Enseñanza del Español como Lengua Extranjera - ELE -,. Alberto Ramírez Avendaño

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Enseñanza del Español como Lengua Extranjera - ELE -, - Alberto Ramírez Avendaño Investigación

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comenzaron a participar del júbilo del momento, y salieron a la calle para celebrar y repetir el chiste. Así se cree que nació la idea del Carnaval de Negros y Blancos.

      La consolidación del Carnaval tuvo varias etapas formativas. La inicial sucedió entre 1926 y 1936, donde se manifiesta la denominada Ley de la Retención, que se refiere a la inclusión definitiva del recientemente surgido Juego de Negros y Blancos, que se originara en la chanza del señor Zarama. También en diciembre de 1926, el festival estudiantil entró a formar parte de la estructura actual de esta festividad. En el año de 1927, con la elección de la Reina del Carnaval, Rosa Elvira I, se afianzó su estructura carnavalesca que conserva hasta el presente, con algunos agregados o modificaciones, según lo consideren sus organizadores. En 1928, se integra al carnaval uno de sus eventos más simbólicos, el desfile de la Familia Castañeda, cuya importancia sigue siendo de la mayor relevancia. En tanto, en 1929, se incluye la comparsa de la Familia Machuca, de origen antioqueño, que también pasa a ser fundamental en la programación del carnaval. Igualmente, se incorporaron los desfiles de carrozas por las calles principales de la insigne ciudad de San Juan de Pasto, creadora y propulsora de este carnaval.

      Entre los años de 1930 a 1932, se incorporaron varios eventos importantes que enriquecieron la festividad, a saber, el juego de los Años viejos, el Reinado de los Feos, cuyo primer personaje fue José María Eraso Hidalgo. En 1932, se instauró a Pendes carnaval como su personaje representativo.

      La secuencia temporal de eventos y personajes continúa en 1940, con la aparición de disfraces individuales y colectivos y de comparsas populares, acompañadas generalmente de murgas tradicionales, encargadas de alegrar las funciones con su música. En el período de 1938 a 1943, se consolidan como parte fundamental del carnaval los artesanos, encargados del diseño y elaboración de las carrosas, así como de las grandes máscaras. Su aparición se da particularmente en el Barrio Obrero, donde comenzaron a desarrollarse los carnavales.

      Por los años de 1948 y 1949, varios grupos de copleros provenientes de las veredas y municipios cercanos a Pasto, se integraron a la parte oral del carnaval. Años después, las carrozas tuvieron movimiento, debido a que se le instalaron sistemas mecánicos creativos. Las enseñanzas del maestro Alfonso Zambrano Payán, y del mecánico Rogerio Argote fueron relevantes para los artesanos.

      A partir del Carnaval de 1976, se estableció El carnavalito; y en 1977, el 2 de enero, se comenzó a celebrar el Día de la Tradición Campesina, así como la instauración de los trofeos El Chivo de Oro, Capusigra y Chambú, para premiar a los artesanos. En la misma fecha, la Alcaldía Mayor de la ciudad, tiene a su cargo el rito de Entrega de varas a los cabildos visitantes. Igualmente, tiene lugar la presentación de danzas y arreglos florales, lo mismo se lleva a cabo el Reinado de las Ñapangas. Tradicionalmente, el día 7 de diciembre, con las vísperas de la Inmaculada Concepción, se da inicio a los eventos previos a la realización de esta gran festividad.

      El ambiente del carnaval se crece con costumbres como bromas, apuestas, juego de palabras, adivinanzas y otras manifestaciones apropiadas para avivar el ambiente de esta tradición. Las verbenas y el concurso de pesebres forman parte importante de la programación.

      El 24 de diciembre se lleva a cabo la ceremonia de Pase del Niño, celebración religiosa que busca la unión social y cultural entre toda la comunidad. Inicia en la Parroquia de Santiago, lugar de donde parten las carrozas alusivas a diferentes pasajes bíblicos que pueden ir desde la Anunciación del Arcángel San Gabriel a María Santísima, hasta la adoración de los Reyes Magos y de los pastores al niño Jesús. El 28 de diciembre, tiene lugar el Carnaval del Agua, que es un divertimento para el Día de los Santos Inocentes, y demuestra el ingenio para lograr el máximo humor entre los participantes. Para el 31 de diciembre se elaboran muñecos del tamaño de una persona, que se elaboran con ropa vieja que se rellena con elementos como papeles, cartón y pólvora denominados Años Viejos. Estos están destinados para el primero de enero junto con la lectura del testamento.

