Rousseau: música y lenguaje. AAVV
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A pesar de lo problemático que resulta aceptar, no en los hechos sino como estrategia de análisis deconstructivo de los conceptos, un principio tan general que propone el mismo tratamiento para la historia de la metafísica y la de la semiótica, Rousseau parece dársela al concluir el Ensayo con estas palabras: «No pensemos pues que con proporciones y cifras se nos explica el poder que tiene la música sobre las pasiones (...). El principio y las reglas sólo son el material del arte, hace falta una metafísica más fina para explicar sus grandes efectos».[69]
Me parece difícil de sostener, sin embargo, la imposibilidad en que Derrida queda para valorar la aportación que Lévi-Strauss atribuye a Rousseau, porque no hay diferencia entre metafísica y ciencias humanas si comparten las nociones básicas de nuestro lenguaje teórico; y no parece contar tampoco que, como vimos, Lévi-Strauss vea en el proceder de Rousseau «el único fundamento posible de la moral».[70]Con su crítica, Derrida da un paso decisivo más allá del estructuralismo y realiza una importante aportación temprana a lo que será la deconstrucción; a pesar de lo cual me parece que hay razones de peso para reconsiderar el sentido y valor de ese paso, y la necesidad presente de volver sobre él para evitar un ascetismo que produzca pérdidas no reemplazables.
[1] J. Derrida: Márgenes de la filosofía, Madrid, Cátedra, 1989, pp. 175-192.
[2] De J. Starobinski puede consultarse su estudio preliminar al Essai sur l’origine des langues en Oeuvres Complètes V. Écrits sur la musique, la langue et le theâtre, pp. CLXV-CCIV. Pero, sobre todo, su Jean-Jacques Rousseau. La transparencia y el obstáculo, Madrid, Taurus, 1983; su Remedio en el mal, Madrid, Machado libros, 2000, y su El ojo vivo, Madrid, Cuatro, 2002.
[3] De A. Philonenko ha de consultarse su monumental obra en tres volúmenes Jean-Jacques Rousseau et la pensée du malheur, París, Vrin, 1984.
[4] J. Starobinski: Essai sur l’origine des langues, en Oeuvres Complètes V. Écrits sur la musique, la langue et le theâtre, pp. CXCI-CXCII.
[5] A. Philonenko, op. cit., vol. I, p. 134.
[6] J. Starobinski: Remedio en el mal, op. cit., pp. 231-232.
[7] Véase Cl. Lévi-Strauss, «Jean-Jacques Rousseau, fundador de las ciencias del hombre», en AA.VV.: Presencia de Rousseau, Buenos Aires, Nueva Visión, 1972.
[8] Cito la versión castellana del Ensayo de A. Ferrer y M. Hamerlinck, recogida en Escritos sobre música, Valencia, Publicacions de la Universitat de València, 2007, p. 291. Citaré en adelante como Escritos sobre música.
[9] J.-J. Rousseau: Escritos sobre música, p. 293.
[10] Ibíd., p. 299.
[11] Ibíd., p. 297.
[12] Ibíd., p. 293.
[13] J. Derrida: De la gramatología, Buenos Aires, Siglo XXI, 1971, p. 261.
[14] Aristóteles, Met., A6, 987b 12-16. Trad. cast. T. Calvo, Madrid, Gredos, 1994. p. 95.
[15] J.-J. Rousseau: Escritos sobre música, p. 219.
[16] Platón: El Sofista, 266 a, ss. Trad. cast. A. Tovar, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1970, p. 97.
[17] Platón: El Sofista, 267 a, 9-12. Trad. cast. A. Tovar, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1970, p. 99.
[18] J.-J. Rousseau: Escritos sobre música, p. 223.
[19] Ibíd., p. 225.
[20] J.-J. Rousseau: Diccionario de música, Madrid, Akal, 2007, p. 61.
[21] J.-J. Rousseau: Escritos sobre música, p. 227.
[22] Ibíd., p. 233.
[23] Ibíd., p. 230.
[24] Ibíd., p. 296.
[25] Ibíd., p. 296.
[26] Ibíd., p. 308.
[27] Ibíd., p. 308