Violencia de género contra mujeres. Marisol Fernández
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1 La definición del MIMP usa «discriminación sistemática» pero nosotras consideramos que en realidad se trata de un contexto de dominación en el que se produce la construcción de otras y (otros) inferiores, de modo que se recurre a esta inferioridad para justificar el contexto de opresión en el que viven (Gruen, 1993).
2 Siguiendo a Viveros, cuando nos referimos a «las mujeres» o a «los varones» no asumimos la lectura hegemónica que los universaliza y, por tanto, los entiende como un conjunto compuesto por sujetos homogéneos. Por el contrario, partimos de un enfoque interseccional que reconoce cómo los vectores jerárquicos de género, raza y clase determinan el espacio que las personas ocuparemos en la estructura social (Viveros, 2016). Como resultado, el «patriarcado blanco» no impacta de la misma forma las experiencias de vida de todas las mujeres y no todos los varones se benefician de este (2016, p. 10).
3 «Al tomar ‘simbólico’ en uno de los sentidos más comunes, se supone a veces que hacer hincapié en la violencia simbólica es minimizar el papel de la violencia física y (hacer) olvidar que existen mujeres golpeadas, violadas, explotadas, o, peor aún, querer disculpar a los hombres de tal forma de violencia. Cosa que, evidentemente, no es cierta. Al entender ‘simbólico’ como opuesto a real y a efectivo, supones que la violencia simbólica sería una violencia puramente ‘espiritual’ y, en definitiva, sin efectos reales. Esta distinción ingenua, típica de un materialismo primario, es lo que la teoría materialista de la economía de los bienes simbólicos, que intento elaborar desde hace muchos años, tiende a destruir, dejando que ocupe su espacio teórico la objetiva de la experiencia subjetiva de las relaciones de dominación. […] No voy a afirmar que las estructuras de dominación sean ahistóricas, sino que intentaré establecer que son el producto de un trabajo continuado (histórico por tanto) de reproducción al que contribuyen unos agentes singulares (entre los que están los hombres con unas armadas como la violencia física y la violencia simbólica) y unas instituciones: familia, Iglesia, escuela, Estado» (Bourdieu 2013, p. 50).