Panteón. Jorg Rupke
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Panteón - Jorg Rupke страница 9
[14] Archer, 1996, pp. 225-226.
[15] Véase, por ejemplo, Kippenberg, Rüpke y von Stuckrad, 2009; sobre el siglo XIX, Nipperdey, 1988, Hölscher, 2005.
[16] Para un ejemplo de una historiografía religiosa que parte de los actores individuales, Lane Fox, 1988.
[17] Sobre la búsqueda de la individualización religiosa más allá del cristianismo y de la denominada modernidad véase Rüpke, 2012h, Rüpke y Spickermann, 2012, Rüpke, 2013d, Fuchs y Rüpke, 2015; y Fuchs, Linkenbach y Reinhard, 2015.
[18] Véase Rüsen, 1990 y de Certeau, 1991.
[19] P.e. en la obra de Weber, 1985 y Schütz, 1981; más recientemente, Geertz, 1973.
[20] Véase Joas, 1996.
[21] Emirbayer y Mische, 1998, también en lo que viene a continuación.
[22] Ibid., p. 970.
[23] Es fundamental aquí Emirbayer y Mische 1998; continuado por Hitlin y Elder, 2007, Dépelteau, 2008, Campbell, 2009, Noland, 2009, Small, 2011, y Silver, 2011.
[24] Emirbayer y Mische, 1998, pp. 975, 983, 993.
[25] Ibid., p. 1004.
[26] Véase p.e., Brelich, 1969, Cancik, 1973.
[27] Véase Gill, 2008, 2009b; Setaioli, 2013; Rüpke y Woolf, 2013b.
[28] Véase Rüpke, 1995a, 2006f.
[29] Véase Gordon, 2013d.
[30] Véase p.e., Belayche et al., 2005, Santangelo, 2013.
[31] Rebillard, 2012, pp. 2-5, sobre la «identidad destacada».
[32] Una obra pionera de la «teoría de la identidad social» fue la de Tajfel y Turner; véase Tajfel, 1974, p. 69. Sobre la definición de grupo: Turner, 1975. Resumido en Ellemers, Spears, y Doosje, 1999.
[33] Ashmore, Deaux, y McLaughlin-Volpe, 2004, p. 83, con una tabla ilustrativa.
[34] Beard, 1991, cfr. Woolf ,2012a.
[35] Ashmore, Deaux y McLaughlin-Volpe, 2004, p. 84.
[36] Van Dommelen, Gerritsen y Knapp, 2005, p. 56.
[37] Vásquez, 2008, p. 167, con referencias a Appadurai, 2000.
[38] El tema de la comunicación religiosa se desarrolla en Rüpke, 2014e.
[39] Sperber y Wilson, 1987; Wilson y Sperber, 2002, 2012.
[40] Véase p.e., para Esparta, Richer, 2012, cap. 5. Sobre la ausencia de sacerdotes en los santuarios púnicos rurales, López-Bertrán, 2011, p. 57.
[41] Véase p.e., Fögen, 1993 y Sear, 2006.
[42] Ampliamente debatida en Otto, 2011; para un examen de la investigación al respecto, Otto y Stausberg, 2013.
[43] Sobre este concepto dinámico de sacralización y para una crítica del uso académico del concepto de lo sacral véase Rüpke, 2013m. Sobre las definiciones de la religión que dependen de «lo sagrado», véase brevemente Dobbelaere, 2011; Taves, 2009 lo sustituye por «lo especial».
[44] Cfr. Cameron, 2004, p. 257 (sin hacer referencia a la religión).
[45] Punyanunt-Carter et al., 2008.
[46] Véase Onorato y Turner, 2004, Verkuyten y Martinovic, 2012.
[47] Taves, 2011, remite correctamente este desafío a los estudios religiosos.
2. Las revoluciones en los medios de comunicación religiosa en la Italia de la Edad de Hierro. Entre los siglos IX y VI a.C.
1. LO ESPECIAL
En el inicio fue la casa. Y la casa estaba habitada: no por un dios, sino por personas; y no por muchas personas. En el centro de Italia, al inicio del primer milenio a.C., la casa o, mejor dicho, la cabaña que podemos vislumbrar a través de la lente de aumento de la investigación arqueológica es pequeña. Las casas comunales más antiguas, que podían albergar a docenas de personas, han pasado de moda.
¿Qué es religión en esta casa? Enfocamos mejor, pero aún no vemos religión. Ni altar doméstico, ni estatuillas, ni pozo sacrificial. Una mujer entra en nuestro campo de visión. Tiene unos veintipicos años, por lo que no le queda mucha vida que vivir. Probablemente muera al dar a luz. Para nosotros no tiene nombre; por supuesto, tiene un nombre, pero no lo conocemos. Sin escritura, la historia queda sin nombres, y seguiremos así en esta región durante unos doscientos años más. Pero, a medida que hablamos de la mujer, esta empieza a adoptar una forma, sentimientos, acciones, una voluntad propia; así que, ¿por qué no darle un nombre, uno que bien pudiera haber llevado aquí en las colinas de la costa occidental del centro de Italia? Llamémosla Rhea.
No vamos a preguntarle a Rhea sobre la religión, sino más bien sobre lo que la maravilla, lo que va más allá, lo que transciende su vida cotidiana, lo que siente como «especial». Probablemente empiece hablando del telar. Es donde se fabrica la ropa de abrigo y de adorno a partir de la lana de las ovejas. Los saberes se transmiten de generación en generación, pero los