Enciclopedia de la mitología. J.C. Escobedo
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CLEOPATRA
1. Esposa de Meleagro, convenció a su marido para que tomase las armas en defensa de su patria amenazada. Cuando este murió, Cleopatra, llena de dolor, se ahorcó. Los dioses la transformaron en una gallina de Guinea.
2. Hija del viento Bóreas y hermana de Calais y Zetes. Se casó con Fineo, rey de Salmideso, en Tracia, que la repudió y encarceló. Sus dos hermanos la liberaron. Sus dos hijos fueron cegados por su propio padre Fineo, que como castigo fue, a su vez, cegado y perseguido por las Arpías.
CLÍMENE
La mitología tradicional menciona a diversas mujeres con el mismo nombre. Una de ellas es la esposa de Helios (el dios Sol) y la madre del infeliz Faetón. Otra, la hija de Catreo y nieta de Minos. Esta se casó con Nauplio y dio a luz a Éaco y Palamedes. Otra Clímene fue hija de Océano y de Tetis, y esposa de Jápeto, uno de los Titanes, del cual tuvo un hijo. Otra versión nos presenta a Clímene como esposa de Prometeo y madre de Heleno y de Deucalión.
CLÍO
Hija de Zeus y Mnemósine. Una de las nueve Musas, la de la Historia.
CLITEMNESTRA
Clitemnestra
Hija de Tindáreo, rey de Esparta, y de Leda, hermana de Helena y de los Dioscuros, Cástor y Pólux. Se casó con Agamenón, a quien dio tres hijos, Orestes, Electra e Ifigenia.
Cuando Agamenón aceptó sacrificar a esta última para que soplasen vientos favorables y la flota aquea pudiese zarpar felizmente en dirección a Troya, Clitemnestra concibió un odio terrible contra él. Siendo amante de Egisto, hijo de Tiestes y primo de Agamenón, con la complicidad de su amante, mató a su marido junto con la esclava Casandra, cuando este regresó terminada la guerra de Troya. Su hijo Orestes, salvado por su hermana Electra de las insidias de Egisto, regresó años después a Micenas con el propósito de vengar a su padre y mató a su madre y a Egisto.
CLORIS
Primogénita de las hijas de Níobe, que se salvó de la matanza llevada a cabo por Ártemis por ser ya esposa de Neleo, rey de Pilos. Su verdadero nombre era Hetosea y se la llamó después Cloris («pálida»), por la palidez de su rostro al conocer el trágico fin de sus hermanas y hermanos. Digna hija de Níobe, fue madre de doce hijos, once de los cuales mató Heracles. Quedó como único superviviente Néstor.
CLOTO
Una de las tres Moiras o Parcas, hijas de Zeus y Temis. La más joven de ellas, la que asistía a los nacimientos y sostenía la rueca, de la que sacaba copos de una lana multicolor y desigual, la cual, hilada por Láquesis, su hermana, representaba la variedad y el azar en la vida del hombre.
CÓCALO
Rey de Sicilia. Acogió benévolamente a Dédalo, que había huido del laberinto de Creta volando con unas alas y, más prudente y afortunado que su hijo Ícaro, sobrevivió a la empresa. Sin embargo, Minos no cejó en su propósito de venganza y pidió a Cócalo la restitución del fugitivo, presentándose en persona ante el rey. Este, cumpliendo sus deberes de hospitalidad, lo acogió dignamente, pero luego, de acuerdo con sus propias hijas, lo mató.
COCITO
Uno de los ríos infernales (viene del griego y significa «el río del llanto») cuyo curso impetuoso transcurría por entre lúgubres y negras rocas. Circundaba el Tártaro y, de acuerdo con su significado etimológico, era el río de los lamentos, formado con las lágrimas de los que recibían su castigo en aquel mismo llanto.
Junto con el Aqueronte y el Piriflegethon era uno de los tres ríos infernales que formaban la laguna Estigia. (Odisea, libro X; Eneida, libro VI; Divina comedia, Infierno, XIV.)
CÓLQUIDA
Antigua región situada en la costa sudoriental del Ponto Euxino en el Mar Negro, atravesada por el río Fasi, el actual Rión.
En épocas primitivas fue habitada por varios pueblos bárbaros (abaseas, coraxos, lacios y suanos). Corresponde, aproximadamente, a la actual región de Georgia llamada Mingrelia. Los griegos habían fundado allí varias colonias y, a pesar de la distancia, mantenían un activo intercambio comercial. Precisamente a causa de su situación adquirió un carácter mitológico. Se localizó allí la leyenda de los Argonautas, que fueron a la Cólquida para arrebatar el vellocino de oro al rey Eetes.
CONCORDIA
Diosa romana que personificaba precisamente la concordia, dispensadora de paz y de bienestar. Se la representaba como una matrona que sostenía en una mano una ramita de olivo, y en la otra, el cuerno de la abundancia.
CONSO
Divinidad romana, protectora de la agricultura. Le estaban dedicadas las fiestas llamadas Consualia que tenían lugar el veintiuno de agosto, después de la cosecha, y el quince de septiembre, al terminar la siembra. Se organizaban carreras ecuestres y por esto, a partir del siglo III a. de C., el dios Conso se identificó con Neptuno, que llevaba el sobrenombre de Ecuestre por haber creado el caballo.
CORCIRA O CORFÚ
La más septentrional e importante de las islas Jónicas. Se la llamó antiguamente Drepane y también Asqueria. En ella reinó Alcínoo, rey de los Feacios.
CORE
Otro nombre de Perséfone.
CORESO
Sacerdote de Dioniso, estaba enamorado de la oceánida Calírroe. Al no verse correspondido, pidió al dios que castigase a la ninfa, pero luego, arrepentido, renunció a su venganza y prefirió matarse antes que ver muerta a la mujer amada.
CORIBANTES
Pequeños geniecillos tutelares de la mitología griega, sacerdotes de Cibeles, divinidad de la tierra, venerada especialmente en Frigia y en la isla de Creta, donde los Coribantes pertenecieron también al culto de Zeus. En sus fiestas se tocaban los timbales y las flautas. Se los ha situado siempre en compañía de los Curetes.
CORINETES
Otro nombre de Peifetes, hijo de Hefisto. Era una criatura ruda e insensible como su padre. Habitaba en las cercanías de Epidauro y solía agredir y matar a los viandantes con una maza de hierro. Corinetes encontró su justo castigo a manos de Teseo.
CORÓNIDES
Hija del rey de Tesalia, Flegias. Amada por Apolo, estaba embarazada del dios cuando, sin que este lo supiera, se casó con el joven Isquis. Un cuervo reveló a Apolo lo sucedido y el dios, para vengarse, atravesó con sus dardos a Corónides y a Isquis. Ella al morir reveló su maternidad. Apolo, entonces, después de haber castigado al cuervo por