Colección de Documentos Inéditos Relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las Antiguas Posesiones Españolas. Various
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De aqui seguimos nuestra derrota Lunes que se contaron 8 de Henero, y el mismo dia vimos una Isla pequeña la qual estaba poblada de Indios en cantidad: llegamos por surgir en ella, y como nos vieron cerca de tierra vinieronse todos á la playa hombres y mugeres, y llegamos tan cerca para dar fondo, que les echamos un cabo, y éllos se echaron á nado y lo asieron, y que nosotros no hallabamos fondo, por que á pique de la Isla no lo havia, y ansi alaron de cabo para llegarnos á tierra, por que ansi se lo mandamos por señas, y éllos pareciendoles que no era bien alarnos en tierra, tornaron á alargarnos el cabo, y ansi nos estuvimos sin vela pensando lo que hariamos, y entre tanto vinieron abordo muchos Indios que venian á nado y entraron dentro, y truxeron muchos cocos en un canalucho: dimosles algunas cosas: espantabanse de nuestro Navio, y de nosotros, y de nuestras armas: es gente de buena disposicion, altos de cuerpo, barbudos, que les llega la barba á la cinta: crian el cabello largo como mugeres, y muy peynados é atados arriba con un ñudo: es gente codiciosa, y grandes traydores, y gente del diablo, por que no puede ser menos segun la parte que éllos viven, que es una Isla apartada de tierra firme mas de mil leguas; y la Isla en que viven terná como dos tiros de vallesta, y vaxa con la mar; y sin fondo ninguno, toda llena de palmas, y de cocos, y debaxo de sus casas y á las puertas los canaluchos varados, que no parece sino gente alzada, segun la manera que están, es gente que se puede fiar muy poco della: no hay fortaleza mas fuerte en el mundo que la Isleta, por no haber donde se pueda surgir por ninguna via, y aun dudo poder llegar una galera: quien la viere de fuera parecerle há, que es una cosa que anda por encima del agua, por ser tan chica y tan baxa que no parecen más de las palmas, y creo que si estuviera en mucha altura, que con tormenta pasára la mar por encima de ella: son caribes, y entiendo comen carne humana: es gente de guerra, segun lo que nos paresció, porque siempre están apercibidos, y deben de tener guerra contra otras islas: embijanse todos: tienen por armas unas baras con puntas de hueso de pescado, y macanas: son grandes hombres de tirar con una honda una piedra, y con la mano muy cierto: son muy grandes nadadores y Marineros: pusosele por nombre Isla de Nadadores, por que se vinieron á nado á bordo, y estabamos mas de una legua apartados de la Isla: son tan codiciosos, que no los podiamos echar de bordo con codicia que les diesemos de lo que veian dentro: es la mejor gente para un remo en Galera que puede ser, segun los cuerpos grandes que tienen y bien hechos: está esta Isleta en ocho grados y medio.
De aquí partimos este dia siguiente por nuestra derrota, que era al U-este, para ir en demanda de las Islas Filipinas, y pareciendole al Piloto haber pasado por las Islas que por la instruccion nos mandaron que aguardasemos, y si era alguna de aquestas no era cosa parar en ninguna dellas, por causa de no haber surgidero, y ser ruin gente, é ir mal apercividos y tanto que ni aun escaüpil, ni una rodela, ni aun municion para los arcabuzes de los soldados no me dieron, que todo lo guardaron para darmelo en la mar; demas de esto, poca gente que por todos eramos veinte personas con hombres y muchachos, y de esos algunos enfermos, y otros que de un Indio pequeño se les hacia un gigante, y de una mata una floresta, y de una casa, mill, y no me espanto, por que, lo uno la poca esperiencia que tenian en estos negocios, y lo otro por la gran determinacion que estos Indios tienen, por que ni tienen miedo ni vergüenza. Viniendo corriendo por este rumbo ocho dias, sin ver Islas ningunas hasta Lunes en la noche que se contaron 15 del dicho mes, vimos como á hora y media de la noche, reventar un arracife por la proa, y tan cerca de nos que si no acudieramos tan de presto baramos en el, y con ir la gente toda despierta y con muy gran vela no le vimos hasta estar sobre el, y no havia media hora que havia estado el Piloto en la Gavia, por que le parecia ir cerca de alguna Isla por las muchas abes que andavan. El que por aqui viniere ha menester muy gran aviso. Amuramos por la vanda de vabor, por que vimos que reventaba menos la mar, y el Piloto iva siempre en la Gavia mandando lo que se havia de hacer, y la gente aca baxo con valdes inchendo las pipas de agua salada para que lastrase el Navio por quo no podia con la Vela, y aquella noche nos vimos sozobrados por doblar las baxas, y ansi las doblamos con toda la vela encima, y con todo el tiempo que havia, y ansi nos libró nuestra Señora de la Consolacion y de Guadalupe, las quales traiamos siempre por nuestras abogadas; y en amaneciendo fuimos de la otra vuelta por ver si podiamos ver el arracife, ó Isla, y no lo pudimos: está este arracife arrumbado de Norte Sur, y en lo que vimos tiene mas de tres leguas: está en ocho grados: pusole el Piloto por nombre: Mira como Vas: porque ansi les conviene á los que por alli pasaren. Antes de llegar á este arracife vimos ir un canalucho al remo que iva la vuelta del U-este, y parecionos que iva en demanda de las Islas de los Nadadores; vimosle ya á puesta del sol y que quedava por popa.