      Siguiendo un orden temporal, los días 2, 3 y 4 de enero, tienen lugar eventos como el Día de la tradición campesina, El Carnavalito y la simbolización de La Familia Castañeda.

      El día de la tradición campesina, se entregan las varas de mando a los gobernadores de cada uno de los dieciséis cabildos que rodeaban la ciudad de San Juan de Pasto desde la fundación. Este evento está a cargo del Alcalde Mayor respectivo. En esta fecha, también, tiene lugar el Festival de Música Andina. El 3 de enero se efectúa “El carnavalito”. En el año de 1966, un grupo de niños dirigidos por Mario Rodríguez, Javier Granja y Omar Delgado, elaboró una réplica de las carrozas del 6 de enero, las cuales posteriormente tomaron formas gigantescas y se constituyeron en el motivo central del Carnaval de Negros y Blancos.

      El 4 de enero, se celebra la llegada de La Familia Castañeda. Pero, ¿cuál es el origen de esta familia? Corría el año de 1928, cuando una familia de campesinos conformada por los padres, tres hijas y dos hijos, arribó a Pasto en peregrinación a la Virgen de las Lajas, patrona de la ciudad. Posteriormente, se desplazaron hacia la calle donde se realizaba el desfile del carnaval. El periodista Alfredo Torres Arellano, al observar su presencia ordenó a dos jinetes que abrieran paso a esta familia, quienes continuaron en la marcha en medio de la alegría y satisfacción de los pastusos por contar con la presencia de aquellos visitantes, procedentes del oriente, más exactamente del pueblo de El Encano. A estos visitantes se les denominó la Familia Castañeda y forman parte de la esencia familiar del Carnaval, no solo dentro del pueblo pastuso, sino para con los vecinos y demás visitantes.

      El 5 de enero, es un acto lúdico, un jugar a la libertad. Al respecto, según versión del historiador Neftali Benavides Rivera (1969), se refiere a las difíciles condiciones que vivía la población negra por esa época del carnaval y desde muchos años antes. Ellos solicitaron al Rey de España tan solo “un día libre” de los 365 del año para “sentirse libres”, para descansar de las fuertes y duras labores que realizaban durante todo el año. Estas razones conmovieron al Rey, quien señaló que “se dará día vaco… y será el 5 de enero, víspera de la fiesta de las Santas Majestades y venerando estima a la santa Majestad del Rey Negro” (p. 43), según la expedición de la respectiva Cédula Real. El día en el que se conoció la noticia, los negros, con alegría y enloquecidos, se lanzaron a las calles. Varios sacaron sus vestimentas de colores y se pusieron a pintar con pedazos de carbón a las personas, especialmente a los blancos, porque los sentimientos de libertad e igualdad, aunque fuera por ese único día, afloraban a su estado de ánimo.

      El 6 de enero, en algunas localidades como las cercanas al Volcán Galeras, las vegas de los ríos Cabrera y el Pasto, los barrios de Anganoy y El panorámico, entre otros, a tempranas horas del día, se comienzan a preparar para participar de los espectaculares desfiles de carrozas, lo mismo que para el derroche de talcos, serpentinos y cosméticos de colores. Allí, además, se aprecia la confluencia de manifestaciones de ascendencia indígena de las culturas Quillacinga, Pasto, Sindagua, Abades, Awakuaiquere, Emberá y, por supuesto, la cultura mestiza.

      En este desfile sobresalen también los artesanos que utilizan para la elaboración de sus majestuosas carrozas materiales como el barniz, la mopamopa (barniz de Pasto), la pintura, el tallado de madera, el alambre, el cartón y el cuero. Los motivos de las carrozas son de tipo religioso, social, político, mitológico (mitos y leyendas) y moral, con situaciones indígenas, campesinas y citadinas, así como de sus relaciones con el mundo y los semejantes. Son de especial recordación trabajos como los titulados: El Carro de la Otra Vida, Las Brujas de Sapuyes, El Bosque Embrujado, El Mandingas, Los Duendes de Samaniego, La Ñapanga, El Agualongo, Los Mitos del Agua, El Riviel de la Costa Pacífica y La Mujer Mula. En

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