Hidráulica agraria y sociedad feudal. AAVV
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу Hidráulica agraria y sociedad feudal - AAVV страница 11
Finalmente, algunos de los sistemas hidráulicos supuestamente construidos desde instancias feudales o reales deberían ser escrupulosamente revisados. Hemos visto algunos ejemplos de la zona del Rosselló o Cataluña, donde la iniciativa feudal no queda bien demostrada. Tampoco los recs comtals de Girona y Barcelona parecen construcciones promovidas por los respectivos condes. Es imprescindible, pues, realizar un trabajo de campo arqueológico sistemático para discriminar entre lo que son estructuras hidráulicas construidas o promovidas por los monasterios o señores laicos y las que ya existían y pasan a formar parte de sus patrimonios.
En Sant Cugat, nada parece fundamentar que los numerosos donantes de molinos y espacios irrigados se identifiquen con familias de «ricos campesinos» que vayan a ser responsables del ejercicio de dominios castrales, tal como ocurre en el Languedoc (Durand, 2002: 43-44). No quiero calificarlos de «simples rustici» ni «ricos campesinos». Me inclino por considerar estos donantes o transmisores de estructuras hidráulicas, siendo el molino la más notoria, miembros de comunidades campesinas. Ahora bien, la falta de relieve arqueológico, e incluso de precisión textual, hace que por ahora esta identificación sea sólo genérica.
A partir del siglo x, estos campesinos se ven envueltos en procesos de donación o venta de sus bienes, que son mayoritariamente molinos y parcelas irrigables integrados en sistemas hidráulicos construidos en los fondos de valle. La posibilidad de identificar sobre el terreno los espacios acondicionados para el riego y el cultivo y los emplazamientos de los molinos ha permitido describir un paisaje agrario concentrado en los fondos de valle, cuya ocupación ya es muy intensa en el momento en que los documentamos. En cambio, no existen ni sistemas hidráulicos construidos en vertientes ni una agricultura extensiva de secano que produzca parcelarios compactos fuera de los fondos de valle. Por lo tanto, a pesar de que en el siglo x emerge documentalmente un paisaje agrario que podemos describir como formado por espacios de cultivo regados de fondo de valle, dispuestos, por lo tanto, de forma discontinua en el espacio,27 podemos constatar que estos espacios de fondo de valle están ya prácticamente saturados, que no quedan en ellos intersticios donde desarrollar ampliaciones significativas de los sistemas hidráulicos ni donde crear otros nuevos.
A partir de finales del siglo xii y principios del siglo xiii empiezan a realizarse grandes obras hidráulicas promovidas desde instancias reales o urbanas. El de Puigcerdà es un buen ejemplo de un sistema hidráulico, promovido por un rey, consistente en un canal de largo recorrido (9 km), destinado a alimentar molinos harineros y traperos del rey y, secundariamente, a regar la huerta urbana de la villa real. Esta obra tiene por objetivo generar ingresos, por la gestión de los molinos y por las concesiones de agua de riego. Sin embargo, tuvo que realizarse en un espacio ya colonizado agrícolamente desde antiguo, cuyos pequeños sistemas hidráulicos y molinos de fondo de valle, de probable origen campesino, habían sido apropiados por un monasterio y un obispado, donde «no cabían», pues, más molinos ni canales. La única alternativa era salir del fondo de valle: realizar una gran obra, un canal de 9 km que recorre la vertiente hasta el emplazamiento de la recién fundada villa de Puigcerdà. También el canal de Manresa, de 20 km de recorrido, sale fuera del fondo de valle y se dirige a una huerta urbana que presumiblemente estaba situada en una vertiente. Esta hidráulica, regia, urbana, quizá señorial en algunos casos, como los descritos por S. Caucanas (1995), de gran envergadura a causa de las dimensiones de las estructuras construidas, es, de hecho, marginal. Es resultado de iniciativas tardías en el proceso de ocupación agraria e hidráulica del territorio que, en sus fases más antiguas, había privilegiado los fondos de valle. Éstos se encuentran densamente ocupados cuando a partir de finales del xii se quieren realizar nuevas obras hidráulicas. La gran envergadura de estas nuevas obras se debe a la necesidad de llevar el agua fuera de estos fondos de valle.
