La literatura medieval hispánica en la imprenta (1475-1600). AAVV
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9. Cf. respectivamente: Munich, Bayerische Staats Bibliothek, 2 V.ss.c.71; Praga, Národní knihovna, 21 F 59; Madrid, Biblioteca Nacional de España, R-520; Oxford, Balliol College Library, Spec. Coll. 0550 e 05.
10. La edición toledana de 1511 es citada en el Regestrum colombino con la entrada 2158: «Legenda seu flos sanctorum in lingua hispanica (...) Imp. en Toledo anno .1511. augusti .25.». La atribución a Juan Varela, en Víctor Infantes, «Pormenores de la filología...», ob. cit., pp. 302-303. Por lo que respecta a las ediciones sevillanas, cf. supra nuestra nota 8. La impresión zaragozana de 1551 fue descrita por Juan Manuel Sánchez, Bibliografía aragonesa del siglo XVI, Madrid, Imprenta Clásica Española, 1913-1914: II, 5-7, nota 315, quien reproducía su portada. El propio Infantes, «Pormenores de la filología...», ob. cit., p. 303, recuerda que la obra no figura hoy entre los fondos de la Real Academia de la Lengua, donde la ubicaba Sánchez.
11. El paratexto es una aprobación firmada por el Dr. Millán a 12 de octubre de 1567, incluida en la última edición conocida del texto (la sevillana de 1579): «Vi el Flos Santorum impreso en Alcalá de Henares por Andrés de Angulo, y corregido por el Doctor Majuelo, y con licencia del doctor Valboa, vicario general de la dicha Alcalá, el cual tiene CCLXXVIII hojas, y comienza deste manera: “Comienza el prólogo, &c.”. Y acaba: “a los que con devoción a él han reclamado”. Y juntamente la Vida de los Cartujos, y la de sant Cosme y Damian, y la concepción de Nuestra Señora. Lo cual se añedió al dicho Flos Sanctorum para que quedase con más integridad y perfección». Los nombres del impresor y el corrector (Andrés Angulo y el Dr. Majuelo, respectivamente) y la referencia a esos tres capítulos añadidos permiten distinguir esta impresión de la ofrecida por Sebastián Martínez de un texto corregido por el Dr. Carrasco, en el que, por lo demás, tan solo se hallaba presente el capítulo sobre san Cosme y san Damián. Esta última —con licencia de impresión dada a 10 de octubre de 1566— es así levemente anterior.
12. Harvey L. Sharrer, «The Life of St. Eustace...» ob. cit., Víctor Infantes, «Pormenores de la filología...», ob. cit., pp. 299-304, Fernando Baños Vallejo, «San Vítores en otro incunable...», ob. cit. Y vid. además Cristina Sobral, «Eremitas orientais...», ob. cit.
13. Miguel Ángel Pallarés Jiménez, La imprenta de los incunables de Zaragoza y el comercio internacional del libro a finales del siglo XV, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 2003, pp. 114-117.
14. Cf. infra nuestra nota 19.
15. Cf. infra nuestra nota 18.
16. Los ejemplares de los preliminares sueltos, en Boston, The Boston Public Library, Q.403.88, y Londres, British Library, IB 53235 (donde se hallan encuadernados, de modo facticio, con el volumen correspondiente a la citada edición de la Leyenda de los santos de Juan de Burgos). La constatación de que ambos preliminares corresponden a dos impresiones distintas es asunto reciente. Al respecto, Fernando Baños Vallejo, «La transformación del Flos Sanctorum castellano en la imprenta...», ob. cit., p. 83.
17. António-José de Almeida, «Vidas e ilustrações das santas penitentes...», art. cit., y Fernando Baños Vallejo, «La transformación del Flos Sanctorum castellano en la imprenta...», ob. cit.
18. Vagad había nacido en Zaragoza en el primer cuarto del siglo XV (según Latassa). Fue portaestandarte del arzobispo de Zaragoza D. Juan de Aragón. Profesó en el monasterio cisterciense de Santa Fe, de Zaragoza, y de allí pasó a San Juan de la Peña. Fue en 1495 cuando obtuvo el cargo de cronista oficial del reino, a instancias del arzobispo de Zaragoza, Alonso de Aragón. Al respecto, Mário Martins, «O original em castelhano...», art. cit., p. 589, y Carmelo Lisón Tolosana, «Vagad o la identidad aragonesa en el siglo XV (Antropología social e Historia)», en Culturas Populares. Diferencias, divergencias, conflictos. Actas del Coloquio celebrado en la Casa de Velázquez (30 de noviembre, 1-2 de diciembre de 1983), eds. Y-R. Fonquerne y A. Esteban, Madrid, Casa de Velázquez-Universidad Complutense, 1986, pp. 287-328, esp. pp. 96-100. El Monotessaron de Gerson constituía, en efecto, una narración concordada de los cuatro evangelios, desde la Encarnación hasta la Ascensión, aunque los capítulos sobre la Pasión también circulaban exentos en el siglo XV (al respecto, vid. de nuevo Mário Martins, «O original em castelhano...», art. cit., pp. 589-590). A propósito de la segunda de las cartas citadas, vid. Hugo Óscar Bizzarri y Carlos N. Sainz de la Maza, «La “Carta de Lentulo al senado de Roma”: fortuna de un retrato de Cristo en la Baja Edad Media castellana», Rilce, 10 (1994), pp. 43-58. La posibilidad de que la edición zaragozana de 1490 incorporara ya el apéndice de «extravagantes» viene sugerida por su propia extensión: cuarenta cuadernos conformaban la obra en esa impresión, según sabemos por el contrato entre Juan Hurus y Malférit, y treinta y ocho tiene, con ese apéndice y sin los preliminares, la Leyenda de los santos impresa por Juan de Burgos
19. La relación entre las Vidas de los santos religiosos de Egipto y la Leyenda de los santos fue desvelada por Cristina Sobral, «Eremitas orientáis...», ob. cit. Gonzalo García de Santa María, jurista, historiador y traductor, formaba parte del círculo de protegidos del arzobispo Alonso de Aragón, junto a Vagad y otros humanistas (como Lucio Marineo Sículo). Fue él quien convenció al impresor Hurus para que permaneciese con su taller en Zaragoza. En este sentido, son varias las obras debidas a su pluma que vieron la luz en los talleres del impresor. Al respecto, de nuevo Sobral, «Eremitas orientáis...», ob. cit. Y vid. también Carmelo Lisón Tolosana, «Vagad o la identidad...», ob. cit., p. 101, Robert B. Tate, «Gonzalo García de Santa María, bibliófilo, jurista, historiador», en Ensayos sobre la historiografía peninsular del siglo XV, Madrid, Gredos, 1970, pp. 212-227, y Ana Mateo Palacios ed., Las vidas de los sanctos religiosos de Egipto traducidas por micer Gonzalo García de Santa María, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 2015.
20. Al respecto de la sección, vid. Félix J. Cabasés, ed. cit., pp. XLIII-XLIV. Para la nota del Regestrum colombino, Víctor Infantes, «Pormenores de la filología...», ob. cit., pp. 301-302.
21. Véanse, de modo respectivo, Fernando Baños Vallejo, «San Vítores en otro incunable...», art. cit., pp. 401-402, y José Aragüés Aldaz, «La Leyenda de los santos...», art. cit.