Esperanza sin límites. J. I. Packer

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Esperanza sin límites - J. I. Packer

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de actuar como tonto y pensar que el propio hecho de estar haciendo algo gracioso justificaba su mal comportamiento.

      LA PERSONA DE DIOS

      Sin embargo Dios escogió a Sansón para que fuera su sirviente especial. De vez en cuando surge en la historia de Sansón un recordatorio del hecho que Sansón era un hombre de Dios, apartado para la obra de Dios, y que es Dios quien está controlando el curso de las acciones y experiencias de Sansón. Esta es la parte de la historia de Sansón que nos da esperanza. Nosotros también vivimos vidas tragicómicas defectuosas, vidas llenas de errores y deficiencias, vidas en las cuales lo que creemos que son nuestras cualidades alimentan nuestro ego y se convierten en nuestros verdaderos defectos. Pero Dios fue Dios para con Sansón – y es Dios para con nosotros.

      En cierta forma extraña, hay cosas en la historia de Sansón que nos recuerdan al Señor Jesucristo – otra persona nacida milagrosamente para los propósitos del reino de Dios. Jesús también tenía sentido del humor. Ciertamente, era un sentido del humor bastante firme e inteligente. Seguramente nos sonreimos un poquito de la idea de un camello pasando por el ojo de una aguja, o un hombre con una viga saliéndole de su ojo tratando de quitar una paja del ojo de otra persona. Sin embargo, Jesús no estaba esclavizado a su humor. El fue un hombre de cortesía, sabiduría, benevolencia y prudencia en una manera como Sansón nunca lo fue.

      En lo que respecta al dominio propio, al no perder el control, Jesús fue vituperado pero él no vituperó en respuesta. Él se encomendó al que juzga justamente. Eso es verdadera madurez humana, una madurez a la que todos los que somos de Cristo hemos sido llamados a aspirar (ver 1 Ped. 2:19-23). En este aspecto, Jesús y Sansón eran diametralmente opuestos.

      ADVERTENCIA CRISTIANA

      La historia de Sansón es una historia de advertencia, y es propio que los cristianos tomen la biografía de Sansón como un aviso para nosotros mismos. Sansón fue fuerte físicamente, eso es cierto. En los momentos en que el Espíritu de Dios posaba sobre él, Dios le daba una fuerza increíble. Pero esta misma fuerza trajo consigo debilidad – las debilidades específicas de egocentrismo, confianza en sí mismo, desenfreno y satisfacción de sí mismo. Todas estas cuatro áreas están claramente aquí, en el registro de la trayectoria de Sansón. Si él hubiera sido menos espectacularmente fuerte, él hubiera sido menos vulnerable a estas actitudes. Así fue que él peleó bien con los filisteos pero parece que no había progresado en la guerra contra el pecado – lo que quiere decir que durante toda su vida él era débil por dentro.

      Nosotros los cristianos evangélicos también somos fuertes en por lo menos un sentido, esto es, en el numérico. Cuando los estadistas cuentan números, nos dicen que hay aproximadamente cuarenta millones de nosotros tan sólo en los Estados Unidos. Tenemos seminarios, tecnologías y el movimiento de mega-iglesias. El ministerio y el impacto de un tremendo líder sureño bautista llamado Billy Graham, capellán honorario de Norte América, ha sido incalculable, y él es, como decimos, “uno de nosotros”. Nuestro ministerio de literatura se expande y se expande. Dios le ha dado a los cristianos una fuerza impresionante, sin embargo nuestra propia fuerza nos hace vulnerables. ¿Estamos en peligro de caer víctimas de algunas de las mismas debilidades autodestructivas que vemos en Sansón? Esa, creo, es una pregunta que debemos encarar muy seriamente.

      Los cristianos evangélicos viven en un enclave. Es un enclave grande, pero es un enclave como todos. No podemos escapar de nuestra relación familiar con cada uno de nosotros. Quiénes somos y qué somos individualmente nos impacta a todos nosotros. Y las cosas en nuestro enclave no son siempre como deberían de ser. Necesitamos pureza de corazón – especialmente en asuntos sexuales. Sabemos que hoy en día hay gente en nuestros círculos cristianos cuyas vidas sexuales se parecen demasiado a la de Sansón. Más allá de la pureza sexual había cierta calidad alta de carácter que Sansón nunca obtuvo, y que en círculos evangélicos no siempre obtenemos. En algunos de nuestros ministerios cristianos vemos que hay una falta de deseo de aceptar responsabilidad, hay un deseo de mandar a otros y de ser nuestros propios jefes, y así lo hacemos. Vemos actitudes emocionales – resentimiento, mal temperamento, venganza, descortesía, falta de amor – que indican la misma falta de madurez y santidad mostrada por Sansón. Los cristianos somos pleitistas. Los cristianos somos engreídos. Los cristianos somos egoístas hambrientos de poder; construimos imperios. Esto ocurre una y otra vez.

