Los Colores De Un Mundo Optimista. Logan J. Davisson
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Más serenidad a través del minimalismo
A través del minimalismo experimentamos más serenidad en la vida cotidiana. ¿Cómo es posible? Para ello, primero debemos observar cómo se desarrolla la serenidad. La serenidad surge cuando nos sentimos seguros y nos preocupamos poco. Nuestra compostura disminuye, por ejemplo, cuando aceptamos los deseos y expectativas de otras personas que no somos nosotros mismos. Sólo porque Hinz y Kunz necesiten los últimos smartphones y zapatillas de Nike no significa que nosotros también tengamos estos deseos o que tengamos que referirnos a estos deseos externos. O seguimos una tendencia tras otra porque aceptamos las ideas de otras personas o porque tememos el rechazo de aquellos para quienes esta tendencia es realmente importante. En ambos casos se trata de las ideas y deseos de otras personas y no de los nuestros. Tan pronto como intentamos "agradar a los demás" o inclinarnos por el reconocimiento de los demás, ya no estamos tranquilos. En cambio, nos inclinamos ante la presión social. No podemos influir en las opiniones de los demás y por eso estamos constantemente en guardia, bajo presión constante y bajo estrés para satisfacer las expectativas externas. ¿Qué pasa cuando nos rendimos al estilo de vida minimalista y encontramos más de nosotros mismos? A menudo nos damos cuenta de que no seguimos las tendencias por pasión, sino para impresionar a otras personas y así asegurarnos un lugar en una estructura social inestable. Tan pronto como se trata de cómo imaginamos nuestras cuatro paredes, cómo nos gustaría vivir y cómo nos gustaría usar nuestra vida, nos movemos por un camino seguro: Estamos en camino. Aquí no estamos expuestos a la arbitrariedad de otras personas, sino que trabajamos por el logro de nuestros propios objetivos, deseos e ideas. En este momento, ya no hacemos que nuestra felicidad en la vida dependa de la opinión de otras personas, sino únicamente de nuestra opinión. Y precisamente en este punto surge la serenidad. La presión para cumplir con las expectativas de la forma más perfecta posible desaparece. Nos estamos moviendo cada vez más hacia el estado de nuestras vidas que realmente queremos y este es un espacio donde establecemos los estándares para la perfección. De repente, parece menos importante saber cuándo se lanzará el nuevo Smart TV y cómo financiarlo. Más bien, ahora te preguntas: "Oye, me gustaría pasar otra linda noche con todos mis amigos, ¿cómo lo hago?". En el momento en que ya no culpamos a las posesiones materiales de nuestra felicidad en la vida, sino que las vemos como lo que son -lo material como un medio para un fin- podemos centrarnos en todo lo que nos hace bien y nos deja ser. El minimalismo de repente nos da mucho más tiempo para ocuparnos de él. Después de todo, no tenemos que pasar mucho tiempo en los grandes almacenes para encontrar las mallas perfectas, ¡podemos elegir actividades más valiosas!
Más satisfacción a través del minimalismo
Quizás el capítulo "Más serenidad a través del minimalismo" ya te ha mostrado por qué el minimalismo nos hace estar mucho más satisfechos. Sólo estamos satisfechos cuando satisfacemos nuestras necesidades más íntimas. Nos gusta satisfacer estas necesidades superficialmente con extensos recorridos de compras que nos dan felicidad a corto plazo o con símbolos de estatus material que representan nuestro lugar en la sociedad. La verdadera satisfacción, sin embargo, se ve muy diferente. ¿Cuándo fue la última vez que pasaste una noche al aire libre bajo las estrellas? ¿Qué tan satisfecho estás cuando puedes disfrutar de una mesa de desayuno bien puesta? ¿Qué tan satisfecho estás cuando finalmente alcanzas tus metas personales y aprendes a tocar el piano de nuevo? Este sentimiento de satisfacción no se puede comparar con la sensación de correr el nuevo bolso Prada o copiar el cuestionable estilo de los "Modelos Instagram". El minimalismo nos ahorra tiempo, nos ahorra nervios, nos ahorra mucho estrés innecesario. El minimalismo consiste en descubrir lo que realmente necesitamos en nuestras vidas y cómo podemos aprovechar al máximo nuestra vida. Así que debemos empezar a establecer nuestras propias normas y no aplicar las normas de otras personas a nuestras vidas. Si nos concentramos exclusivamente en los estándares de otras personas, nos robamos la oportunidad de conocernos a nosotros mismos y de seguir desarrollándonos. Nuestro desarrollo personal, sin embargo, es un gran activo: la satisfacción. En muy pocos casos, la paralización aporta una verdadera satisfacción. El desarrollo, sin embargo, es - porque se trata de la realización de nuestros objetivos individuales! En el camino hacia un estilo de vida minimalista aprendemos mucho sobre nosotros mismos y también averiguamos en qué dirección queremos desarrollarnos. Este paso significa que somos más conscientes de nosotros mismos. La atención es un medio importante para sentir satisfacción en la vida. La satisfacción está estrechamente ligada a la gratitud. La gratitud y la satisfacción siempre proporcionan sentimientos positivos en nuestras vidas. Pero no es sólo experimentando y logrando nuestros objetivos individuales como nos sentimos más satisfechos, sino también reduciendo nuestras expectativas. Por ejemplo, las expectativas de nuestras posesiones materiales, que no contribuyen significativamente a nuestra felicidad en la vida. Tal vez has pasado las noches frente al televisor y te has preguntado si esto debería continuar por el resto de tu vida. Después de todo, usted ha notado que estas rutinas monótonas, el riego por un programa de televisión aburrido y la publicidad constante no contribuyen a la satisfacción, sino que más bien se alejan de ella. A menudo tratamos de llenar el vacío interior con posesiones materiales porque es una forma fácil y rápida de estimular nuestro sistema de recompensas a corto plazo en el cerebro. Sin embargo, a largo plazo, estas medidas nos impedirán alcanzar nuestra verdadera felicidad en la vida. En el camino hacia el minimalismo te preguntarás más de una vez qué quieres, cuál es tu meta, cuál es tu visión y hacia dónde quieres ir. Este es el comienzo óptimo de una vida con más satisfacción, después de todo te prestas