Sube conmigo. Ignacio Larrañaga Orbegozo

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Sube conmigo - Ignacio Larrañaga Orbegozo страница 10

Sube conmigo - Ignacio Larrañaga Orbegozo Bolsillo

Скачать книгу

en Jesucristo, fuimos aceptados en el tiempo y unidos para la eternidad.

      «Sólo mediante Jesucristo es posible que uno sea hermano del otro.

      Yo soy hermano para el otro gracias a lo que Jesucristo hizo por mí y en mí. El otro se ha convertido en mi hermano gracias a lo que Jesucristo hizo por él y en él.

      El hecho de que sólo por Jesucristo seamos hermanos, es de una trascendencia inconmensurable. Porque significa que el hermano con quien me enfrento en la comunidad no es aquel otro ser grave, piadoso, que anhela hermandad. El hermano es aquel otro redimido por Cristo, absuelto de sus pecados, llamado a la fe y a la vida eterna.

      Nuestra comunión consiste exclusivamente en lo que Cristo ha obrado en ambos. Estoy y estaré en comunidad con el otro, únicamente por Jesucristo.

      Cuanto más auténtica y profunda se haga, tanto más retrocederá todo lo que mediaba entre nosotros, con tanta más claridad y pureza vivirá en nosotros, sola y exclusivamente, Jesucristo y su obra.

      Nos pertenecemos únicamente por medio de Jesucristo. Pero por medio de Cristo nos poseemos también realmente los unos a los otros, para toda la eternidad»[4].

      La comunidad llegará a la madurez y unidad en tanto cuanto aceptemos a Jesús como Hermano y lo acojamos como un componente, uno más, de nuestra fraternidad.

      Aceptar a Jesús significa que la comunidad lo reconoce vitalmente y admite su presencia invisible y real. Significa también que la comunidad no sólo lo integra como un miembro vivo sino que, sobre todo, lo considera el elemento principal de integración.

      Aceptar a Jesús significa que su presencia nos incomoda, cuestiona y desafía cuando en el seno de la comunidad hacen su aparición aquellas reacciones que perturban la paz. Aceptarlo significa también que el Hermano nos hace sentirnos realizados en nuestro proyecto de vida, que El desvanece nuestros temores interiores y nos «obliga» a salirnos de nosotros mismos para perdonar, aceptar y acoger.

      Aceptar a Jesús significa que respetamos y reverenciamos a cualquier hermano como al mismo Jesús, y que nos esforzamos para no hacer, en el trato general, ninguna diferencia entre el hermano y el Hermano.

      «Sin Cristo, hay discordia entre Dios y el hombre, y entre el hombre y el hombre. Cristo se convirtió en mediador e hizo la paz con Dios y entre los hombres.

      Sin Cristo no reconoceríamos al hermano ni podríamos llegar a él. El camino está bloqueado por el propio yo.

      Cristo ha franqueado el camino que conduce hacia Dios y hacia el hermano. Ahora los cristianos pueden convivir en paz, amarse y servirse unos a los otros; pueden llegar a ser un solo cuerpo.

      Únicamente en Jesucristo somos un solo cuerpo. Únicamente por medio de Él estamos unidos»[5].

      Sin Jesucristo, ¿qué será de un grupo de hombres o de mujeres, sin ningún fundamento que los una, sin consanguinidad, sin intereses comunes, muchas veces sin afinidad? Podemos imaginar un posible cuadro: el predominio de los intereses, personalismos e individualismos.

      Más aún. Me atrevo a decir que la institución fraterna, sin un Jesús vivo y verdadero, es un invento artificial y absurdo, fuente de represión, neurosis y conflictos, en una palabra –como ya hemos dicho– una escuela de mediocridad y egoísmo.

      Nuestro Bonhoeffer pasó año y medio preso, vigilado por la Gestapo, en la sección militar de Berlín.

      Desde allí escribió a sus parientes varias cartas, que hoy son páginas de sabiduría. Más tarde fue trasladado a otra prisión y sometido a una vigilancia más estricta. Un día, su familia se dio cuenta de que Dietrich había desaparecido. La Gestapo negó toda explicación. Nunca se supo más de él. Mucho más tarde se hizo luz sobre su final: acabó sus días, como un verdadero Testigo de Jesús, a manos de la Gestapo.

      «Cuando Dios se hizo misericordioso, revelándonos a Jesús como hermano; cuando nos ganó. el corazón mediante el amor, comenzó también la instrucción en el amor fraterno.

      Habiéndose Dios manifestado misericordioso, hemos aprendido al mismo tiempo a ser misericordiosos con nuestros hermanos.

      Habiendo recibido el perdón en lugar de juicio, estábamos preparados para perdonar al hermano.

