Poesía digital. Oreto Doménech i Masià

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Poesía digital - Oreto Doménech i Masià BIBLIOTECA JAVIER COY D'ESTUDIS NORD-AMERICANS

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y un ritmo diferentes de acuerdo con el personaje que representan: las letras-vehículo se mueven con un repetitivo sonido de motor antiguo y cuando chocan entre ellas desaparecen; los grillos corren rápidos y temblorosos, como insectos, y no “cantan” hasta que se encuentran; los pájaros suenan sin parar mientras vuelan y se unen en bandadas y las letras caen según las leyes de la gravedad atendiendo a su peso y a su velocidad, aunque podemos hacer que se paren o circulen más deprisa moviendo nuestro dispositivo móvil. En cualquier caso, podemos luchar contra las letras del alfabeto y eliminarlas con bombas y flechas o capturarlas con nuestros dedos y llevarlas donde queramos. Además, podemos controlar la intensidad del sonido y las marcas que dejan las letras sobre nuestra pantalla, con fondo blanco. Podemos fotografiarlas si queremos y, por tanto, nos es posible dibujar con ellas, así como jugar con sus sonidos de manera constante. La mezcla de sonidos depende de nuestra elección de las letras y de la manipulación a la que las sometemos. La tipografía en abcdefghijklmnopqrstuvwxyz está viva, pero siempre la podemos controlar de alguna manera.

      konsonant, en cambio, es un poema visual con un gran peso de la música (Jörg Piringer lo califica de “juguete sonoro”), una mayor elaboración en los movimientos y, por tanto, una mayor limitación de nuestro campo de acción como lectores. Consta de cuatro posibilidades de manipulación de algunas letras: la primera consiste en trazar caminos por donde transitan la M, la N y la O que suenan según la intensidad y la forma de nuestro trazo y, si se encuentran, se desdibujan y suenan de manera diferente, más nasales; la segunda nos permite eliminar las letras que surgen de una nube creadora de letras con nuestras “armas” que son las H, X y Z; la tercera posibilidad nos permite construir máquinas y mecanismos con la C, F, H, J, L y M para gestionar la constante fabricación de letras por parte de la nube-creadora y la última posibilidad nos muestra un circuito en red en el cual podemos trazar diferentes itinerarios por las diversas R (R, r, R, r, R, r) marcando en los nodos que se entrecruzan las alteraciones que deseemos en el movimiento, como por ejemplo el sonido, la velocidad, la repetición, un efecto sorpresa, etc. A estas cuatro variantes hemos de añadirles la posibilidad de escuchar como banda sonora y, por tanto, “sampleados”48 los sonidos que nuestro juego va produciendo con las consonantes: las quince pistas musicales creadas por Piringer que, además, nos anima a compartir con él nuestras propias mezclas.

      Sin duda, estas dos obras de poesía digital táctil (poesía visual, tipográfica, sonora, juego sonoro) son sobre todo juegos: nos permiten manipular, destruir, recomenzar tantas veces como nos plazca, grabar imagen y sonido, trazar dibujos y garabatos, masacrar letras o construir máquinas que las manufacturen e incluso elaborar un circuito “e-letra-trónico”49 a nuestro gusto. Jugar es el sentido que tiene la obra. El significado es la mezcla del componente visual y sonoro, el ritmo del sonido y el ritmo del movimiento para la manipulación creativa del poema.

      En este caso, el medio electrónico posibilita la relectura infinita del poema pero cada relectura es una obra nueva y, por tanto, el lector participa plenamente de ella. Esta lectura-juego de la poesía de Piringer a través de los dispositivos móviles evoca los aspectos originales de la poesía sonora y visual: lo efímero, la aleatoriedad, lo antiacadémico alejado del intelectualismo y lo lúdico. El móvil y la tableta son, en este caso, el espacio potencial de la performance virtual, de una performance, eso sí, diferida en el tiempo, en el espacio, efímera pero recuperable en parte. Y aunque se pierde la posibilidad de compartir el tiempo y el espacio en directo, el espectáculo ha tenido lugar para el lector que, además, ha formado parte de éste. El caso de Piringer es un magnífico ejemplo para la reflexión sobre como se influyen literatura electrónica y soporte, y como esta ya “antigua” poesía digital esta evolucionando con rapidez. Admitir que el soporte en el cual la encontramos es algo que afecta a la obra literaria en aspectos esenciales puede significar aceptar que los lectores sufrimos un proceso de identificación de la obra con su soporte, del cual es difícil sustraerse. Por ejemplo, la última creación de Piringer es Tiny poems50, poemas concretos mínimos para dispositivos móviles en general, pero más concretamente pensados para la última invención de Apple, el reloj AppleWatch. Com vemos, el soporte digital, también orienta al artista de alguna manera y, sin duda, conforma la obra en algunos aspectos.

