes de su elección como presidente, fue el de jefe del equipo económico, Alejandro Foxley.

      Ocurrió durante una gira por Europa en septiembre de 1989 que encabezó el entonces candidato presidencial de la Concertación por la Democracia, y en la que participaron también Foxley y Carlos Ominami, como organizadores de la parte económica del programa de gobierno.

      Era la primera salida de Aylwin a Europa como virtual próximo presidente de Chile. Después del triunfo en el plebiscito sobre el dictador, en el Viejo Continente ningún gobernante dudaba de su triunfo.

      Aylwin quería asegurar apoyo, asistencia técnica y cooperación para el gobierno democrático que probablemente presidiría a partir de marzo de 1990.

      A

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