Añorantes de un país que no existía. Salvador Albiñana Huerta
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39. El balance de la Casa de la Cultura puede consultarse en M. Aznar Soler: «L’Aliança…», pp. 314-317. En 1980, en la entrevista que le hicieron M. Aznar Soler y F. Pérez Moragón. A. Gómez Andrés y F. Pérez Moragón (eds.): Emili Gómez Nadal: diaris i records, Valencia, PUV, 2008, pp. 369-413 y 404. [‘Tengo la impresión de que hicimos muy poco […] Y sobre todo no tengo idea de haber hecho gran cosa’].
40. Las colaboraciones de Deltoro se reproducen en Textos y documentos, 1-4.
41. El texto de Altolaguirre y Bergamín no se ha localizado, Francisca Ferrer Gimeno: «Vestuario para El Triunfo de las Germanías», Stichomythia, 11-12, 2011, pp. 268-283. Los decorados de Alberto fueron elogiados por Francisco Carreño Prieto: «Elementos para una plástica teatral española», Nueva Cultura, 2, abril de 1937, p. 15, y por Ramón Gaya, en una nota sin firma: «Teatro», Hora de España, II, febrero de 1937, p. 60.
42. Francisco Carreño Prieto: «El arte de tendencia y la caricatura», Nueva Cultura, 11, marzo-abril de 1936, pp. 14-15; en ese mismo número, p. 6, «Cuatro dibujos políticos de Alberto Sánchez».
43. Véase NC, 109-111. Jordana Mendelson: «Los laboratorios de la propaganda: artistas y revistas durante la guerra civil española», en Revistas y guerra, 1936-1939, Madrid, MNCARS, 2007, pp. 15-267, 181.
44. Véase NC, 112-124.
45. Véase NC, 125. En el verano de 1936 Carl Einstein (1885-1940) se integró con su esposa Lyda Guevrekian en la columna dirigida por Buenaventura Durruti –de quien escribió un elogio fúnebre– y estuvo en diferentes frentes en Aragón y Guadalajara. Problemas de salud le obligaron a retirarse a Barcelona, donde al parecer menguó su inicial fervor anarquista.
46. Véase NC, 127-130.
47. Sobre el Centro de Acogida de Narbona, véase NC, 132-143; para la carta de Giner Pantoja y la estancia en París, véase NC, 144-145.
48. A. Martínez Iborra: Fragmentos…, s/p. Los tres grandes embarques a México fueron los del Sinaia, Ipanema y Mexique, que trasladaron a 4.660 refugiados entre junio y julio de 1939; en ese tiempo Ana y Antonio todavía no habían logrado reunirse en Narbona. Véase NC, 146.
49. ‘Y veo llegar, entre otros, a Deltoro y a su mujer. […] Era después de la ruptura de la brecha de Sedán y los alemanes estaban a dieciocho días en París. Había un barco en Vernon, al lado de Burdeos, y el SERE […] dijo: se han acabado los cupos. Todo el que sea comunista, prioritario. Que no se arriesguen más. Os hemos hecho venir para que os vayáis. Ahora, vais a Santo Domingo. Y me contesta [Deltoro]: ¿Y México? Que tenemos todos los amigos y no sé qué… Digo: Escucha […] Si vas a Santo Domingo, desde allí está muy cerca […] De lo que se trata ahora es de salir de París’. En el recuerdo, Gómez Nadal equivoca las fechas: la brecha de Sedán fue en mayo de 1940 y Deltoro y Martínez Iborra habían llegado a Santo Domingo en febrero. Véase NC, 146.
50. Sobre la estancia en Santo Domingo, véase NC, 147-168.
51. Véase la entrevista con Elena Aub citada en NC, 151.
52. Lo afirmó en el primer trabajo amplio sobre el exilio republicano que dirigió José Luis Abellán. Un año antes, como queda dicho, Vicente Llorens había recordado la revista con algún recelo: «aunque reflejara de algún modo la orientación política de quienes la dirigían se presentó como “revista literaria de información y crítica”», Memorias de una emigración…, p. 319. Sobre Ozama, véase NC, 160-167.
53. Las Cartas las publicó en México la Junta de Cultura Española. Sobre Masip y la retórica idealizante, Francisco Caudet: El exilio republicano de 1939, Madrid, Cátedra, 2005, pp. 277-283, y J. de Hoyos Puente: La utopía del regreso. Proyectos de Estado y sueños de nación en el exilio republicano en México, México / Santander, El Colegio de México, Editorial de la Universidad de Cantabria, 2012, p. 12. Las colaboraciones de Deltoro pueden consultarse en Textos y documentos, 5-7.
54. Sobre la estancia en Cuba, véase NC, 171-173.
55. Adolfo Sánchez Vázquez: «Fin del exilio y exilio sin fin», Del exilio en México. Recuerdos y reflexiones, México, Grijalbo, 1997, pp. 35-38; se publicó por vez primera en 1977. En un texto de 1999 admitió que, muy avanzado el destierro, se dieron pasos hacia expresiones de transtierro: «El exilio del 39. Del destierro al transtierro», en M. F. Mancebo, Marc Baldó y Cecilio Alonso (eds.): L’exili cultural de 1939. Seixanta anys després, Valencia, Universitat de València-Biblioteca Valenciana, 2001, 1, pp. 37-50. Véanse los trabajos de Claudio Guillén, Francisca Montiel Rayo, Aurora Valero y Jordi Gracia, citados en NC, 165 y 174. Sobre los años de México, NC 174-197.
56. V. Llorens: «El retorno del desterrado», Estudios y ensayos sobre el exilio republicano de 1939, edición, estudio introductorio y notas de M. Aznar Soler, Sevilla, Renacimiento, 2006, pp. 105-127 y 126. El texto se publicó en la revista Cuadernos Americanos en 1948. Clara E. Lida: Caleidoscopio del exilio. Actores, memoria, identidades, México, El Colegio de México, 2009, p. 17, y «Un exilio en vilo», en Andrea Pagni (ed.): El exilio republicano español en México y Argentina. Historia cultural, instituciones literarias, medios, Madrid/México/Frankfurt, Iberoamericana/Vervuert/Bonilla Artigas Editores, 2011, pp. 21-32.
57. Joseph Brodsky: Dall’esilio, Milán, Adelphi, 1988, p. 22.
58. Sobre el Instituto Luis Vives, NC, 176-178. Manuel Andújar: «Los valencianos que conocí…», p. 208.
59. Antonio Deltoro: «Un trayecto por las piedras azules», Favores recibidos, México, FCE, 2012, p. 9.
60. J. de Hoyos Puente: «Construyendo nuevos espacios de sociabilidad», La utopía del regreso…, pp. 156-169. Véase NC, 189 y 190.
61. Sobre la militancia comunista, véase NC, 183. Sebastian Faber: «Silencios y tabúes del exilio español en México: Historia oficial vs. Historia oral», en Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, Historia Contemporánea, 2005, pp. 373-389.