.

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу - страница 9

Автор:
Жанр:
Серия:
Издательство:
 -

Скачать книгу

el mesmo dia; luego el dia siguiente que fue Martes, que se contaron 23 del dicho mes, vió el Piloto una Isla baxa, y por ver que era como las demas, y ser ya de noche pasamos de largo: está en el altura de la otra: mandó gobernar al U-este, y á la quarta del Norueste hasta meternos en altura de nueve grados, y por los nueve grados fuimos corriendo hasta 29 del dicho mes que fue Lunes á medio dia. Yendo el Piloto y yo asentados en la popa, descubrió tierra y me la mostró, y dixo, que era Mindanao, porque iba en su altura, y se hacia con élla, y por ser tierra diferente de la que hasta allí haviamos visto, y ser alta mucho, es Isla principal de las Islas Filipinas: llegados que fuimos á ella era ya tarde, y abonanzó la brisa tan de golpe, y la mar andaba hecha de la brisa que andava fuera, que dentro de una hora nos echó tan en tierra que nos fue forzado botar el Batel, aunque con arto trabajo por que dava grandes valanzes el Navio que quando el Batel fue al agua iva hecho pedazos: dimosle un cabo para ver si podiamos salir de la costa, por que estabamos ya metidos en ella, y acabado de hacer esto se puso el Sol y abonanzó algun tanto la mar, aunque no tanto como quisieramos, segun el travajo en que nos veiamos, y asi con remos desde el Navio y el Batel por la proa no aprovechava, y con todo esto nos echava la mar tan en tierra, que quando bino dos horas de la noche se podia echar una piedra dende el Navio á tierra; y visto que no aprovechava nada, se abaxó el Piloto de la Gabia con proposito que hiciesemos al Maestre del Navio que era oficial de carpintero, que aparejase unas tablas para con ellas saltar al Batel y tener presto algun bastimento, para con ello en el Batel procurar de salvar las vidas, y estando con este travajo saltó el viento á la tierra embiado por nuestra Señora de Consolacion y de Guadalupe, y ansi vino el viento con el mas suave olor, por que quedamos todos con él como si no huvieramos pasado travajo ninguno, y ansi luego cazamos á popa la vuelta de la mar: hasta el dia fuí prolongando la costa que era de Norte Sur: corren las aguas de Nordeste Sudueste, que no da lugar á hacer camino sino es tomando primero mas altura de la Isla, que era el remate de la tierra donde fenece la costa de Norte Sur: demostrava la carta estar el Puerto principal de aquella Isla de Mindanao, que está en principio de la costa de Nordeste Sudueste, el qual Puerto hallamos y entramos dentro, y dimos fondo á un ancla que fue á 30 del dicho mes: tiramos tres bersos en señal de paz, por que asi lo havia oido á algunos de los que havian entrado en estas Islas de las Armadas pasadas, y decian que ansi se usaba en estas Islas. Luego como surgimos entró en el Batel Pedro de Rivero, Gentil hombre del Governador, el qual me havia dado por me hacer merced para que fuese en mi compañia, para que si Dios dispusiese de mi, quedase en mi lugar, y entraron con él seis ó siete soldados y Marineros, y fueron á ver una quebrada que estaba enfrente del Navio, por que vimos venir agua por ella abajo hasta la mar, y fueron á tierra con el Batel y vieron el agua ser dulze y buena, de que dimos muchas gracias á Dios por las muchas mercedes que siempre nos hacia por havernos aportado en la tierra que tanto deseamos, que luego en el semblante della vimos ser buena y la gente tambien, por ver no venir canaluchos abordo como en las Islas de atrás, que aun no eramos llegados, quando ya estabamos cercados dellos; y ansi comenzamos este dia á enchir pipas de agua, por si nos sucediese alguna cosa tuviesemos alguna agua para podernos sustentár hasta dar con el Armada, que era la cosa que mas el Piloto é yo deseabamos, por desviarnos de tanto travajo como de nosotros pendia, y ansi enchimos este dia siete ó ocho pipas de agua, y ansi estuvimos aquel dia y aquella noche con gran vela, y venida la mañana que fue á postrero del dicho mes de Enero, vinieron tres Indios á un zerro alto frontero del Navio y comenzaron á dar vozes, y nosotros haciamos lo mismo, aunque no los veiamos bien, por estar dentro del monte, y visto que no querian llegarse á la playa, entró el Piloto en el Batel con tres ó quatro hombres, y ellos se baxaron á la marina des que los vieron cerca de tierra, y dixeronles por señas, que saltasen en tierra, él les dixo, que viniesen al Batel, uno dellos se arremango para entrar en él, y los otros no se lo consintieron: entonces les hechó un bonete colorado en tierra, y tomaronlo, y alzaron las manos hacia el cielo como señal de paz: venian vestid os de algodon con sus dagas en la cinta y tablachinas, y lanzas, y en esto vimos que estabamos en las Filipinas, y en el buen tratamiento dellos: dixeronle por señas que esperase alli, que luego bolverian, y ansi se despidieron del, y se fueron corriendo, y el Piloto se volvió al Navio luego á la tarde. Pareciendo en la playa como treinta ó