Friedrich Schiller. AAVV

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Friedrich Schiller - AAVV Oberta

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hallaremos mejores palabras que las suyas, lo que debería justificar una vez más su plena rehabilitación.

      En el campo de la fraseología contrastiva se me plantea la pregunta de cómo maneja el traductor tales construcciones, que en la lengua original cuentan con una forma invariable y con carácter acuñador para la posteridad. Cabría suponer que la primera traducción canónica al español haya generado una cita famosa correspondiente que sella una forma fija también en la lengua española. Pero aquí surge el problema de la recepción, que comprensiblemente tuvo que ser menos intensa en los países hispanohablantes que en zonas de habla germana.

      He analizado la obra lírica y dramática de Schiller en cuanto a las citas más popularmente conocidas (con excepción del muy rentable Guillermo Tell) y he podido documentar el fragmento en cuestión en las traducciones españolas al uso. En algunos casos he podido consultar más de una traducción de la misma obra, lo cual ha arrojado unas diferencias notables. Quisiera resumir brevemente los resultados:

«Die Bürgschaft» «La fianza»
Ich bin, spricht jener, zu sterben bereit / und bitte nicht um mein Leben. Estoy –dijo aquel– dispuesto a morir / y no he de pedirte gracia de mi vida, 48
Zurück, du rettest den Freund nicht mehr! ¡Atrás! ¡No puedes salvar a tu amigo!, 55
Der fühlt ein menschliches Rühren Presa éste de una emoción humana, 56
Die Treue, sie ist doch kein leerer Wahn La lealtad no es un vano engaño, 59
«Der Taucher» «El buceador»
Wer wagt es, Rittersmann oder Knapp? ¿Quién se arriesga, caballero o doncel?, 100
Und der Mensch versuche die Götter nicht Que el hombre no tiente a los dioses, 108
Lass, Vater, genug sein das grausame Spiel Dejad, padre, ya es bastante el juego cruel, 113
«Die Kraniche des Ibikus» «Las grullas de Ibico»
Wer zählt die Völker, nennt die Namen, / die gastlich hier zusammenkamen? Quién contará los pueblos, quién dirá los nombres / de los huéspedes allí congregados, 37
Sieh da, sieh da, Timotheus, / die Kraniche des Ibykus! ¡Mira, mira allá, Timoteo / las grullas de Ibico!, 41
«Der Handschuh» «El guante»
Die Damen in schönem Kranz. La hermosa corona de las damas, 129
Und wie er winkt mit dem Finger. Y al hacer él señal con el dedo, 129
Und sieht sich stumm rings um. Las gracias, señora, para nada
Den Dank, Dame, begehr ich nicht Mira, mudo, en derredor, 129 las quiero, 133

      El traductor ha reproducido con relativa fidelidad el sentido y el ritmo, pero se han perdido casi por completo la rima final y el metro. Esto parece aceptable, ya que en las baladas el contenido existe por derecho propio, pero en el caso de la Gedankenlyrik sería un asunto espinoso soslayar por completo la forma –lo estéticamente atrayente–, porque el lector que no domine el alemán acaso se pierde lo principal. Es llamativo, en los casos precedentes, que se haya intentado reducir a un mínimo el largo de los versos mediante elisiones. Si alguna vez un traductor se ve confrontado con un fenómeno intertextual –el hecho no insólito de que en un texto literario se halle insertada una cita de Schiller–, debería hacer uso de la frase textual previamente documentada en otras versiones para asegurar que se mantenga su carácter frasemático.

Die Jungfrau von Orleans La doncella de Orleáns
Wie kommt mir solcher Glanz in meine Hütte? (Prolog 2) ¿Qué puede significar tal esplendor en mi cabaña?, 14
Johanna geht, und nimmer kehrt sie wieder (Prolog 4). Juana se aleja y nunca volverá, 23
Mit der Dummheit kämpfen Götter selbst vergebens (III/6) Los mismos dioses pierden el tiempo luchando contra la necedad, 96
Maria Stuart María Estuardo
Die Könige sind nur Sklaven ihres Standes, / den eignen Herzen dürfen sie nicht folgen. Los reyes no son más que unos esclavos de su condición / y nunca pueden seguir el impulso de su corazón, 72
Das müssen Reize sondergleichen sein, / die einen Greis in solches Feuer setzen. Deben ser, en efecto, encantos sin igual / los que de tal manera inflaman a un anciano, 80
Der Lord lässt sich entschuldigen, / er ist zu Schiff nach Frankreich. El lord ruega a la reina que le excuse. / Acaba de embarcarse para Francia, 189

      En la primera cita de María Estuardo hay una involuntaria rima aguda («condición» con «corazón») en el verso español donde el original alemán no busca rima final alguna, de modo que el lector se da un tropezón. Por otra parte, se ha hecho justicia, en la medida de lo posible, con ciertos modismos específicos del alemán, como son las fórmulas dobles y las reiteraciones («Wohlauf, Kameraden, aufs Pferd, aufs Pferd» (11) [«A montar, camaradas, a montar», Cansinos y Tamayo, 1973: 348]). En un uso coloquial de la lengua alemana es muy normal que alguien exprese su grata sorpresa con una variante de la frase schilleriana del Campamento de Wallenstein «es geschehen noch Zeichen und Wunder» (8) («aún se obran milagros»), que sería, para el lenguaje actual, más exacto que la traducción «aparecen en el cielo signos maravillosos» (Cansinos y Tamayo, 1973: 335). En los ejemplos siguientes –que contrasto con la traducción de Cansinos y Tamayo– se ha sacrificado el metro por la claridad del contenido. A veces los versos son desproporcionadamente más largos que en el original porque buscan contextualizar lo que en el texto de Schiller no requiere explicación alguna:

Die Piccolomini Los Piccolomini
Spät kommt ihr, -doch ihr kommt! (I/1) Aunque tarde, llegáis al fin, 353
Der langen Rede kurzer Sinn (I/2)

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