FUENTES CITADAS
CSCV : RIUS, J. (1945-47): Cartulario de Sant Cugat del Vallès, Barcelona, CSIC, 3 vols.
DCB: FÁBREGA, A. (1995): Diplomatari de la Catedral de Barcelona, vol. I, Barcelona, Arxiu Capitular de la Catedral de Barcelona.
LLBSC: UDINA, F. (1947): El «Llibre Blanch» de Santas Creus (Cartulario del siglo xii), Barcelona.
BIBLIOGRAFÍA
Aguelo, J. (1998): «El terme d’Octavià (segles x-xiii): d’alou monàstic a terme castral», Gausac 12, pp. 11-24.
— (2001): «Sobre els orígens i la formació del terme de Sant Cugat. Del segle xi al xx», Gausac 19, pp. 25-39.
Alabern, J. y Ll. ViRóS (eds.) (2002): Al voltant de la cosntrucció de la sèquia de Manresa, Manresa.
Arnoux, M. (2009): «Les moulins à eau en Europe occidentale (ixe-xiie siècle). Aux origines d’une économie institutionnelle de l’énergie hydraulique», Atti delle settimane LV, L’acqua nei secoli altomedievali, Spoleto, Centro Italiano di Studi sull’Alto Medioevo, vol. I, pp. 693-747.
Artigues, P. L., M. Blasco, e. Riu-Barrera y M. SardÀ (1995): «La fortalesa romana, la basílica i el monestir de Sant Cugat del Vallès o d’Octavià (Cataluña). Les excavacions de 1993-1995», Annals de l’Institut d’Estudis Gironins 37, Hispania i Roma. D’August a Carlemay. Congrés d’Homena- tge al Dr. Pere de Palol, Girona, pp. 1081-1115.
— (1997): «Les excavacions arqueològiques al monestir de Sant Cugat del Vallès o d’Octavià (1993-1994). La fortalesa romana, la basílica i la im- plantació del monestir», Gausac 10, pp. 15-76.
Barceló, M. (1988): «La arqueología extensiva y el estudio de la creación del espacio rural», en M. Barceló et al.: Arqueología Medieval. En las «afueras» del medievalismo, Barcelona, pp. 195-274.
— (1989): «El diseño de espacios irrigados en al-Andalus: Un enunciado de principios generales», I Coloquio de Historia y Medio Físico. El agua en zonas áridas. Arqueología e historia, vol. I, Almería, 1989, pp. xv-xlv.
— (2004): «The missing water-mill: a question of technological diffusion in the High Middle Ages», en M. Barceló y F. Sigaut (eds.): The making of Feudal Agricultures? (The Transformation of the Roman World vol.14), Brill, European Science Foundation, Leiden-Boston: pp. 255-314.
BARCELÓ, M. et al. (1995): El agua que no duerme. Fundamentos de la arqueología hidráulica andalusí, pp. 51-71.
Batet, C. (1996): Castells termenats i estratègies d’expansió comtal. La Marca de Barcelona als segles x-xi, Sant Sadurní d’Anoia.
— (2006): L’aigua conquerida. Hidraulisme feudal en terres de conquesta, Valencia, Publicacions de la Universitat de València, Publicacions de la Universitat Autonoma de Barcelona.
Benoit, P. y K. Berthier (1998): «L’innovation dans l’exploitation de l’énergie hydraulique d’après le cas des monastères cisterciens de Bourgogne, Champagne et Franche-Comté», en P. Beck (dir.): L’innovation technique au Moyen Age. Actes du vie Congrès International d’archéologie médiévale, París, Ed. Errance, pp. 58-65.
Bernard, V. (1998): «Autour du moulin carolingien de Belle-Église (Oise): éléments de techniques de cahrpenterie hydraulique», en P. Beck (dir.): L’innovation technique au Moyen Age. Actes du VIe Congrès International d’archéologie médiévale, París, Ed. Errance, pp. 77-80.
Bloch, M. (1936): «Avènement et conquête du moulin à eau», Annales