quarenta Indios con sus lanzas y tablachinas, delante de los quales venia uno que era el Principal á quien todos respetavan, hicieronnos señas que fuesemos en tierra, y ansi fuimos el Piloto é yo con algunos del Navio, y llegamos á la orilla del agua, y el Principal dixo, que saltasemos en tierra, y al tiempo que saltabamos este Principal se metió en el agua, y tomó en la mano una poca della, y comenzó á persignarse como uno de nosotros, y dixo por señas, que lo hiciesemos ansi, por que ansi se deve de hacer la paz ó salua entre ellos, y luego yo hize lo que el hacia, y él como vió esto olgóse mucho: saltamos en tierra y abrazamosle, y él á nosotros con mucho amor, y para mas confirmar la paz sacó este Principal su daga, que en la cinta traía, e hizonos señas que se queria cortár en la barriga, ó en el brazo para sacarse sangre para confirmar mas la amistad con nosotros, por que asi es costumbre entre estos Isleños: yo le quité la daga por que no se cortase, y le dixe por señas, que sin eso teniamos mucha amistad, y ansi quedó contento, y se asentó y dixo, que nos asentasemos, y ansi lo hicimos, y éllos sacaron de unas cañas muy grandes y gordas llenas de vino, y comenzaron á darnos de beber, y antes que nosotros lo bebiesemos, bebio el una vez delante de todos nosotros, por darnos á entender que era cosa buena y sin ponzoña, é ansi bebimos cada sendas veces: era el vino dulze, requemaba un poco como gengibre, tenia la color como agua de canela, la qual creo yo que le echan por el color que tiene, de lo qual se holgaron todos éllos en ver que bebiamos su vino sin asco, y dieronnos cantidad de cañas dulzes, y ñames cosidos, y nosotros les dimos de lo que teniamos, y al Principal se le dió con otras cosas un pedazo de hierro que lo tuvo en mucho, al qual éllos llaman en su lengua puntas: preguntamosle por señas, si havia en la tierra bacas ó cabras, dixeron que si, y señalavan con las manos grandes cuernos, y que por la mañana traerian algunas cosas de comida; y ansi por ser tarde nos despedimos dellos y venimos para el Navio, y éllos se fueron para su pueblo muy contentos por dexar hecha la paz con nosotros, y nosotros mucho mas con las mercedes que Nuestra Señora nos havia fecho en haber topado gente de tanta razon, é haber hallado aparejo para hacer agua y leña, y Puerto para poder esperar el Armada. Y luego otro dia por la mañana bino este Principal, que fue 1.º de Hebrero, con obra de doscientos Indios cargados de puercos y gallinas de castilla, y unos perrillos como raposos, y arroz, y millo, y ñames, y miel, y cera muy fina, y encienso, y muchas cañas de vino adobadas con gengibre y canela, de lo que traxeron cantidad, y muchas cañas dulzes tan gordas como el brazo, y de dos brazas, cosa para mirar bellas tan largas y tan gruesas; y tambien truxeron naranjas y limones, y verengenas, y plantanos de tres maneras, las mejores que yo he visto, y á dicho de todos los que ivamos alli ninguno las havia visto tan buenas9, por que son como camuezas, y de las muy buenas de España, y hay muchas porcelanas muy buenas y muy finas, con muchas pinturas de diferentes maneras, el qual barro de estas porcelanas es tan fuerte, que tomando un pedazo dello corta qualquier clavo como una lima, la qual esperiencia la hize con un pedazo: de ella hay superabundancia en la tierra, por que los naturales se sirven con éllas. Despues que llegamos á este Principal, que ellos en su lengua le llamaban Buian, dixonos, que nos asentasemos por ver las cosas que traian, y ansi comenzamos á rescatar algunas cosas de comida, por que teniamos mucha necesidad, la qual fué grande alivio para toda la gente; las quales cosas no querian rescatar si no era por hierro, que es la cosa que éllos en mas tienen, y ansi estuvieron este dia rescatando con nosotros, y aunque era tan poco lo que podiamos rescatar segun la miseria que teniamos, que todo era nada. Nos preguntavan ¿que de acia donde veniamos? respondimosles por señas, que de acia Lebante, que eramos vasallos de S. M., y ellos alzaban las manos al cielo, y se holgavan mucho de estar alli con nosotros, aunque se recelavan, por que decian haberles hecho mal otra gente del parecer de nosotros; y ansi les abrazabamos y deciamos por señas, que nosotros no les hariamos mal ninguno, ni daño, sino que antes les dariamos de lo que teniamos; y siempre que este Principal venia le daba de lo que tenia por contentalle, como era hierro, y cosas de vestidos, con lo qual iva contento, y á los demas Principales juntamente con él: ansi se apartaron de nosotros este dia, y se fueron á su pueblo, al qual en su lengua llaman Atocco, diciendonos que otro dia vernian y traerian muchas cosas de comida; y ansi otro dia vinieron el Viban y un hermano suyo con otros dos Principales, los quales respetavan á este con ser mozo de hasta veinte años, y consigo traian

Скачать книгу


<p>9</p>

Asi en el original; parece, sin embargo de la discordancia, referirse los adjetivos á la palabra plátanos.