      Estos defectos de carácter (de Sansón y nuestras) son verdaderas debilidades – debilidades que pueden tener un efecto trágico tanto en nuestras vidas personales como en el impacto que hace nuestra fuerza evangélica en Norte América hoy en día. Los defectos de carácter destruyen la credibilidad al instante. En mis viajes he hablado muchas veces acerca del carácter de Sansón. Cada vez que hablo de él, veo en él un espejo perturbador de lo que realmente observo alrededor mío. Así que ahora ofreceré algunas lecciones de Sansón, este hombre de carácter defectuoso, vocación divina y de fe verdadera aunque tambaleante.

      ACERCA DE SER DÉBIL Y SER FUERTE

      Donde nosotros nos sentimos ser fuertes, allí podemos ser fácilmente débiles. Las Escrituras dicen: ‘Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.” (1 Cor. 10:12). Todo el que ame ser independiente en Cristo reconozca el peligro de ser independiente de Cristo. Sansón era un solitario; él pensaba por su propia cuenta. Pero ese no era el camino de bendición desde cualquier punto de vista. Si él hubiera escuchado más a sus padres (note Jue. 14:2-4) y si él se hubiera sujetado a los ancianos y amigos (note 15:7-13), de seguro hubiera hecho mejor las cosas y hubiera honrado más a Dios. Así que desconfíe de su propio sentido de fortaleza y reconozca su propia necesidad de comunión y sujeción. Todos necesitamos eso para mantenernos en orden.

      Además hay que reconocer que Dios en su misericordia pueda que eventualmente tenga que tratar con nosotros como trató con Sansón. El fue llevado cautivo por los filisteos por medio de la traición de Dalila. Perdió la vista; le cortaron su cabello; la fuerza que Dios le había dado parecía haberse ido para siempre; su utilidad parecía haberse ido también. Por la bondad de Dios Sansón recobró suficiente fuerza para el acto final de su vida. No podemos evitar el pensar, sin embargo, qué tanto mejor hubiera sido si Sansón nunca se hubiera involucrado con Dalila en primer lugar.

      Pero aquí hay un mensaje para nosotros. Dios quizás tenga que debilitarnos y traernos abajo en las áreas donde creemos estar fuertes para que podamos llegar a ser verdaderamente fuertes en dependencia real de él mismo. El ha hecho eso antes, y quizás tenga que hacerlo de nuevo – tal vez en gran escala con los cristianos de Norte América, quizás a nivel personal con usted y conmigo. Si así lo hace, habrá misericordia en ello. Será Dios trabajando para dar sentido a nuestras vidas errantes que llegaron al punto donde parece que ya no puede salir nada bueno de ellas.

      Otro pensamiento alentador que obtenemos de la historia de Sansón. Dios nos usa. Él nos usa ahora mismo a pesar de nuestros defectos. Él es un Dios gentil y usa gente defectuosa como parte de su agenda regular. No importa qué tan conscientes somos de nuestras propias limitaciones, deficiencias y pecados, nosotros podemos acudir a Dios para que nos vuelva a usar – y él lo hará en su grandísima misericordia.

      Los cristianos viven por fe en Jesucristo, lo cual quiere decir que vivimos para ser perdonados. Y los cristianos (pecadores perdonados) reciben una porción en la obra de Dios de una manera que, una y otra vez, va más allá de cualquier cosa que podríamos esperar – ciertamente cualquier cosa que merecemos. La historia de Sansón no es todo ruina, oscuridad y desesperación. Muestra que servimos a un Dios de gracia que pudo usar y usó hasta a un hombre violento como Sansón. Así que a pesar de todos nuestros defectos, hay esperanza de que Dios revelará un rol positivo en los asuntos de su reino a usted y a mí.

      Así que tengamos ánimo y aprendamos de la historia de Sansón las lecciones que tiene para nosotros. Debemos de buscar

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