      Además de esta última literatura digital que nace en el seno de la proliferación de dispositivos móviles capaces de reproducirla, no podemos obviar que, aunque a veces parezca que la realidad es más potente que la enseñanza reglada, con frecuencia somos los enseñantes quienes hemos de preocuparnos por incorporar realidades nuevas a nuestra práctica docente. Y si hablamos de la literatura, el sistema educativo permite pocos episodios de lucidez en lo que se refiere a la investigación en el campo de las humanidades y, más todavía, en lo que se refiere a las humanidades digitales. Por eso, sería necesario valorar este campo de la investigación científica, el de las humanidades, como un espacio de conocimiento fundamental para sobrevivir en un mundo global en el cual el renovado poder de las palabras, como elemento de comunicación y de consumo, se ha aliado con los códigos sonoro, cinético y audiovisual en el espacio digital.

      Los docentes, pues, hacemos lectores y la alfabetización digital y las nuevas formas de la literatura tendrían que ser una parte importante del currículum de nuestros escolares, desde la educación infantil hasta la finalización de la formación obligatoria y también, muy especialmente, en todos los grados relacionados de alguna manera con el estudio de las humanidades hasta los estudios de posgrado y doctorales. En el Estado español, al frente del estudio de la confluencia entre literatura y digitalidad, el grupo de investigación de la Universitat de Barcelona Hermeneia: estudis literaris i tecnologies digitals51 reúne, desde el año 1999, a una comunidad de docentes, alumnos y creadores de carácter internacional y, por eso, se ejerce allí la investigación desde la primera línea y en conexión con las comunidades científicas europeas y americanas de este campo de estudio de la literatura. El Máster en Literatura en la era digital que Laura Borràs dirige en la Universitat de Barcelona, encabeza la maestría de lo que en Europa y en los EEUU se denomina Digital Humanities disciplina que, habitualmente, se incluye dentro de los Estudios Literarios ya que no hay ninguna otra oferta de estudios de Máster centrados en la observación y el análisis del fenómeno literario en la encrucijada tecnológica actualmente en el Estado español. Tanto en Hermeneia como en el Màster en Literatura en la era digital, el estudio de la influencia del entorno digital en el hecho literario toca tanto la reflexión teórica y la hermenéutica, como los ejercicios prácticos de traducción y creación, así como la aplicación didáctica de este fenómeno para la enseñanza de la literatura y el estudio conjunto de las textualidades electrónicas codo a codo con los creadores e investigadores de esta disciplina52.

      La Electronic Literature Organization53 (ELO) es una organización global fundada en 1999 por Scott Rettberg, Robert Coover y Jeff Ballowe para fomentar y promover la lectura, la escritura, la docencia y la comprensión de la literatura digital. La ELO incluye a escritores, artistas, lectores, investigadores y desarrolladores y ha publicado dos volúmenes que antologan obras de literatura digital y las clasifican. Consta de un comité de directores y de un consejo literario los cuales, por el momento, ya han editado dos antologías. Además, organiza congresos y seminarios especializados, y acoge a estudiantes e investigadores del campo de la literatura.

      La clasificación de las obras que hace la ELO atiende a múltiples características, desde el programa con el cual la obra se ha creado hasta el contenido, la forma, el papel del lector en lo relativo a la interactividad que exige la obra o, incluso, aspectos de historia social de la literatura. Esta clasificación basada en palabras clave es semántica y usa el mismo sistema de etiquetado que usamos con los contenidos que generamos en la red. Esta multiplicidad de etiquetas da cuenta del estado de la cuestión: la literatura digital es un campo de creación y estudio relativamente nuevo y el grueso de obras, aunque es ya sumamente considerable, varía en poco tiempo en forma y en soporte, ya que el entorno donde se desarrolla cambia de manera vertiginosa.

      El mundo de la literatura digital

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