Framers. Viktor Mayer-Schonberger

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Framers - Viktor  Mayer-Schonberger

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palabras: podemos lograr que la capacidad de enmarcar pase de ser una facultad de la cognición humana a una herramienta práctica que utilicemos para tomar mejores decisiones.

      Nuestras mentes utilizan los marcos para centrarse en los aspectos más importantes del mundo e ignorar todo lo demás; de lo contrario, seríamos incapaces de comprender las intricadas complejidades de la vida. Gracias a los modelos mentales el mundo nos resulta más manejable y, por ende, podemos actuar en él. En cierto sentido los marcos nos ayudan a simplificar la realidad. Sin embargo, no son versiones simplonas del mundo; sencillamente nos ayudan a centrar nuestros pensamientos en lo más importante.

      Los marcos también nos permiten aprender de una única experiencia y concebir reglas generales aplicables a otras situaciones, incluso a las que todavía no han ocurrido. Nos permiten saber cosas sobre lo que nunca hemos observado o incluso sobre lo que no se puede observar; nos permiten imaginar cosas de las que no tenemos ningún dato. Los marcos nos permiten ver lo que no está ahí. Podemos preguntarnos “¿Y si…?” y anticipar lo que podría ocurrir según la decisión tomada. Es precisamente esta capacidad de visualizar otras realidades lo que nos permite alcanzar nuestros logros individuales y progresar como sociedad.

      Durante siglos la humanidad ha alzado la vista al cielo y ha deseado poder volar. Hoy en día ya podemos hacerlo, pero no de la misma manera que los pájaros. Y ni todos los datos del mundo ni la mayor capacidad de procesamiento habrían podido tomar un montón de piezas de bicicleta y crear un avión, tal y como hicieron los hermanos Wright en 1903. Para conseguirlo tuvieron que utilizar un modelo mental: un marco. Asimismo, la humanidad también soñó durante años con poder ver el interior del cuerpo sin tener que cortar la piel. Y hoy en día ya podemos hacerlo, aunque no a simple vista, sino con la ayuda de las nuevas tecnologías, como por ejemplo las máquinas de rayos X. Para lograr este avance también hizo falta una nueva conceptualización, un marco para averiguar cómo utilizar la radiación electromagnética que en 1895 se conocía como rayos Röntgen.

      Utilizar marcos puede parecer complicado y difícil. Y la verdad es que requiere cierta habilidad. Sin embargo es algo que a los seres humanos se nos da sorprendentemente bien. Llevamos haciéndolo durante decenas de miles de años, aunque no siempre nos demos cuenta de ello.

      Todos somos enmarcadores. Somos capaces de hacer predicciones, tanto de algo mundano como de algo espectacular. En cierta manera estamos constantemente viajando por el tiempo con nuestra mente. A algunas personas se les da mejor que a otras, pero todos podemos mejorar. De hecho, todos debemos mejorar.

      soñar pero con límites

      Los marcos nos ayudan especialmente en dos situaciones de las que hablaremos más en profundidad en el capítulo ii. La primera es cuando nos encontramos ante una nueva situación o cambian las circunstancias, ya que nuestra capacidad de elegir un marco nos proporciona nuevas opciones. Y la segunda, pero no menos importante, es cuando nos encontramos en situaciones familiares, ya que los marcos nos permiten centrar la mente, reduciendo así nuestra carga cognitiva. Es una manera increíblemente eficiente de tomar la decisión adecuada. Pero para poder hacerlo bien hay que tener en cuenta tres elementos: el pensamiento causal, la capacidad de crear escenarios contrafactuales y la capacidad de limitar y moldear nuestra imaginación acorde con un objetivo en particular.

      En el capítulo iii examinaremos la causalidad. Los humanos vemos el mundo bajo un prisma de causa y efecto. Eso es lo que nos permite comprenderlo. Somos capaces de predecir anticipadamente las consecuencias que puede tener una acción dada y realizarla a nuestro favor. El razonamiento causal es la base de nuestra cognición. Los niños aprenden a pensar causalmente a medida que van creciendo, y el hecho de pensar en términos de causa y efecto ha permitido a las sociedades humanas evolucionar a lo largo del tiempo. Somos máquinas de hacer deducciones causales.

      Sin embargo, nuestras deducciones causales suelen ser erróneas, ya que nuestro mundo es muy complejo. Resulta difícil comprender todos los entresijos del mundo solo con el kilo y medio de proteína y grasa esponjosa que tenemos dentro del cráneo. Hoy en día podemos apoyarnos en el método científico para evitar sacar conclusiones causales precipitadas como, por ejemplo, que si realizamos un baile concreto conseguiremos que llueva. Pero nuestra tendencia a ver causalidad por todas partes tiene una consecuencia muy positiva: nos proporciona una herramienta para comprender el mundo y para tenerlo más o menos bajo control.

      El segundo elemento de nuestros modelos mentales es la capacidad de crear escenarios contrafactuales, que examinaremos más detenidamente en el capítulo iv. Consiste en imaginar realidades alternativas, en crear hipótesis del mundo con un par de cambios. Al igual que nos ocurre con el pensamiento causal, también estamos creando constantemente escenarios contrafactuales. Nos sale de manera natural. Los pensamientos contrafactuales nos permiten escapar de la cognición del aquí y ahora: no estamos atrapados en la realidad que tenemos delante, ya que podemos crear una distinta dentro de nuestra cabeza.

      El

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