      Lo que Dios obrara en nosotros lo debíamos, en consecuencia, a nuestro hermano.

      Cuanto más habíamos recibido, tanto más debíamos dar. De este modo, Dios mismo nos enseña a encontrarnos, los unos a los otros, tal como Dios nos encontrara en Cristo. “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Rom 15,7)»[6].

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4RsCRXhpZgAATU0AKgAAAAgADQEAAAMAAAABBYwAAAEBAAMAAAABCMgAAAECAAMAAAADAAAA qgEGAAMAAAABAAIAAAESAAMAAAABAAEAAAEVAAMAAAABAAMAAAEaAAUAAAABAAAAsAEbAAUAAAAB AAAAuAEoAAMAAAABAAIAAAExAAIAAAAfAAAAwAEyAAIAAAAUAAAA3wE7AAIAAAAKAAAA84dpAAQA AAABAAABAAAAATgACAAIAAgAFuNgAAAnEAAW42AAACcQQWRvYmUgUGhvdG9zaG9wIDIyLjUgKFdp bmRvd3MpADIwMjE6MTE6MTggMTM6MTM6MjcASm9zZSBMdWlzAAAAAAAEkAAABwAAAAQwMjMxoAEA AwAAAAEAAQAAoAIABAAAAAEAAAdnoAMABAAAAAEAAAu4AAAAAAAAAAYBAwADAAAAAQAGAAABGgAF AAAAAQAAAYYBGwAFAAAAAQAAAY4BKAADAAAAAQACAAACAQAEAAAAAQAAAZYCAgAEAAAAAQAAGWQA AAAAAAAASAAAAAEAAABIAAAAAf/Y/+0ADEFkb2JlX0NNAAH/7gAOQWRvYmUAZIAAAAAB/9sAhAAM CAgICQgMCQkMEQsKCxEVDwwMDxUYExMVExMYEQwMDAwMDBEMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwMDAwM DAwMDAwMAQ0LCw0ODRAODhAUDg4OFBQODg4OFBEMDAwMDBERDAwMDAwMEQwMDAwMDAwMDAwMDAwM DAwMDAwMDAwMDAwMDAz/wAARCACgAGUDASIAAhEBAxEB/90ABAAH/8QBPwAAAQUBAQEBAQEAAAAA AAAAAwABAgQFBgcICQoLAQABBQEBAQEBAQAAAAAAAAABAAIDBAUGBwgJCgsQAAEEAQMCBAIFBwYI BQMMMwEAAhEDBCESMQVBUWETInGBMgYUkaGxQiMkFVLBYjM0coLRQwclklPw4fFjczUWorKDJkST VGRFwqN0NhfSVeJl8rOEw9N14/NGJ5SkhbSVxNTk9KW1xdXl9VZmdoaWprbG1ub2N0dXZ3eHl6e3 x9fn9xEAAgIBAgQEAwQFBgcHBgU1AQACEQMhMRIEQVFhcSITBTKBkRShsUIjwVLR8DMkYuFygpJD UxVjczTxJQYWorKDByY1wtJEk1SjF2RFVTZ0ZeLys4TD03Xj80aUpIW0lcTU5PSltcXV5fVWZnaG lqa2xtbm9ic3R1dnd4eXp7fH/9oADAMBAAIRAxEAPwDnzuFgLiAWgBoZEv8A3G+3bv2z77Hf+CKz TZAbBAEdhpP8nd/IH0lXvuFx3Fga0NAMgdv3XfmKeHRc99dTA642PLm0UsNtsD6Wyqr3Oaor1Zej C6lz6brC4lrBHuaDJLtXN2fvP/m7P66suxqHkeqWg7WkuABmPpbI/kp7q8ikNovxbKsp3u9N7TU+ D9AFl3p+z6fv/wC20SsPru9J8usua1jNgJ3F0/oufptds2bURSNWpbh4rm+1u06O3NE6T7voJ39J 9RwdT9BwJAHu0H0i6fz9f5v6au+jc11os31Wt0dVG10fQ3uH84125vu3fzdiAyweo4g7xtEuLiC0 zt00H/TToTlE+kmP908KJQjIeoCXmLamP+1+lWepgZNmMXS4hjvY4j2/paH76Hf9cYtzB/xg52IR X1jCbcxsTfQBXYB+86l+6p7v+uY6yXsJeHPcd7uTMxH0jHu+m781SHqOeHuEakkaHSC3v7d+1yr8 1y3L81/ujDDIT+nXBm/8Nxe3k/xlQjwfITHwv0/4snrsHrnR+q0uPS72HKw3tsxarR6b4tndgkPD d2/a+v8AQuf7PQS6n9

Скачать книгу