Discursos de España en el siglo XX. Varios autores
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[30] J. M.ª Ortiz de Orruño, «El fuerismo republicano (1868-1874)», en C. Rubio y S. de Pablo, Los liberales, fuerismo y liberalismo en el País Vasco (1808-1876), Besaide, Vitoria, 2002, pp. 375-400. J. Penche González, Republicanos en Bilbao (1868-1890), Memoria del DEA (inédita), Dpto. Historia Contemporánea, Universidad del País Vasco, 2006, pp. 25-26, 35-36; «Los republicanos y la cuestión foral (1865-1900)», artículo mecanografiado. Agradezco la amabilidad del autor por haberme permitido leer ambos trabajos inéditos.
[31] M.ª P. Salomón Chéliz, «El discurso anticlerical en la construcción de una identidad nacional española...», op. cit., pp. 498-499. J. Louzao Villar destaca como particularidad del republicanismo vizcaíno el fuerte componente antinacionalista que caracterizaba su anticlericalismo, en El anticlericalismo en la Vizcaya de la Restauración (1898-1912), Memoria del DEA (inédita), Dpto. Historia Contemporánea, Universidad del País Vasco, 2007, pp. 4245; en la p. 79 indica que el mitin anticlerical organizado en octubre de 1903 para protestar por la peregrinación a Begoña estaba decorado con colgaduras con los colores nacionales. Agradezco al autor su amabilidad por enviarme su investigación inédita.
[32] A. Duarte, «Los republicanos del ochocientos y la memoria...», op. cit., pp. 210-211.
[33] F. Archilés, «Una nacionalización no tan débil: patriotismo local y republicanismo en Castellón (1891-1910)», Ayer, 48 (2002), pp. 283-312, de cuya p. 304 procede la frase entrecomillada. El mismo autor reflexiona sobre la centralidad de la construcción de las identidades regionales en el configuración de la identidad nacional española en «Hacer región es hacer patria. La región en el imaginario de la nación española de la Restauración», Ayer, 64 (2006), pp. 121-147.
[34] La conmemoración en Málaga del aniversario del fusilamiento de Torrijos el 11 de diciembre adquirió características eminentemente republicanas en los años en los que los republicanos dominaron el ayuntamiento, según M. Muñoz Zafra, «El calendario republicano local, 1898-1909», en M. Morales Muñoz (ed.), República y modernidad..., op. cit., pp. 186-190.
[35] El recuerdo de los sitios carlistas a los que fue sometida Bilbao en 1836 y 1874 representaba para liberales y republicanos bilbaínos un factor que los hermanaba y que les permitió compartir la Sociedad liberal «El Sitio», que aunque no republicana contribuyó a conservar la cultura política republicana en los primeros tiempos de la Restauración, cuando estaban clausurados los centros republicanos, antes de la Ley de Asociaciones de 1887. Véase J. Penche González, Republicanos en Bilbao..., op. cit., pp. 55-58. Para Cataluña, también señala esa confluencia entre republicanos y liberales en la conmemoración de las resistencias frente a los carlistas entre 1872 y 1875, P. Gabriel, «Los días de la República. El 11 de febrero», Ayer, 51 (2003), p. 40.
[36] La Voz de Teruel, Teruel, 3 de julio del 31, p. 1. Con respecto al republicanismo zaragozano de comienzos de siglo XX, véase M.ª P. Salomón Chéliz, «Patriotismo y republicanismo en Aragón, o lo aragonés como símbolo de lo español (1898-1910)», en C. Forcadell y A. Sabio (coords.), Las escalas del pasado. IV Congreso de Historia Local de Aragón, Instituto de Estudios Altoaragoneses/UNED Barbastro, Huesca, 2005, pp. 197-210.
[37] R. Cruz, En el nombre del pueblo. República, rebelión y guerra en la España de 1936, Siglo XXI, Madrid, 2006, pp. 29-31. La caracterización moral del pueblo propia del populismo republicano la aborda J. Álvarez Junco, «Magia y ética en la retórica política», en J. Álvarez Junco (comp.), Populismo, caudillaje..., op. cit., pp. 219-270.
[38] El Turia, Teruel, 16 de julio de 1931.
[39] F. Archilés, «Una nacionalización no tan débil...», op. cit.; C. Forcadell, «Ciudadanía y liberalismo en Aragón. El Justicia: de mito a monumento», en A. García-Sanz (ed.), Memoria histórica e identidad. En torno a Cataluña, Aragón y Navarra, Universidad Pública de Navarra, Pamplona, 2004, pp. 47-63; M.ª P. Salomón Chéliz, «Patriotismo y republicanismo en Aragón...», op. cit. J. Louzao Villar, El anticlericalismo en la Vizcaya..., op. cit., pp. 4142; en la p. 65 muestra cómo tampoco el teatro escapó a la tensión nacional: los nacionalistas vascos intentaron boicotear la presentación de Electra en Vizcaya en distintas ocasiones, y en una de ellas lo hicieron con vivas a Euskeria y a los vascos.
[40] R. Cruz, En el nombre del pueblo..., op. cit., pp. 50-62.
[41] P. B. Radcliff, De la movilización a la Guerra Civil. Historia política y social de Gijón, 1900-1937, Debate, Barcelona, 2004, pp. 204-207.
[42] P. Gabriel, «Los días de la República. El 11 de febrero», Ayer, 51 (2003), pp. 39-66. Sobre Málaga, M. Muñoz Zafra, «El calendario republicano local, 1898-1909», en M. Morales Muñoz (ed.), República y modernidad..., op. cit., pp. 175-194. Para Gijón, P. B. Radcliff, De la movilización a la Guerra Civil..., op. cit., p. 214. Acerca de la reivindicación republicana de Jovellanos escribe S. Sánchez Collantes, «El Círculo de Instrucción y Recreo de Gijón, 1881-1885», comunicación presentada al I Congreso El republicanismo en España. Política, sociedad y cultura, Universidad de Oviedo, 2004.
[43] El Popular, Málaga, 10 de diciembre de 1904, citado por M. Muñoz Zafra, «El calendario republicano local, 1898-1909», p. 188.
[44] La merienda democrática que convocó en 1903 en Barcelona Lerroux para celebrar el aniversario de la I República de forma alternativa congregó a unas 45.000 personas. Actos de ese tipo sirvieron de referente para medir la capacidad de convocatoria del lerrouxismo; P. Gabriel, «Los días de la República. El 11 de febrero», pp. 61-64. En 1906 los republicanos malagueños celebraron el 11 de febrero con una gira campestre; M. Muñoz Zafra, «El calendario republicano local...», op. cit., p. 183.
[45] P. B. Radcliff, De la movilización a la Guerra Civil..., op. cit., p. 215, menciona la romería anticlerical en La Guía, Gijón.
[46] Distintas artículos de La Correspondencia de Aragón, Zaragoza, del 9 al 28 de febrero de 1911. No faltaron tampoco las referencias religiosas típicas de la cultura política republicana y obrera que situaban a Costa en el panteón de los santos laicos: «profeta», «apóstol», «moderno Cristo muerto de dolor porque su patria agoniza».
[47] La Correspondencia de Aragón, 10 de febrero de 1911, p. 2 y 12 de febrero de 1911, pp. 2-3, de donde proceden también las frases entrecomilladas del párrafo.