Luz Nocturna. Amy Blankenship
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Читать онлайн книгу Luz Nocturna - Amy Blankenship страница 6
Se detuvo en la puerta de la enorme sala y pudo ver en la oscuridad usando su súper visión. Kane ya tenÃa dos vampiros encima y varios más pensaron que la táctica de trabajar en equipo habÃa sido una gran idea. Al entrar, cerró la puerta tras de sà y empezó a avanzar cuando la voz de Kane resonó.
âDéjame manejar esto. Simplemente no permitas que ninguno se escapeâ, dijo Kane un poco sin aliento mientras torcÃa el cuello del vampiro que estaba tratando de despedazarle la garganta. Ãl se sacudió cuando unos colmillos se hundieron en su hombro, haciéndole perder su control sobre el primero.
Las dos cejas de Michael desaparecieron bajo su pelo, pero él se apoyó contra la puerta. âEstá bien, si estás seguroâ. Cruzó sus brazos sobre el pecho y se apoyó contra el metal.
âBueno... estoy aburridoâ, dijo después de un momento y miró hacia los desalmados vampiros que aún no estaban peleando. âSupongo que ninguno de ustedes me harÃa el honor de ir tras ellaâ.
Cuando Kane logró decapitar al primer vampiro, uno de ellos hizo exactamente lo que Michael habÃa sugerido, pero el brazo de Kane lo alcanzó y lo agarró por la chaqueta de cuero que llevaba puesta. âNo lo creoâ, gruñó mientras lo hacÃa entrar en la pelea.
â¿Acaso tu mami no te enseñó a compartir?â Michael sonrió mientras veÃa cómo estaban dándole una buena paliza a Kane. TenÃa la sensación de que Kane necesitaba el dolor para poderse sentir vivo en ese momento. No tenÃa ninguna duda de que Kane serÃa el último vampiro de pie y esa liberación de ira y violencia podrÃa incluso ayudar a su amigo a abrirse de nuevo... La terapia por excelencia.
âMi madre era una ladronaâ, respondió Kane, saltando y pateando con sus dos pies en el pecho a un vampiro que corrÃa decididamente hacia él. El vampiro voló y Kane aterrizó sobre su espalda. Ayudándose con la fuerza de sus piernas, se puso de pie de nuevo en un instante. âElla no creÃa en compartirâ.
âAmbos sabemos que tu madre no era una ladronaâ, dijo Michael. âEra una dama bien educada.â
Kane recibió un golpe en la cara y voló hacia atrás. Michael siguió el movimiento mientras Kane pasaba por delante de él y hacia el mismo montón de basura al que Kriss lo habÃa lanzado. Suspiró cuando notó que Kane se estaba convirtiendo en un maldito desastre. Kane se apresuró para ir de nuevo a pelear, destrozando a cuanto imbécil se le ponÃa enfrente.
â¿TodavÃa no necesitas ayuda?â, preguntó Michael entre el sonido de los huesos rompiéndose y pies chapoteando en charcos que crecÃan cada vez más. Ãl de hecho se rió cuando Kane empezó a murmurar uno de los hechizos de Syn, pero le dieron un puñetazo en la boca antes de que pudiera terminarlo.
âNoâ, gruñó Kane mientras escupÃa sangre en la cara del que lo habÃa golpeado tan fuerte que hasta habÃa visto estrellas. Agarrando un trozo de madera de una silla que habÃan roto durante la pelea, lo metió en la boca del vampiro con tanta fuerza que le salió por la nuca.
Michael hizo una mueca pero no interfirió. Observó atentamente, contando tres vampiros derribados y cuatro más por caer. Kane era un luchador temerario, más ahora que antes de que fuera enterrado vivo. Lo cual le recordó a Michael la única pregunta que aún no habÃa hecho: ¿cómo rompió Kane el hechizo vinculante sin la sangre de su alma gemela?
Menos de veinte minutos después, Kane se cayó sobre sus rodillas. Miró a través de la neblina roja de su visión hacia el sonido de aplausos que se acercaba. Se limpió la sangre de su boca e intentó levantarse del suelo. Se rió cuando no pudo hacerlo porque el suelo estaba resbaloso por tanta sangre.
âY el ganador recibe cien curitas y una buena noche de descanso en la casa de Michaelâ. Se agachó y puso su brazo alrededor de la cintura de Kane para ayudarlo a levantarse. Ambos se tambalearon un poco antes de que lograr equilibrarse de nuevo.
â¿Tienes una casa?â preguntó Kane con la esperanza de que si seguÃa hablando no se desmayarÃa antes de llegar allá. SabÃa dónde vivÃa Michael, pero no querÃa admitirlo porque eso sólo le recordarÃa a Michael que estaba molesto con él por haberse mantenido lejos. No estaba exactamente contento de haber hecho eso, pero habÃa sentido la necesidad de mantener la distancia.
âSÃ, ahora ya soy todo un adulto. Además, los ataúdes ya quedaron en el pasadoâ. Sintió vergüenza por dentro al darse cuenta de que Kane quizás no pensaba que la broma era muy graciosa. âEs un lugar enorme. SolÃa ser uno de esos museos de arte de estilo victoriano, hasta que renovaron este en Beverly Hills. Tal vez si te mudas conmigo, el lugar se sentirÃa más como un hogarâ.
âQuiero un cachorroâ, dijo Kane de la nada mientras se concentraba en poner un pie delante del otro, como rutina que normalmente te impide caer.
â¿Quieres un qué?â, preguntó Michael.
âSi nos mudamos juntos, entonces yo me otorgo el derecho de escoger un cachorroâ.
Michael tuvo que sonreÃrle a su viejo amigo. ParecÃa que el amor de Kane por los caninos no habÃa disminuido con los años.
CapÃtulo 3
âEntonces, ¿qué pasa con Micah?â, Nick le preguntó a Steven cuando se detuvieron en el estacionamiento al lado de la iglesia y se parquearon entre dos de los autobuses.
âMicah y Quinn empezaron su pelea habitual sobre quién ponÃa las reglas y Micah se fue para liberar un poco la tensiónâ. Steven contestó mientras salÃa del auto. TodavÃa pensaba que era gracioso que todos los jaguares condujeran... lo adivinaste... jaguares. âDemonios, se enseñaron el uno al otro cómo luchar, asà que tumbarse el uno al otro no es gran cosa.â
âEntonces, ¿por qué no ha vuelto?â, preguntó Nick.
âEsa es la gran pregunta, ¿no?â, suspiró Steven. âQuinn cree que Micah salió huyendo, pero yo sé que noâ.
â¿Qué te hace estar tan seguro?â, preguntó Nick con curiosidad.
âPorque Alicia sólo habÃa estado en casa un par de semanas antes de que él desapareciera. Micah habÃa estado contando los dÃas para cuando pudiera llevarla a casa. Incluso cuando Nathaniel estaba vivo, Micah fue como un padre para ella. Nunca se irÃa asà ahora que ella estaba al fin en casaâ. Se encogió de hombros y añadió: âO si hubiera decidido abandonar a la familia, entonces al menos se la hubiera llevado con élâ.
Nick asintió con la cabeza preguntándose si los vampiros eran los responsables de la desaparición de Micah. De ninguna manera eso sonaba bien, asà que por el bien de Micah, Nick esperaba que Micah solo hubiera perdido su paciencia y todavÃa la anduviera buscando. Le harÃa más preguntas a Alicia mañana.
Steven admiró la