Pasados que fuimos de este arracife corrimos por nuestra derrota, y Miercoles por la mañana descubrimos una Isla alta, y diferente de las que hasta aqui haviamos visto, por que las demas son baxas por la mar. Quando vimos esta Isla fue por la vanda de babor, y amuramos para ir en demanda della pensando que era Mindanao, por que ybamos en su altura, y el Piloto se hacia con ella: yendo cerca se hicieron muchas Islas que serán como catorce ó quince: Islas las altas y todas cercadas de arracifes, por encima del qual no puede ir un Batel: hay encima dél unos cayos baxos con la mar, ansi como va el arracife cercando las Islas altas, ansi van los cayos: están todas dentro de este arracife las Islas altas á una legua, y á dos leguas unas de otras: terná cada una dos leguas de tierra, y á tres, y muy buenos Puertos, y ensenadas para el que pensare entrar dentro nunca salir dellas, lo uno por el arracife, y lo otro por la gran cantidad de gente que en éllas hay: viniendo por longo el arracife de fuera, que es el que cerca todas estas Islas vimos una canal por medio del arracife, y entramos dentro con arto travajo por la mucha corriente que havía y muchos baxos, por una banda y por otra, y ansi entramos dentro, y hallamos mucha bonanza: hay de este arracife á las Islas altas como quatro leguas: yendo deste arracife vino á nosotros un canalucho grande con una vela latina, que dentro de media ora que le vimos nos alcanzó con ir con todas velas nosotros: llegados que fueron tomaron su vela, y nosotros atravesamos nuestro Navio, y dimosles un cabo, y asieronse de él, y entraron quatro dentro por el cabo, y quedaron otros siete ó ocho dentro en su canalucho, dieronnos pescado de lo que traian, y de una comida como masa que ellos traian que hedia mucho, y que no havia hombre que pudiese llegar á ello: deciannos por señas, que fuésemos á su Isla, la qual ellos llamaban Huruasa, y ansi nos fuimos llegando á la Isla, y ellos cada uno por si dandonos priesa, por que nos llevaban como cosa suya, y por que no viniesen los de otras Islas á quitarles el lance, y ansi nos decian por señas, que no llegasemos á las demas Islas, por que era gente ruin, y que nos fuesemos á su Isla donde ellos eran vecinos; y luego subió el Piloto á la Gavia por ver el Puerto que ellos señalavan, porque estabamos ya muy cerca, y llamó á uno de los Indios para que dixese donde estaba el Puerto, y el subió tan presto como un Marinero, y señaló donde estaba la boca de la barra, y el Puerto, y pueblo, y caserias; y mientras estaban mirando el Puerto por donde haviamos de entrar, comenzaron á venir gran cantidad de canaluchos á nosotros, y no pareciendole bien al Piloto entrar en aquel Puerto por ser cerrado, y el viento alli ser travesía, que es la brisa que venta de ordinario, mandó atravesar el Navio, y echar el Batel fuera, y tornar la vela mayor é hizarla arriba para que estuviese presta, y desta suerte anduvimos trincando con el trinquete y la mesana; y los Indios que estavan dentro como veian venir muchos de los canaluchos dabannos priesa y voces, que nos entrasemos en su Isla, por que aquellos que venian los venian á matar y comellos: fueron tantos los canaluchos que vinieron á